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Hellblazer: Mike Carey #2 Comic Digital
REVISTA ESPECIALIZADA EN CÓMIC
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Hellblazer: Mike Carey #2

La familia es el infierno

Un artículo de Javier Jiménez Jiménez - Introducido el 15/01/2017
Hellblazer: Mike Carey #2
Hellblazer: Mike Carey #2 USA - 2016
Guionista:Mike Carey
Dibujante:Leonardo Manco, Marcelo Frusin, Steve Dillon
Editorial:ECC Ediciones - 400 páginas - color Precio:40,00€
PUNTUACION
4/5

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Tras el primer volumen presentado por ECC de la magnífica etapa de Mike Carey al frente del destino de nuestro bastardo comiquero preferido, llega el momento de asistir a las consecuencias de ese desesperado acuerdo cerrado en mortales circunstancias entre John Constantine y la demoníaca Rosacarnis. Una saga que vertebrará esta última etapa del excelente escritor de The Unwritten en la colección y que sumergirá a nuestro protagonista en una de las más destructivas y desmoralizadoras aventuras de su historia.


La decisión de Carey de otorgar un esqueleto argumental a esta última parte de su estancia en la colección decana de Vértigo es perfecta para transmitir a la narración esa sensación de inevitable tragedia que azota la existencia de la creación de Alan Moore. A pesar de su personalidad manipuladora, absoluto egoísmo y aparente falta de empatía, nuestro protagonismo tiene un pequeño grupo de familiares y amigos que le importan más de lo que querría que supiéramos y son ellos precisamente los que están en el punto de mira de este implacable juego del demonio y el ratón.


Un día de pesadilla para pagar una deuda infernal


Como comentábamos al abrir esta reseña, Carey llegaba al numero 200 de esta colección con la intención de entregar a sus lectores una historia épica y dura que hiciera justicia al bagaje de Constantine y sirviera de salva inicial a los eventos que se desarrollarían en el próximo año del título. De esta manera, el guionista decidía reunir a tres dibujantes claves en el devenir del mago con el objetivo de reflejar el recorrido de un John entregado a varias misteriosas vidas familiares que parecían esconder una amenaza implacable y mortal.


El tristemente fallecido Steve Dillon, artista vinculado a una de las más recordadas épocas del personaje junto a Garth Ennis, abría el número con el retorno de la recordada Kit y sentaba las bases de esta febril y espeluznante mirada a las posibles vidas de Constantine que, además, servía para que Marcelo Frusin diera el relevo a Leonardo Manco como dibujante oficial de esta etapa.


Tras este número inaugural daba comienzo una saga que llevaría a nuestro bastardo preferido al mismísimo infierno, literalmente, tras convertirse en objetivo de una trama conspirativa en la que se unían una vindicativa señora del averno, una feroz prole nacida en un día que duró años, un demonio caído en desgracia y expulsado del tártaro y el verdadero némesis de nuestro Constantine. La capacidad de Carey para mirar hacia el pasado de su protagonista se convierte en otro de las bazas que convierten esta etapa en un nuevo acierto dentro de la mitología del título y el cómic en general.


Un último viaje antes de la despedida


La propensión del guionista por el aspecto más fantástico de la existencia de Constantine se dejó ver en este último tramo de la colección con infinidad de fantasmas, leviatanes, sociedades mágicas secretas, íncubos, brujas, súcubos y demás fauna terrorífica. Por esta razón, cuando DC le ofreció volver al personaje en una novela gráfica independiente, el escritor decidió tirar la casa por la ventana y sumergirnos en la decadente y sucia vida en Hollywood, gracias a una trama en la que Constantine debía viajar a Estados Unidos para poner fin a una misteriosa plaga que pone en coma a cientos de personas entre las que encontramos, desgraciadamente, a la nieta de Chas.


Por supuesto, Carey utiliza en Todas sus Máquinas a sus deformes y despreciables monstruos para realizar un fresco de los aberrantes apetitos, las devoradoras tendencias e imparable hipocresía del ser humano, preocupado exclusivamente por el enriquecimiento propio, los placeres mundanos y la fama.


Una novela gráfica que se convierte en un éxito gracias al trabajo del guionista y, sobre todo, a un Leonardo Manco que se mueve como nadie por los tétricos parajes en los que Constantine se sumerge para intentar poner fin a esta siniestra enfermedad. Escenas como la llegada al sangriento matadero donde conocemos a Melosa o la primera visita a la infernal morada en la Tierra de Beroul se colarán en vuestras pesadillas por el resto de vuestras vidas. Y esa es otra de las razones para que no os perdáis este volumen…


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