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Marvel Zombies: Contagio sin control

Un artículo de Rodrigo Arizaga Iturralde - Introducido el 09/12/2015
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De entre las muchas sagas emblemáticas e historias alternativas manejadas por las nuevas Secret Wars, una en especial ha resultado ser la más provechosa, dando pie a varias miniseries enlazadas con el citado crossover. Hablamos de Marvel Zombies, historia que, como la plaga no-muerta sobre la que se centra su argumento, surgió repentinamente para reproducirse con una virulencia insólita a lo largo de la última década.


El origen de esta inesperada franquicia fue una de esas ocurrencias tan sencillas como tremendamente efectivas que Mark Millar ha convertido en su sello de fábrica. En pleno renacer de la ficción sobre muertos vivientes el guionista escocés tuvo la ocurrencia de mezclar la temática zombi con los superhéroes en su etapa de Ultimate Fantastic Four. Allí Reed Richards abría un portal a un universo alternativo donde los principales personajes de la editorial se han convertido en zombis. Unos muertos vivientes que mantienen su consciencia y poderes pero afectados por la putrefacción y una brutal ansia caníbal. Con la mayoría de la población devorada, esta versión no-muerta de los héroes buscaba ahora otros universos que poder consumir. Sin dar pistas sobre el origen de la infección, Millar desarrolló una trepidante historia que concluía junto a su etapa en la serie… o eso creía.


Y es que el concepto –más que la historia en sí- tuvo una enorme repercusión. La suficiente para que la editorial percibiese un posible filón comercial. Para aprovecharlo editaron una miniserie que explorase a fondo las ideas de Millar, recayendo la tarea en Robert Kirkman, responsable no por casualidad de Los Muertos Vivientes, cabecera insignia del subgénero zombie. Acompañado a los lápices por Sean Phillips, ambos exploraron a fondo ese universo Marvel arrasado por una plaga donde un pequeño grupo de supervivientes –Pantera Negra, Magneto, los Acólitos- se ven obligados a hacer frente a los héroes no muertos y su hambre insaciable justo cuando Galactus llega al planeta para devorarlo. Kirkman aplicó toneladas de humor negro, contraponiendo la personalidad de los personajes con su nueva naturaleza caníbal. El resultado era una trama tan salvaje como divertida, eficazmente ilustrada con una estética cruda, oscura y plagada de gore. Las espectaculares cubiertas pintadas por Arthur Suydam, que “zombificaban” portadas emblemáticas de la historia de la editorial, eran la guinda de tan macabro pastel.


El éxito fue incluso mayor de lo esperado y las secuelas no se hicieron esperar. En el especial Dead Days Kirman y Phillips narraban el inicio del terrible contagio revelando al Vigía como primer infectado y responsable del brote que rápidamente contagia a los principales héroes con terribles consecuencias. En Marvel Zombies: Civil War, los autores retomaban el argumento de la miniserie ambientándolo décadas después, cuando la nueva sociedad creada por los supervivientes debe afrontar el regreso de los héroes no-muertos tras un periplo espacial en el que han devorado toda la vida de la galaxia. A pesar de ciertas interesantes variaciones esta secuela adolece de la frescura de la original, con un Kirman mucho menos inspirado que en sus propias series para Image.


La marcha de Kirman y Phillips no supuso por supuesto el final de la franquicia. Especialmente cuando esta había empezado a extender sus tentáculos tanto por el universo Marvel oficial (Pantera Negra, Masacre) como por otras editoriales como en el divertidísimo crossover Marvel Zombies vs Army of Darkness donde los putrefactos héroes se topaban con el Ash Williams de Posesión Infernal (Evil Dead, 1981). Fred Van Lente asumió las riendas de la franquicia dando un bienvenido giro a la misma. Así, gracias al nexo de las realidades custodiado por el Hombre- Cosa, los zombis comenzaban a llegar al universo Marvel tradicional.


En las tres siguiente miniseries Van Lente, junto a dibujantes como Kev Walker y Kano, aprovecharía para recuperar con divertidos resultados a personajes olvidados como el Hombre Máquina, Yocasta, Morbius, Daimon Hellstorm, Simon Garth, Garra Negra o Howard el Pato. Estos eran los encargados de hacer frente a la invasión de superhumanos no-muertos, mostrando un extenso conocimiento de la continuidad editorial y llevando incluso la trama de viaje por otros universos alternativos.

Para entonces la fiebre por una franquicia que cada vez se tomaba menos en serio a sí misma –si es que alguna vez lo hizo- parecía remitir, limitándose a esporádicos especiales de continuidad apenas hilada como Marvel Zombies: El Regreso, Marvel Zombies: Supremo e incluso una versión de Cuento de Navidad de Charles Dickens (sic). Al menos hasta que Secret Wars ha vuelto a poner sobre la mesa la franquicia con las dos propuestas más divertidas de cuantas constituyen su dispar entramado argumental. Por lo visto aún queda putrefacción e ingesta de carne humana para rato.


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