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Tierra de Nadie: Sacudiendo los cimientos de Gotham

Un artículo de Rodrigo Arizaga Iturralde - Introducido el 02/07/2016
La Atalaya del Vigía
AVISO: Éste artículo contiene posibles spoilers. En él se revelan aspectos argumentales que el lector podría preferir descubir por sí mismo.

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Al igual que para la mayoría de superhéroes los noventa fueron una época difícil para Batman. A pesar de contar con sólidas etapas e historias de calidad, la gran popularidad del personaje –protagonizando hasta cuatro cabeceras simultáneamente- no siempre se correspondía con su calidad. DC parecía no saber ya en qué dirección llevar al personaje, moviéndose sus series mediante de golpes de efecto en forma de crossovers como Contagio y Cataclismo. Esta última trama, donde Gotham era asolada por un terremoto que destruía la mayor parte de la ciudad y aniquilaba a un gran número de sus habitantes, supondría el punto de partida para un nuevo escenario que implicaba cambios dentro y fuera de las viñetas.


En lugar del típico evento intrascendente a olvidar una vez concluido, el editor Dennis O´Neil decidió arriesgarse y centrar durante un año todas las series del personaje –implicando también las de secundarios como Robin, Catwoman, Nightwing o Azrael- en las consecuencias del terremoto. En un giro de los acontecimientos -un tanto pillado por los pelos, todo sea dicho- el gobierno de los EE.UU. decide no reconstruir Gotham tras la catástrofe. En lugar de ello se toma la medida de evacuarla y aislarla del resto del país. El resultado es un ruinoso páramo postapocaliptico donde la galería de villanos del Hombre Murciélago campan a sus anchas, haciéndose con el control de diversas áreas de la arrasada ciudad. Con la población restante a merced de estas bandas criminales solo la policía, liderada por James Gordon y acompañada por unos pocos héroes como Oráculo y la Cazadora, intentan mantener la ley en una situación que les supera. Un peligroso nuevo orden agravado por la ausencia de Batman quien, como Bruce Wayne, intenta sin éxito conseguir que el gobierno dé marcha atrás en su decisión de aislar la urbe.


Con el nuevo escenario presentado, O´Neil decidió traer sangre nueva para desarrollar el mismo. Escritores fijos de las bat-series en los años previos como Alan Grant, Doug Moench y Chuck Dixon –aunque este último seguiría vinculado mediante títulos paralelos como Nightwing y Robin- fueron sustituidos por guionistas en algunos casos procedentes de otros medios como Bob Gale –trilogía Regreso al Futuro-, Paul DiniBatman: The Animated Series-, Devin Grayson y Greg Rucka. Este último, establecido como novelista de serie negra y con algunos trabajos en el cómic independiente, acabará siendo la pieza clave que proporcionará los mejores momentos de la saga. Desarrollada durante todo el año 1999 –lo que, sumando todas las series implicadas, la convierte en una de las historias más extensas del personaje- Tierra de Nadie debe buena parte de su éxito al férreo trabajo de coordinación de O´Neil. Además de establecer una fluida comunicación entre sus guionistas para evitar contracciones argumentales, el veterano editor organizó el trabajo de sus escritores mediante arcos de tres o cuatro números escritos íntegramente por cada uno de ellos de forma rotatoria. Gracias a eso, y pese a la autoría colectiva, la saga lograba gozar de una solidez argumental inusitada en este tipo de eventos, esquivando los rellenos superfluos y tiempos muertos típicos de los crossovers.


La otra gran baza de esta historia es el gran dominio de los personajes demostrado por los autores. Más allá de las espectaculares escenas de acción los guionistas –y en especial Rucka- aprovecharon el insólito escenario catastrófico para sacudir moralmente a los personajes, empezando por un Batman superado por las circunstancias y obligado a replantearse sus métodos y terminando por un James Gordon resentido con el justiciero debido a su ausencia durante la catástrofe. Tan coprotagonista de la trama como el propio héroe titular, Gordon se verá obligado a poner contra las cuerdas sus principios personales. Algo que será dolorosamente patente en ese trágico desenlace donde, reviviendo el macabro recuerdo de La Broma Asesina, el Joker volverá a llevar la tragedia a su vida.


Entre medias quedan momentos memorables que las series regulares del murciélago no habían conocido en años recientes: el delirante juicio al que Dos Caras somete a Gordon actuando como abogado y acusación simultáneamente; la defensa casi bélica de la comisaría –último bastión del orden en la ciudad- frente a la ofensiva de un ejército de delincuentes callejeros; la reconciliación entre Gordon y Batman con este último desenmascarándose; los manejos del Pingüino como “proveedor de recursos” en el nuevo orden urbano; o la subtrama de política y engaño relacionada con Lex Luthor que en última instancia abrirá la puerta a la reconstrucción de Ghotham.


Con un plantel de dibujantes que incluía a Alex Maleev, Roger Robinson, Dale Eaglesham, Phil Windslade, Greg Land, Frank Teran o D´Israeli (aunque sus estilos sean muy diferentes, de nuevo la astuta organización de su trabajo en cada minisaga logra aportar uniformidad al conjunto) Tierra de Nadie sobresale de entre la maraña de crossovers anodinos por algo más que su peculiar ambientación. Además de dejar un puñado de historias notables la presente historia supuso la irrupción de nuevos personajes –Cassandra Cain como nueva Batgirl o el debut en la continuidad de la televisiva Harley Quinn- y dio pie al rediseño estético de Gotham tras casi una década dominada por los diseños de Anton Furst. Pero ante todo esta historia que ahora reedita ECC en una completa edición supuso la consagración en el medio de Greg Rucka. Con él se iniciaba una brillante etapa posterior donde, en solitario y/o mano a mano con Ed Brubaker, los lectores pudimos disfrutar del mejor Batman –y secundarios- en años.


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