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La Atalaya del Vigía Comic Digital
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"Hay una pregunta que quizás puedas responderme. Algo que llevo años preguntándome. ¿Porqué coño les gusta Benny Hill a los americanos?" Yorkie Mitchell / Punisher Max #37
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Hitman: Honor, plomo, sangre y superhéroes

Un artículo de Rodrigo Arizaga Iturralde - Introducido el 24/06/2015
La Atalaya del Vigía

La publicación del tomo Batman: Enloquecidos por ECC y el anuncio de la miniserie Section Eight en EE.UU. vuelven a poner de actualidad a Hitman, cabecera a cargo de Garth Ennis y John McCrea directamente relacionada con ambos títulos.

Durante su etapa en The Demon a inicios de los 90 ambos autores introdujeron a Tommy Monaghan, un sicario de origen irlandés que por una serie de circunstancias adquiere habilidades sobrehumanas como telepatía y visión de rayos-X. Presentado en The Demon Annual #2, Monaghan reaparecería en posteriores historias robándole protagonismo al demonio Etrigan. Algo que propiciaría a Ennis la posibilidad de elaborar una serie regular en torno al personaje.


Con la carga de violencia y humor negro característica de sus autores –pero insólita en el universo DC tradicional- Ennis y McCrea localizaron las aventuras de Monaghan en Gotham y le rodearon de un insólito reparto de secundarios. Los guiones equilibraban la acción brutal, la sátira perversa y la parodia más hiriente con un interesante desarrollo de personajes. Algo que lograba trascender su condición de tópicos –asesinos honorables, policías corruptos, matones descerebrados, gangsters retorcidos, militares encallecidos, agentes de inteligencia con agenda propia…- haciendo que el lector se encariñase, sufriese y cuestionase el mundo que les rodea. El resultado fue un entretenimiento desprejuiciado pero que, bajo las frecuentes carcajadas y la violencia estilizada, escondía un fondo amargo y fatalista manifestado en momentos de una hondura emocional inesperada.


Hitman explora las filias y fobias creativas de Ennis, incluyendo puyas a la religión y la política; exaltaciones del valor de la amistad, el honor y el deber; su fascinación por el género bélico y los cuerpos militares; y numerosas referencias a la literatura y el cine de nombres como Clint Eastwood, Quentin Tarantino y John Woo. Los guiones incluyen así referencias explicitas y/o homenajes en el título, la premisa argumental o el tono de varias historias. Asimismo, Ennis aprovecha la pertenencia al universo DC para burlarse de cuanto superhéroe se le ponga a tiro: el protagonista vomitándole encima a Batman; un Green Lantern ingenuo y tachado de tacaño por no llevar cartera en su uniforme (sic); Catwoman aguantando toda clase de comentarios subidos de tono… el guionista incluso creó Sección Ocho, un ridículo supergrupo formado por borrachos, pervertidos sexuales y tipos con problemas mentales que ponen de manifiesto su implacable visión del género. La excepción a dicha regla es Superman, de quien se realiza un sorprendentemente elogioso retrato durante su encuentro con Tommy en Hitman #34, una historia de corte intimista galardonada con un premio Eisner.


Del primer al último número el apartado grafico recae sobre McCrea, que compensa los puntos flacos de su dibujo con un storytelling dinámico y ajustado en todo momento al tono argumental. Puede que haya dibujantes más atractivos y que cuiden mejor las proporciones, pero difícilmente habrían podido ilustrar mejor los guiones de Ennis para la serie, consiguiendo gracias a tan peculiar estética un estilo propio dentro del universo DC.

Y es que, a pesar de pertenecer a la continuidad –reflejando eventos como La Noche Final, DC Un Millón y Tierra de Nadie-, la serie gozó de total libertad a la hora de plantear sus tramas, que incluyen un contrato para colarse en Arkham y asesinar al Joker; la vendetta de un mafioso siamés unido a un hermano muerto y putrefacto; animales zombis invadiendo el acuario municipal; entes demoniacos que desean convertir al protagonista en su sirviente; el ataque de un comando del SAS británico buscando vengar a camaradas asesinados; un viaje a África para eliminar a una guerrilla local que no es lo que parece; el reencuentro de Tommy con su hermana y el violento padre de ambos; trabajar para un laboratorio gubernamental cazando dinosaurios salidos de un portal temporal… A lo largo de estas y otras historias Tommy se cuestiona su forma de vida, intenta formar un futuro con su novia, ve morir a varios de sus amigos y siente su destino como una soga cada vez más apretada hasta llegar a un desenlace tan trágico como inevitable.


Hitman concluyó por petición propia de sus autores tras sesenta números y un Annual. Y salvo esporádicos regresos de Ennis y McCrea -JLA/Hitman-, nadie ha recuperado a sus protagonistas, conscientes del fuerte componente personal de los mismos. Menos conocida que otras creaciones de su guionista, resulta uno de sus trabajos más sólidos y equilibrados, hasta el punto de ser la obra que recoge más y mejor las múltiples facetas de su trayectoria.


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