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Blanco Humano: El Hombre de los Mil Rostros

Un artículo de Rodrigo Arizaga Iturralde - Introducido el 07/10/2015
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Una de las prácticas habituales de la línea Vertigo consistía en recuperar viejos personajes olvidados del fondo editorial de DC y revitalizarlos desde un prisma adulto y sofisticado. Orquídea Negra, Shade, Jonah Hex, El Soldado Desconocido o el Sandman de la Edad de oro son algunos ejemplos. En esa misma categoría se enmarca Blanco Humano, personaje relanzado por Peter Milligan a finales de los 90 y dotado de un enorme potencial que nadie ha sabido/podido/querido aprovechar como el guionista británico.


Blanco Humano es el alias oficioso de Christopher Chance, detective privado y guardaespaldas con un extraordinario talento para el disfraz que le permite suplantar a cualquier persona. Creado por Lein Wein y Carmine Infantino en 1972, Chance debutó en varios complementos de Action Comics, convirtiéndose en ocasional secundario de las series de Batman a principios de los 80. Pero, y a pesar de disfrutar de una serie televisiva de corta vida en 1992, el personaje nunca llegó a tener verdadera relevancia y acabó en el olvido.


De allí fue rescatado cuando los editores le asignaron a Milligan una miniserie sobre el mismo. Conocido por sus historias fantásticas con grandes dosis de psicodelia (la citada Shade el Hombre Cambiante) e irreverencia (X-Statix), Blanco Humano mostraba a un Milligan más sobrio y próximo a los códigos del suspense y la serie negra. Su acierto fue coger la principal característica del personaje -su habilidad para hacerse pasar por cualquiera- y llevarla a su extremo. El guionista mostraba así como el proceso de adoptar otra identidad era tan intenso que, llegado a cierto punto, Chance comenzaba a creer que realmente era la persona suplantada. El asunto se complicaba cuando su aprendiz Tom McFadden comenzaba a tener el mismo problema, creyendo ser el verdadero Chance. El resultado fue una laberíntica trama de falsas apariencias e identidades donde se veían implicados un sacerdote y líder comunitario con problemas de infidelidad, una bella sicaria y el jefe de una pandilla callejera. El croata Edvin Biukovic fue el encargado de plasmar en viñetas aquella aventura, con un estilo de trazo suave pero tremendamente detallado y expresivo de colores cálidos.


La miniserie fue bendecida por la crítica reactivando el interés sobre el personaje. Milligan volvería sobre el mismo en el especial Montaje Final, donde Chance viaja a Hollywood para ayudar al padre de un actor infantil desaparecido a encontrar a su hijo. Una trama de intereses ocultos, traiciones y romance adultero que, tras el prematuro fallecimiento de Biukovic, fue ilustrada por Javier Pulido. El dibujante español depuró aquí su trazo al máximo, dando a sus lápices un aspecto engañosamente simple y potenciando la composición de página en un resultado con reminiscencias a su idolatrado David Mazzuchelli. No es baladí afirmar que fue este trabajo el responsable de cimentar su actual renombre dentro de la industria norteamericana.


El éxito volvió a repetirse y Milligan se lanzó con una serie regular sobre el personaje, ahora inmerso en la identidad de su antiguo cliente y casado con la esposa de este último. Pulido repitió como dibujante, alternándose entre un arco argumental y el siguiente con Cliff Chiang -otro autor próximo a la línea clara-, logrando así una agradecida homogeneidad gráfica a pesar de las diferencias entre ambos. La trama continuaba explorando la fascinante psique de Chance mediante casos donde su personalidad se disolvía entre la de sus clientes, jugando hábilmente con el punto de vista de los personajes y la percepción del lector. Asimismo Milligan aprovechaba para tocar ocasionalmente en sus tramas interesantes temas de calado social como los atentados del 11-S, la inmigración ilegal o las sectas religiosas.


Desgraciadamente, las ventas no fueron parejas a su calidad y la serie cerró tras apenas veintiuna entregas. Fiel a sí misma lo hizo con una historia donde el regreso de Tom McFadden ponía de nuevo en jaque la estabilidad mental del protagonista y la capacidad de sorprender al lector. Desde entonces Chance solo ha vuelto protagonizar una miniserie a modo de spin off de Escudo Humano (Fox, 2010-2011), segunda y rutinaria adaptación televisiva del personaje. La reedición del material de Milligan por parte de ECC sirve para recuperar un estupendo trabajo de intriga y suspense psicológico digno de un lugar destacado en la prestigiosa bibliografía de Vertigo.


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