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La Atalaya del Vigía Comic Digital
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Siempre Vengadores: Pasado, presente y futuro de los más poderosos de Marvel

Un artículo de Rodrigo Arizaga Iturralde - Introducido el 28/11/2017
La Atalaya del Vigía

Actualmente la franquicia Vengadores goza de cuatro cabeceras luciendo el nombre del grupo en sus títulos. Cabeceras de estilos muy distintos pero con la intención común de atraer a nuevos lectores, acercándose en lo posible a las formas de la exitosa adaptación cinematográfica. Resulta paradójico que en ese panorama Panini reedite Siempre Vengadores, miniserie que solo puede describirse como una carta de amor dedicada a los fans más veteranos e irredentos. No solo de los héroes más poderosos de la Tierra, sino del universo Marvel en toda su longeva trayectoria.

A finales de los noventa los Vengadores pasaban por un momento dulce gracias a la labor de Kurt Busiek, guionista que había logrado renovar la cabecera tras años de decadencia mediante una combinación historias de rebosante vitalidad y un tono clásico que recuperaba elementos de las antiguas etapas más memorables de la serie. Sin embargo la historia más ambiciosa de Busiek sobre el grupo se publicaría aparte en una miniserie de doce entregas dibujada por Carlos Pacheco.


Dueño de un conocimiento enciclopédico sobre Marvel y su continuidad, Busiek planteaba aquí una ambiciosa trama con la que recorría literal y figuradamente toda la cronología del grupo, utilizando elementos de su pasado, presente y posible futuro para construir una historia épica. Una historia que además de repasar algunas de las tramas y etapas más famosas de las casi cuatro décadas desde la publicación de Avengers #1 USA buscaba reparar varias inconsistencias de su continuidad. Desde la primera página ambientada en el siglo XXVI y protagonizada por el pueblo centauriano al que pertenece el Yondu de Guardianes de la Galaxia hasta la última, con la Inteligencia Suprema Kree elaborando un megalómano plan en el presente, la serie era un torrente continuo de guiños, menciones y detalles minúsculos no aptos para lectores recién llegados. De hecho, hasta los más veteranos se las veían y deseaban para localizar todas las referencias argumentales y visuales, obligando a que cada entrega incluyese un apéndice indicando el significado y numeración de las mismas.


La premisa misma partía de una historia clásica como la Guerra Kree-Skrull, con un Rick Jones que, como sucedía en aquella, volvía a manifestar el poder de la fuerza del destino. Inmortus, la versión futura de Kang el Conquistador, buscaba asesinar a Jones para impedir que dicho poder destruya el futuro. Pero su plan era desbaratado por el propio Kang -recordemos, versión pretérita del propio Inmortus- que tenía sus propios planes al respecto. Jones utilizaba de nuevo la fuerza del destino para invocar a un grupo de héroes que resultaban ser Vengadores provenientes de diferentes épocas: un Ojo de Halcón sin flechas trucadas salido del final de la Guerra Kree-Skrull; un Capitán América desmoralizado tras los sucesos de la clásica saga del Imperio Secreto; unos Pájaro Cantor y Capitán Marvel trasportados desde el futuro a una época donde la primera aún era una villana integrante de los Thunderbolts y donde Genis-Vell aún no había asumido el manto de su padre; una Avispa y un Hombre Gigante (Hank Pym) del presente; y, rizando el rizo, un segundo Hank Pym salido de su época de desequilibrio mental como Chaqueta Amarilla. Un grupo descordinado y mal avenido obligado a a trabajar juntos durante una aventura a lo largo del tiempo y el espacio mientras Inmortus y sus servidores, los fantasmas espaciales, intentaban liquidarles.


De la futurista Cronópolis al salvaje oeste de Rawhide Kid, de una desconocida versión de los Vengadores en los años 50 al futuro invadido por los marcianos de Killraven, del antiguo Egipto gobernado por Rama Tut –otra versión de Kang- al limbo que existe más allá del tiempo el argumento progresaba mientras Busiek revelaba facetas ocultas de tramas como el origen de Visión, los hijos de la Bruja Escarlata o la saga de la Madonna Celestial, arreglaba las incongruencias de Operación: Tormenta Galáctica y La Encrucijada y ponía orden en la cronología de Kang y sus diferentes encarnaciones. Un verdadero encaje de bolillos que, si bien puede resultar bastante denso debido a la cantidad de datos mencionados, nunca cae en el tedio gracias a un ritmo endiablado que alterna los encontronazos y giros entre los protagonistas con espectaculares escenas de acción.


Para semejante tour de force, Busiek contó con Carlos Pacheco, enfrentado aquí al gran reto que suponía no solo dibujar escenas con gran cantidad de personajes y detalles, sino también reproducir tanto los diferentes escenarios y épocas por las que transita el guión como revisitar diferentes etapas de la serie, viéndose obligado a canalizar la estética de los diferentes dibujantes de aquellas sin perder su estilo propio. El detalle de las tintas de Jesús Merino redondeaba un trabajo lleno de viñetas abarrotadas de referencias que exigen varias relecturas para ser captadas por completo. No nos atreveremos a asegurar que es el mejor trabajo del dibujante gaditano, pero desde luego si es el más exigente y laborioso de toda su carrera.


Autentico festín para el lector veterano, Siempre Vengadores tiene la ventaja de atesorar las virtudes de un gran evento sin ninguno de sus defectos al ser una historia perfectamente autónoma, centrada en una única cabecera y con un principio, nudo y desenlace claros. Fue asimismo punto de partida para la estupenda serie regular centrada en el nuevo Capitán Marvel escrita por un inspirado Peter David y, pasadas casi dos décadas de su publicación, aún conserva la solidez de aquellos viejos cómics que marcaron a fuego la juventud de sus lectores.


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