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X-Factor # 4: Las múltiples muertes de Madrox Comic Digital
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"Reed es tan listo que sabe matarnos dos veces en cinco minutos" Johny Storm/ Ultimate 4 Fantásticos #6
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X-Factor # 4: Las múltiples muertes de Madrox

Reunidos de nuevo por primera vez.

Un artículo de Rodrigo Arizaga Iturralde - Introducido el 08/06/2013

Parece mentira que con casi un centenar de entregas a sus espaldas, personajes desechados por otros autores y un montón de tramas planteadas a largo plazo (algunas de las tratadas en este tomo parten del inicio de la serie) X-Factor siga siendo una de las lecturas más divertidas, interesantes y que se esperan con más ganas de cuantas edita Marvel. Y no solo de la línea mutante en la que está enmarcada.

A su ritmo, sin grandes eventos ni cruces con otras series, Peter David sigue demostrando que tiene un don único para sacar agua de las piedras dotando de complejidad y carisma a personajes que rara vez han brillado en otras manos. Con la estimable ayuda de Emmanuela Lupacchino y Leonard Kirk en los dibujos, David mira al pasado y resuelve varias subtramas que cuidadosamente había plantado a lo largo de la serie, como la profecía que Layla había hecho sobre la muerte de Madrox. Claro que, en una nueva muestra de ingenio, ese acontecimiento solo es el inicio de un viaje por varias realidades alternativas donde el hombre múltiple y el lector nunca saben por dónde vendrá el golpe ni a donde le llevará después.



Un relato que parte de una premisa muchas veces vista, pero que el guión acompaña con inesperados detalles –Iron Man como líder de los centinelas, El Capitán América convertido en Deathlock, la Tierra invadida por Dormammu- y un ritmo endiablado.

El regreso de Kaos y Polaris al grupo –rememorando la breve pero fructífera primera etapa de David allá por los 90-, la culminación de la relación entre Madrox y Layla Miller, el regreso de Damian Tryp y el Aislacionista -ausentes desde los primeros números de la actual serie- y pistas sobre la gran saga que parece adivinarse en el futuro son algunos de los cabos sueltos que se cierran en este tomo.



Pero esa dependencia de lo narrado previamente no impide mantener la frescura a través de los descacharrantes diálogos marca de la casa -como esa comparación entre la ubicuidad de Lobezno y Justin Bieber-, escenas intensas -el enfrentamiento entre Layla y Monet- y sobre todo un ejemplar desarrollo de personajes donde cada uno (y son muchos) tiene una voz propia. Una trama de tintes policiacos sobre un asesino de superhéroes sin poderes completa el presente tomo de una serie que, por su calidad constante, debería servir de ejemplo para otros guionistas de mayor fama y relevancia en la Marvel actual.


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