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Biblioteca Grant Morrison: Kid Eternity Comic Digital
REVISTA ESPECIALIZADA EN CÓMIC
"'Estaré fuera volándome los sesos, General Furia'. 'Procure no salpicar'." (Carol Danvers y Nick Furia / Special Ultimates & Ul. X-Men #4)
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Biblioteca Grant Morrison: Kid Eternity

Un personaje imposible para el mejor Morrison

Un artículo de Javier Jiménez Jiménez - Introducido el 16/02/2020

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Tengo que reconocer que he sido un seguidor de Vertigo desde la aparición del sello editorial en la década de los 90. A decir verdad, series como Hellblazer, Sandman o La Patrulla Condenada ya habían atrapado mi mente lectora antes de la creación de este rincón inigualable comiquero, gracias a esas propuestas rompedoras y únicas que me enseñaron que había mucho más en la viñeta que trajes luminosos, superpoderes imposibles y enfrentamientos pijameros.

Como ya comenté en mis reseñas para la brillante biblioteca Hellblazer, puedo recordar el momento exacto en que una portada consiguió hipnotizarme y, con un solo vistazo, cambió mi mundo por completo. El dibujante de aquella cubierta era el inigualable Dave McKean pero, lo que de verdad me llevó a caer rendido ante estas propuestas, fue cómo los autores trataban los temas candentes del mundo actual -de aquellos años, por supuesto… aunque tampoco ha cambiado tanto la cosa desde entonces- para disfrazarlos de historias de brujería, ocultismo o ciencia-ficción, consiguiendo impregnar aquellas narraciones de un aire amenazantemente diferente al resto de oferta comiquera de aquel entonces.


Grant Morrison en estado puro


Para no faltar a la verdad, mi devoción más absoluta fue a parar a Neil Gaiman y su universo Sandman. Como suele suceder con estos casos, el descubrimiento de los Eternos y su peculiar cosmos se grabó a fuego en mi mente y las posteriores aportaciones del escritor al mundo del cómic sirvieron para fortalecer aún más su condición de maestro narrador gracias, por supuesto, a obras como Orquídea Negra, Casos Violentos o Muerte: El Alto Coste de la Vida.

Sin embargo, había otros dos autores que conseguían entregar obras imposibles con cada nueva aportación al sello Vertigo: Peter Milligan y Grant Morrison. El primero de ellos sería el creador de apuestas tan arriesgadas como, en la mayoría de los casos, sexualmente explícitas entre las que destacan Shade, el Hombre Cambiante, The Extremist -que pide a gritos embutidos en cuero una reedición por parte de ECC- y la genialmente transgresora Enigma.


Morrison, por su parte, era el guionista del relanzamiento de la extravagante Patrulla Condenada y había creado una de las historias que habían revolucionado el panorama superheroico de la época con la descollantemente brutal Arkham Asylum -perdonad pero, para mí, siempre llevará el título de la primera vez que cayó en mis manos y me obligó a leerla de manera cíclica durante meses intentando descifrar cada uno de sus misterios y referencias-.

Por supuesto, el autor se convirtió en uno de los valores seguros del cómic adulto y Karen Berger decidió ofrecerle la reinvención de un oscuro personaje creado por la desaparecida Quality Comics que reunía muchos de los intereses que habían marcado la producción del escritor escocés. De esta manera, Morrison tuvo carta blanca para cambiar todo lo que quisiera del entorno de Kid Eternity y arrastrarlo a los más oscuros rincones de su psique gracias a una trama que aunaba fantasmas con capacidad de traer de vuelta a cualquier persona fallecida en la historia, viajes astrales al mismísimo infierno, imparables asesinos en serie con delirios religiosos y sanguinarias bestias del averno con inquietudes artísticas a la hora de exterminar a la raza humana.


Acompañado de un Duncan Fegredo capaz de ilustrar cada una de nuestras peores pesadillas, Morrison nos regala un alucinante viaje al corazón de la miseria humana disfrazado de relato de terror noventero que obliga al lector a zambullirse en los parajes más abyectos y tenebrosos de la viñeta, con pasajes tan crueles como la verdadera naturaleza del “abuelo” de nuestro protagonista o tan brillantes como las actuaciones humorísticas de Jerry Sullivan con el que dan comienzo varios capítulos de la propuesta.

Un cómic que no debes dejar pasar y que pide a gritos estar en cualquier biblioteca que quiera tener los mejores cómics de la historia del noveno arte por toda la ¡¡¡Eternidad!!!


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