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Daredevil: El Hombre sin Miedo #9: Chinatown Comic Digital
REVISTA ESPECIALIZADA EN CÓMIC
"Dios no existe. Lo maté" Cliff Steele / Doom Patrol #21
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Daredevil: El Hombre sin Miedo #9: Chinatown

De vuelta a las sombras

Un artículo de Rodrigo Arizaga Iturralde - Introducido el 17/09/2016
Daredevil: El Hombre sin Miedo #9: Chinatown
Daredevil: El Hombre sin Miedo #9: Chinatown USA - 2016
Guionista:Charles Soule
Dibujante:Ron Garney
Editorial:Panini Cómics - 144 páginas - color Precio:13,50€
PUNTUACION
3/5

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Sometida a la prolongada continuidad propia del género superheroico, la trayectoria de Daredevil funciona por ciclos que se alternan, siendo la influyente etapa de Frank Miller la que fija el principal estatus quo de este personaje. Tras cuatro excelentes años donde Mark Waid demostró que otro enfoque para el personaje era posible (y necesario) el enésimo relanzamiento editorial devuelve al Diablo Guardián a su escenario (los barrios bajos de Nueva York), tono (atmósfera de serie negra) y elementos (crimen organizado, misticismo oriental) característicos tras la luz, diversión y fantasía de la etapa previa.


Un regreso a los viejos tiempos claramente influenciado por la excelente adaptación televisiva a cargo de Netflix deudora del canon “milleriano”. Pero el problema no es tanto esa vuelta atrás como la forma en que está llevada a cabo. Así, sin mediar aclaración y/o transición apreciable, el guionista Charles Soule devuelve a Matt Murdock a su ciudad natal convertido ahora en fiscal pese a haber sido despojado de su licencia de abogado. Y lo hace eliminando de un plumazo el interesante reparto de secundarios de etapas previas con la única excepción del imprescindible Foggy Nelson en una breve aparición. Peor aún, Soule resuelve por las bravas y sin explicación alguna (más allá de mencionar de pasada un misterioso trato) la trama que ha marcado las andanzas del personaje durante la última década: la revelación pública de su identidad secreta. Un tema que, con excepción del citado Nelson, vuelve a ser un secreto para todos en una maniobra argumental huérfana de desarrollo, provocando en el lector mínimamente veterano una sensación de dejadez –por no decir de tomadura de pelo- que acaba lastrando el resultado general.


¿Qué aporta entonces el inicio de esta nueva etapa? Pues aparte de la sintonía que el nuevo guionista demuestra con el personaje (Soule es licenciado en derecho, lo que proporciona una chispa única a las escenas judiciales de la trama) lo más destacado es aquello en lo que se permite innovar dejando al margen influencias de otros autores y/o medios: la presentación de Punto Ciego, personaje de nuevo cuño convertido en aprendiz del protagonista. Dotado de un traje de invisibilidad con una llamativa estética kabuki, este joven asiático lleno de secretos permite que el guión toque temas como la inmigración ilegal además de crear una dinámica con el propio Daredevil insólita en la serie, aportando novedad a una trama donde los ninjas de La Mano y sus oscuros ritos místicos vuelven a aparecer por enésima ocasión.


El apartado gráfico firmado por Ron Garney posee en cambio una mayor dosis de innovación, combinando su más que probada solvencia narrativa con la apuesta por una llamativa estética basada en colores ocres y que juega con el fuerte contraste de colores como el blanco, negro y rojo del uniforme del protagonista sorprendiendo a cada página. Un derroche de talento visual que eleva la calidad de una propuesta que, en este primer tomo, presenta un resultado competente pero al que aún le queda mucho que demostrar.


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