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La Torre Oscura: Desvíos en viñetas

Un artículo de Rodrigo Arizaga Iturralde - Introducido el 01/02/2017

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El reciente catálogo de novedades de Random House vuelve poner de actualidad la saga de La Torre Oscura mediante el doble motivo de la publicación de una nueva entrega junto a la reedición en formato ómnibus de las primeras miniseries. Dos extensos tomos que en realidad solo suponen una pequeña parte de una franquicia multimedia. La Torre Oscura supone la obra más ambiciosa del prolífico novelista Stephen King. Una obra cuyas primeras páginas comenzó a escribir como un relato corto en 1978 y que concluiría en 2004 con la publicación de una séptima novela –en 2012 se publicaría una octava entrega narrando una historia “perdida” de la cronología-. Una saga en la que el autor se aleja del género de terror por el que es conocido para abrazar el de la fantasía épica de una forma bastante peculiar.


Definida por el propio King como “El Señor de los Anillos dirigida por Sergio Leone” (sic), La Torre Oscura narra las aventuras de Roland, un encallecido pistolero que vive en un extraño y anacrónico lugar llamado Mundo Medio habitado por fuerzas sobrenaturales. Roland persigue a un hechicero llamado Marten Broadcloak con el que parece tener cuentas personales pendientes y que a su vez trabaja para el Rey Rojo, temible criatura que gobierna el Mundo Medio desde la Torre Oscura, legendario enclave que sirve de nexo con otros mundos. La trama aparentemente sencilla se va complicando a medida que Roland encuentra en su búsqueda una serie de peculiares aliados procedentes de distintos mundos, tejiendo una continuidad narrativa tan enrevesada como el propio Mundo Medio, en el que Edad Media, salvaje Oeste americano y futuro post-apocalíptico se funden de manera indivisible.


Pese a su irregular ritmo de publicación, la saga logró seducir a numerosos fans, algo que motivaría que, tras su conclusión, Marvel se aproximase a Stephen King con la intención de adaptarla al cómic. Pero dicha adaptación no se iba a limitar a una simple traslación en viñetas, sino que ampliaría la cronología de los libros aprovechando los huecos de su extensa continuidad. Una labor para la que se contaría con los servicios de Robin Furth, asistente del propio King y principal experta en la saga, sobre la que ha publicado varios ensayos. Para asegurar el funcionamiento del cómic, Marvel pondría a Furth a trabajar codo con codo junto a Peter David y Jae Lee. El primero aportaría su veteranía, adaptando los argumentos de Furth a la narración y el ritmo propios del cómic como medio. Pero sería el apartado gráfico el que acabaría de dotar a la obra de una entidad propia. El trazo inconfundible de Lee, tan esquemático como efectivo, disimula carencias como la limitada expresividad o la casi ausencia de fondos mediante su talento para crear atmósferas opresivas y su uso del color como instrumento sensorial.


Partiendo de los flashbacks incluidos en el primer y cuarto libro, el tándem Furth/David enfocó el cómic como una precuela centrada en los orígenes del protagonista y los acontecimientos que llevaron a su existencia solitaria y su vendetta contra el hechicero. Una trama desarrollada a lo largo de treinta entregas –agrupadas a su vez en varias miniseries- que complementaría lo narrado en las novelas, entrando en detalle de acontecimientos apenas explicados en estas últimas como la desaparición de Gilead –hogar de Roland- y su dinastía de pistoleros o la trágica batalla de la colina de Jericó.


A pesar de que una narración que en ocasiones peca de morosa, cayendo en los vicios de una descompresión narrativa que parece forzada para el lucimiento del dibujante –de hecho la lectura del cómic gana enteros en forma de tomos recopilatorios- esta precuela acabaría revelándose como una sólida historia de acción que no desmerece su condición de capitulo “oficial” de la franquicia. El éxito de la misma propició la continuidad del proyecto mediante un nuevo ciclo en el que Furth y David enlazan su trabajo con el de la primera novela. Un segundo ciclo donde Lee cedió los lápices a autores como Sean Phillips, Michael Lark y Alex Maleev, quienes mantuvieron la estética cruda y tenebrosa de su predecesor pero aportando una mejoría en el aspecto narrativo. Además, Furth y David ampliaron el argumento mediante varios especiales centrados en personajes secundarios como el citado villano Marten, el niño telequinético Sheemie o Arthur Eld, legendario antepasado del propio Roland.


A falta de ver publicado en España el tercer ciclo del cómic –basado a su vez en la segunda novela-, la reedición de Random House de las dos primeras etapas de la serie se presenta como una perfecta introducción a esta interesante y extensa saga. Saga que pronto tendrá una nueva vuelta de tuerca mediante su adaptación cinematográfica y que parece haber cobrado vida más allá de su autor y encarnación originales.


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