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Fafhrd y el Ratonero Gris: Aventuras y desventuras en viñetas

Un artículo de Rodrigo Arizaga Iturralde - Introducido el 09/06/2018

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Con la reciente publicación del Segundo Libro de Lankhmar por parte de Ediciones Gigamesh se completa la publicación de las aventuras completas de Fafhrd y el Ratonero Gris, el dúo de héroes más famoso del género de la espada y brujería. Un género cuyas constantes fueron definidas en buena parte gracias a sus aventuras, las cuales han tenido una trayectoria en el mundo del cómic tan breve como interesante que merece la pena repasar.

Creados en la década de 1930, Fafhrd y el Ratonero Gris nacieron de la imaginación del escritor Fritz Leiber y su amigo Harry Otto Fisher. La afición de ambos a la fantasía y los juegos de mesa propició que decidiesen crear su propio juego, inspirándose en sí mismos para modelar a ambos personajes y escribiendo diversas aventuras. Su nacimiento “oficial” se produjo en 1939 con la publicación de un relato en la revista de literatura Pulp Unknowk, iniciándose así un ciclo de novelas e historias cortas escritas por Leiber que se publicarían de manera intermitente durante las cinco décadas siguientes.


Premiada con galardones como el Hugo y el Nebula, la saga está ambientada en el mundo fantástico de Nehwon, generalmente con historias acontecidas en Lankhmar, su principal ciudad. Por allí merodean Fafhrd, un corpulento bárbaro de las heladas estepas del norte, y el Ratonero Gris, un antiguo aprendiz de mago reconvertido en escurridizo ladrón. Opuestos tanto en físico como en personalidad, las circunstancias le llevan a formar un picaresco dúo que sobrevive robando y alquilando sus espadas en aventuras que les enfrentan con bandidos, gobernantes corruptos, brujos y toda clase de seres sobrenaturales bajo la supervisión de Sheelba y Ningauble, dos misteriosos hechiceros ocultos bajo sus túnicas con capucha que ocasionalmente contratan sus servicios.


Dada su popularidad no es de extrañar que en la década de 1970, tras el éxito en cómic de Conan el Bárbaro, Leiber pronto recibiese ofertas para llevar su dúo a las viñetas. El propio Roy Thomas ya había hecho un guiño en la propia serie del cimmerio, haciendo que Conan se encontrase con una pareja de ladrones llamados Fafnir y Ratón Negro, convirtiendo al primero en secundario habitual de la primera etapa de la serie. DC Comics sería la elegida por Leiber, aunque curiosamente la primera aparición de los personajes fue en Wonder Woman #202 USA con una aventura donde Wonder Woman y Catwoman eran transportadas mágicamente a Newhon. En 1973 se convirtieron en protagonistas de la serie Sword of Sorcery, escrita por Dennis O´Neil y dibujada por unos primerizos Jim Starlin, Walter Simonson y Howard Chaykin. Pese a su pedigrí autoral, la serie –que alternaba adaptaciones de Leiber con historias originales- acabó cancelada tras apenas cinco entregas.


Hubo que esperar hasta 1990 cuando Marvel, a través de su sello independiente Epic, decidió poner a los personajes en manos de un dúo excepcional. Los guiones venían firmados por un ya consagrado Chaykin -quien recordaba la adaptación previa como un trabajo fallido y veía aquí la oportunidad de desquitarse- mientras que los lápices corrieron a cargo de un Mike Mignola en su mejor momento y cuyo trazo próximo a la fantasía de atmósferas decadentes y tonos sombríos se adaptaba como un guante a la prosa de Leiber. Publicada en cuatro álbumes en formato prestigio, esta nueva versión adaptaba siete de los relatos literarios comenzando por el primer encuentro de los protagonistas titulado Aciago Encuentro en Lankhmar.

Pese a que cada relato puede ser disfrutado de manera independiente, Chaykyn procura centrar esta nueva versión en torno a la relación no siempre cordial entre ambos personajes, marcada por la muerte de sus amadas debido a la venganza de un brujo y manteniendo la mezcla de drama y humor negro del original literario –a destacar su ácida crítica al culto religioso con Malos Tiempos en Lankhmar-. Cínicos, juerguistas, promiscuos y con pocos escrúpulos pero buen fondo, Fafhrd y Ratonero encajan como un guante en la habitual galería de antihéroes granujas característica del creador de American Flagg.


Por su parte, Mignola firma aquí uno de sus mejores trabajos cuidando no solo el detalle y expresividad de los personajes –dos aspectos poco trabajados en sus obras más recientes-, sino también dando a sus aventuras una ambientación exótica y misteriosa. Sus páginas sumergen al lector en una Lankhmar de callejones sucios y humeantes y añejos edificios de arquitectura recargada; en desolados parajes yermos poblados de fantasmas; en mágicos reinos submarinos habitados por criaturas anfibias; o en siniestros bazares donde la tentadora ilusión esconde seres monstruosos. El certero entintado de Al Williamson potencia los matices del lápiz mientras el coloreado de Sherlyn Van Valkerburg marca el tono de la narración y/o potencia el uso de masas de negro habitual del dibujante, proporcionando un resultado inmejorable cuyo mayor defecto es que la serie no tuviese continuidad posterior.


Desde entonces, casi tres décadas después, Fafhrd y Ratonero Gris han permanecido ausentes del mundo del cómic –si descontamos su breve aparición en Fábulas donde, convenientemente rebautizados como Freddy (sic) y Ratón, eran los responsables de liberar al villano Mr. Dark de su encierro mágico-. Afortunadamente Norma Editorial tuvo a bien la acertada idea de reeditar la obra de Chaykin y Mignola en un estupendo recopilatorio que ningún lector, aficionado o no a la espada y brujería, debería dejar pasar.


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