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La Atalaya del Vigía Comic Digital
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La Era de Apocalipsis: Veinte años de distopía mutante

Un artículo de Rodrigo Arizaga Iturralde - Introducido el 20/04/2016
La Atalaya del Vigía

Admitámoslo: desde la despedida de Chris Claremont y el abandono de Jim Lee a principios de los noventa, la franquicia X-Men vivía de las rentas. Sus títulos figuraban entre los más vendidos, pero narrativamente dejaban bastante que desear. Con excepciones puntuales en sus cabeceras periféricas, las series mutantes se limitaban a seguir las constantes marcadas por Claremont de forma anodina, organizándose en torno a eventos anuales bastante intrascendentes. Necesitados de un revulsivo que demostrase que había vida después del patriarca mutante, en 1995 el editor Bob Harras se sacó de la manga la maniobra más radical y ambiciosa vista hasta la fecha.


Partiendo de una premisa propia de un What If? mediante una trama que implicaba un viaje en el tiempo para alterar el pasado, La Era de Apocalipsis mostraba un mundo donde Charles Xavier era asesinado antes de fundar los X-Men. Sin el grupo de héroes mutantes para impedirlo, el villano Apocalipsis se convertía en el líder de la raza mutante, liderando una guerra abierta contra la humanidad. El resultado era un mundo apocalíptico (nunca mejor dicho) donde el continente americano era transformado en un inmenso campo de concentración y exterminio para humanos mientras el resto del planeta era una zona de guerra. El único inconveniente para la victoria total del villano era un grupo de mutantes rebeldes liderados por Magneto en honor a los ideales de su difunto amigo Xavier.


Planificado a lo grande, durante cuatro meses esta realidad alternativa sustituyó a la continuidad oficial, con las ocho cabeceras mutantes en curso -Patrulla- X, X-Men, X-Force, Factor-X, Excalibur, Generación-X, Lobezno, Cable- reemplazadas por otras tantas series con nuevo título y numeración a juego con el alterado statu quo -Extraordinaria Patrulla X, Asombrosos X-Men, Gambito y los Externos, X-Factor, X-Calibre, Próxima Generación, Arma-X y X-Man-. Dicha alteración se reflejaba en los personajes y su historia, invariablemente trastocada en esta distopía, colocando a la mayoría de personajes en posiciones inéditas en la continuidad oficial. Así Ciclope, Kaos y Bestia ejercían aquí como villanos, siendo los principales colaboradores de Apocalipsis y su mano derecha Mr. Siniestro; Lobezno –con su mano izquierda mutilada- y Jean Grey era una pareja de amantes fugitivos; Cable era más joven y sin el virus tecno-orgánico que limitaba sus poderes, convirtiéndose en el mutante más poderoso del planeta; Magneto y Pícara aparecían como una pareja casada y padres de un niño; Gambito, Rondador Nocturno y Coloso lideraban respectivamente unas versiones de X-Force, Excalibur y Generación-X con propósitos e integrantes muy diferentes…


El plantel autoral de las series en curso se mantuvo durante este evento. Pero el nuevo y radical trasfondo argumental se convirtió en acicate creativo para una franquicia con demasiado miedo a correr riesgos que pudiesen matar la gallina de los huevos de oro. Es lícito discutir si el verdadero atractivo residía en la insólita premisa o en la aportación concreta de cada escritor a la misma, pero el caso es que guionistas como Scott Lobdell, Fabian Nicieza, Howard Mackie, Jeph Loeb y Mark Waid dieron durante cuatro meses las mejores historias de su paso por la franquicia mutante, mientras francotiradores como Warren Ellis y Larry Hama se divertían retorciendo los rasgos más conocidos de sus protagonistas para adaptarlos a esta nueva y siniestra realidad. El plantel gráfico, que incluía sólidos narradores –Adam y Andy Kubert, Steve Epting, Steve Skroce, Salvador Larroca, Chris Bachalo- y dibujantes de la "escuela Image" –Joe Madureira, Tony Daniel, Terry Dodson, Ian Churchill, Roger Cruz-, se desmarcó con un enorme trabajo de rediseño de personajes y ambientación de ese mundo apocalíptico que reforzaba notablemente la sensación de imprevisibilidad buscada por el argumento.


Mención aparte merece el trabajo de coordinación editorial: cada serie era independiente pero centrada al mismo tiempo en un aspecto argumental –el rescate de Illyana, el viaje a la galaxia Shi'ar, la ofensiva humana con armas nucleares, las luchas de poder entre los partidarios de Apocalipsis, el papel de Nate Grey en la derrota del villano- de un argumento mayor. Algo que convertía de facto a las ocho series en capítulos de una única y cuidadosamente medida historia-río enmarcada por dos especiales. Con su conclusión la franquicia mutante volvió a su cauce original –aunque llevándose varios personajes a la continuidad oficial- y, desgraciadamente, a un inane estado creativo del que no saldría hasta la llegada de Grant Morrison a inicios del siglo XXI.


Concebida como una historia cerrada, el buen sabor de boca entre los lectores logró “resucitar” este universo alternativo más allá de su teórica aniquilación. Especiales, miniseries, una breve serie regular o su inclusión en las nuevas Secret Wars se han ido sucediendo para ampliar esa visión apocalíptica del universo mutante que incluso se ha colado de nuevo en la continuidad oficial –la etapa de Rick Remender en X-Force-. Dos décadas después de su publicación original, la lujosa reedición publicada por Panini es la oportunidad perfecta para (re)descubrir porque esta historia aún sigue vivita y coleando en el recuerdo de los lectores.


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