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"'Soy un abogado ciego con un historial de cárcel y tragedias personales. ¿Hay algo en ese perfil que le haga pensar que tengo sentido del humor?'" M. Murdock / A. Spiderman #38
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Lobo: El hombre (y como llegó a serlo)

Un artículo de Rodrigo Arizaga Iturralde - Introducido el 21/01/2015
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Dentro de su edición de materiales inéditos en España, ECC recupera una miniserie protagonizada por Lobo, personaje de DC que durante los años 90 marcó un antes y un después en el cómic USA con una vida editorial tan interesante como llena de altibajos. Lobo apareció por primera vez en 1983. Creado por el guionista Roger Slifer y el dibujante Keith Giffen, Lobo era un alienígena y único superviviente de la raza verlopiana, exterminada por otra raza extraterrestre. Con aspecto de humano albino, llamativas marcas faciales y un traje de colores chillones, el personaje ejerció como discreto secundario de Omega Men y L.E.G.I.O.N. Nada especial hasta en 1990 obtuvo su propia miniserie.

Lobo nació como personaje secundario en series como Omega Men y L.E.G.I.O.N. de mano de Roger Slifer y el dibujante Keith Giffen


En plena resaca de las reinvenciones adultas a cargo de autores como Frank Miller y Alan Moore, Giffen observó como el cómic de superhéroes se volvía excesivamente brutal y oscuro, abusando de la violencia explícita y con personajes como Lobezno, Punisher o Cable acaparando popularidad. Giffen decidió reírse de dichas historias y su recargado dibujo utilizando al personaje de Lobo. Junto al guionista Alan Grant y el dibujante Simon Bisley rediseñó por completo al personaje, convirtiéndolo en una parodia exagerada de esos héroes brutales y sanguinarios. Transmutado en un violento cazarrecompensas galáctico con pinta de motero musculoso, Lobo era ahora el último superviviente del planeta Czarnia, cuya población fue exterminada por el propio Lobo por su deseo de ser único en el universo (sic).

La popularidad del personaje lo llevó a protagonizar especiales repletos de la ultraviolencia que le hizo famoso


La violencia desmadrada, los diálogos malsonantes, el retorcido sentido del humor y un impactante grafismo convirtieron la miniserie en un gran éxito de consecuencias inesperadas. Y es que en lugar de ver al personaje como una burla de los héroes violentos, la mayoría lo saludaron como una versión mejorada de estos, exigiendo nuevas historias. Así comenzaron a publicarse miniseries y especiales a cada cual mas exagerado, ofensivo y (auto)paródico a cargo del tándem Giffen & Grant e ilustradores como Denys Cowan, Kevin O'Neil, Martin Emond o el citado Bisley: El Regreso de Lobo, donde el protagonista consigue la inmortalidad tras morir y ser expulsado del cielo y el infierno por mal comportamiento; Infanticidio, donde sus cientos de hijos bastardos forman un ejército para asesinar a su progenitor; Navidad Paramilitar, donde es contratado por el Conejo de Pascua para eliminar a la competencia asesinando a Santa Claus...

Además de sus miniseries y especiales, el último czarniano se paseó por el universo DC encontrándose con la mayoría de pesos pesados de la casa


Paralelamente sus encuentros con otros personajes de la editorial se multiplicaron, bien mediante apariciones en las series regulares de Superman, Aquaman o Green Lantern –disminuyendo en ellas el nivel de disparate de sus argumentos-, bien mediante especiales junto a Demon, Deadman y Batman. Su popularidad era tal que incluso protagonizó cruces con personajes de otras compañías como el Juez Dredd, La Máscara y The Authority.

Un cruce con La Máscara era algo natural si tenemos en cuenta la naturaleza salvaje y anárquica de ambos personajes


Debido a tan fulgurante éxito la tentación de una serie regular era enorme, y en 1993 DC encargó la misma a Alan Grant. Dibujada principalmente por Val Semeiks y Carl Critchlow, la cabecera mantenía la violencia y humor previos pero rebajando la intensidad de los mismos, rodeando al personaje de un reparto de secundarios que diesen cierta continuidad a las historias. A pesar del oficio de Grant en los guiones la colección fue languideciendo poco a poco en paralelo al estilo que había dado la fama al protagonista, cerrando tras sesenta y cuatro entregas en 1999.

Mientras tanto Keith Giffen, que se había distanciado del personaje tras aquellas primeras historias, volvió intermitentemente sobre el mismo en forma de miniseries -La Muerte y los Impuestos, Lobo Desencadenado, el citado crossover con The Authority- que recuperaban la chispa original de la propuesta, demostrando ser quien mejor ha entendido el personaje y cómo manejarlo. Tras su participación en la maxiserie 52 Lobo permaneció en una suerte de limbo, rescatado ocasionalmente para apariciones y proyectos esporádicos, lejos de la relevancia de antaño. Pese a lo desigual de su trayectoria y a la polémica originada por la nueva versión del personaje tras el reinicio de la continuidad, conviene no dejar escapar esas primeras joyas de diversión destroyer que convirtieron al ultimo czarniano en un fenómeno pocas veces igualado del mundillo.


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