Arturo: Una Epopeya Celta Volumen 1

Yermo sigue prorrogando la leyenda artúrica

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Las leyendas artúricas siempre han sido bastante recurrentes a la hora de escribir algunas de las historias más famosas del cine, literatura y, como no, del cómic. A estas alturas, llama poderosamente la atención la fuente inagotable que suponen todas esas fábulas y mitos, narraciones que sirven de base a relatos más complicados y enrevesados. Hay de todo, desde los clásicos largometrajes Excalibur y Los Caballeros del Rey Arturo, hasta La Muerte de Arturo, escrita por Sir Thomas Malory, pasando por clásicos de las viñetas como Camelot 3000 o Merlín del gran Robin Wood y Enrique Alcatena. Esto es tan solo una breve muestra de las veces que ha servido como inspiración el bueno de Arturo y, obviamente, vuelve a ocurrir con el volumen que hoy nos ocupa.


Arturo: Una Epopeya Celta Volumen 1 consigue sorprender al lector y aportar un nuevo punto de vista al tan usado tema. Los autores, David Chauvel y Jérôme Lereculey, optan por estructurar el volumen centrando la acción de cada uno de los álbumes contenidos en él de forma individual. De esta manera irán desfilando por las páginas personajes como Myrddin (Merlín), Arturo o Gwalchmei (Galván), nombres que no han sido traducidos al español y que, por lo tanto, leeremos en galés. No será este el único “obstáculo” que nos vamos a encontrar en la lectura ya que Chauvel le va a exigir al lector que ponga de su parte para que atienda a los poblados textos de apoyo, muchas veces, de mayor importancia que los diálogos de turno.


Pero desde aquí hacemos un llamamiento para tranquilizar al respetable. Sí, hay pasajes puramente históricos, pero también hay lugar y momento para las escenas de acción, para esos combates violentos y sangrientos que tan bien se retratan en el cómic europeo. Las tres entregas contenidas en el volumen publicado por Yermo, sirven como una perfecta introducción a la saga del rey, no es de extrañar la cantidad de textos que nos vamos a encontrar ya que el guionista quiere aprovechar al máximo estas páginas. Vamos a ser testigos de la evolución de todos los personajes, desde un Arturo que poco a poco se está convirtiendo en la poderosa figura que conocemos hoy en día, hasta las continuas escenas de locura que tendrán a Merlín como eje central.


Llama la atención el riesgo que decide correr Chauvel a la hora de nombrar protagonista absoluto a personajes distintos a Arturo, álbumes que a pesar de este detalle, no se ven resentidos en calidad ni en interés. En la parte gráfica habría que mencionar el gran trabajo que realiza Lereculey a la hora de ilustrar las continuas escenas de diálogos entre los protagonistas pero, aún más, en los momentos belicosos, es aquí donde más brilla el dibujante dotando de un dinamismo y espectacularidad a las páginas. También habría que añadir la gran ambientación del relato, transportándonos hasta los escenarios medievales donde tuvo lugar los acontecimientos narrados y que aquí brillan y lucen mejor que nunca gracias, en parte, por unos exquisitos y acertados colores. Una más que notable aportación al mito artúrico que, por mucho que pase el tiempo y las obras, no parece tener fin.