Fandigital y Comicdigital emplean cookies para determinadas funcionalidades. Si continúa navegando asume la aceptación de las mismas.
La Atalaya del Vigía Comic Digital
REVISTA ESPECIALIZADA EN CÓMIC
"El amor no es de los sueños. El amor pertenece al deseo, y el deseo es siempre cruel." Morfeo, The Sandman 9
ID

20 años a la sombra de El Cuervo

Un artículo de Rodrigo Arizaga Iturralde - Introducido el 29/10/2014

En 2014 se cumplen veinte años del estreno de El Cuervo (The Crow, 1994), adaptación cinematográfica del cómic homónimo de James O'Barr. Una película de culto cuyo renombre obedece a una conjunción de elementos tan singular como irrepetible.

Publicado originalmente en 1989 el cómic relataba la historia de Eric Draven, un joven asesinado junto a su prometida Shelly por un grupo delincuentes. Guiado por un misterioso cuervo, Draven volvía a la vida dotado de poderes sobrenaturales para vengarse de sus verdugos. Inspirado por una tragedia personal, O'Barr narró su historia en un sobrio blanco y negro con grandes dosis de romanticismo arrebatado, tragedia depresiva y sordidez urbana. Precisamente una de las virtudes de la adaptación cinematográfica consiste en preservar dichos elementos pero dotando al argumento de una construcción y ritmo mucho más eficaces. El guión firmado por David J. Schow y John Shirley –escritores provenientes de la literatura fantástica- otorga mayor entidad a los personajes secundarios e integra mayor dosis de acción en la trama, aumentando su espectacularidad pero sin traicionar el espíritu original.

Brandon Lee se adueñó por completo del personaje de Eric Draven, ofreciéndonos una interpretación profunda y misteriosa


La trágica muerte de Brandon Lee poco antes de finalizar el rodaje (correremos aquí un tupido velo sobre las circunstancias y la morbosa rumorología al respecto) marcó visiblemente el resultado final. Su fallecimiento obligó a modificar ciertas partes del film y completarlo mediante una combinación de infografía, uso de dobles y técnicas de montaje. Lee, cuya breve carrera hasta entonces se había circunscrito al cine de acción de serie B, tenía en Eric Draven la gran oportunidad para mostrar sus dotes como intérprete dramático. Y lo cierto es que, connotaciones trágicas aparte, el actor se adueña de la pantalla en cada aparición, resultando eficaz tanto en los momentos de introspección donde añora a su amada muerta como en las escenas de lucha, coreografiadas por él mismo y con influencia del cine hongkonés en su planificación -véase el tiroteo en la guarida de los criminales-. El resto del casting y en especial los villanos, encabezados por Michael Wincott como Top Dollar, le van a la zaga, supliendo con su presencia y carisma lo esquemático de sus personajes sobre el papel. Quizás el más flojo del conjunto sea el policía interpretado por Ernie Hudson, pues su personaje rompe la atmosfera fantástica del film acercándola a la típica historia de justicieros urbanos propia de Cannon Films.

El film nos ofrecía una atmósfera oscura y opresiva para una historia de venganza desde más allá de la muerte


Precisamente la atmósfera es uno de los puntos más fuertes de la película. Proveniente del mundo del videoclip el director Alex Proyas imprimió al guión una estética absorbente con grandes contrastes de luces y sombras, convirtiendo la ciudad de Detroit en una urbe decadente, oscura y casi onírica. Tal es la potencia visual de Proyas que logra transmitir emociones que van más allá del guión, mediante imágenes tan poderosas como las de Draven tocando su guitarra en el tejado mientras anochece o la imagen del pájaro llameante sobre el asfalto. Influenciados notablemente por films como Blade Runner (1982) y Batman (1989) –el enfrentamiento final en la catedral y su tejado ofrece pocas dudas al respecto-, Proyas, el director de fotografía Dariusz Wolski y el diseñador de producción Alex McDowell exprimieron al máximo los relativamente escasos quince millones de presupuesto inicial, potenciando la estética post-punk y gótica ya presente en el cómic. Mención aparte merece la melancólica banda sonora compuesta por Graeme Revell, completada por una potentísima selección de temas con nombres como The Cure, Joy Division, Nine Inch Nails o The Stone Temple Pilots en sintonía con el tono argumental. No en vano O'Barr utilizó dicha música como inspiración para el cómic.

La inventiva visual y salvaje imaginería de Alex Proyas son parte fundamental del perdurable éxito de este film


La película resultó un éxito de taquilla a nivel mundial, propiciando nuevos cómics basados en su mitología, merchandising variado así como tres secuelas y una serie televisiva que se limitaron a intentar reproducir la fórmula original pero con mucho menos talento. Mientras arrecian los rumores de un posible remake, la película original sigue manteniendo intacta la fortaleza que la ha convertido en un título de culto no sólo entre los aficionados a las viñetas.


contactarEdición impresa