Fandigital y Comicdigital emplean cookies para determinadas funcionalidades. Si continúa navegando asume la aceptación de las mismas.
La Atalaya del Vigía - Sara: La guerra a través de la mirilla Comic Digital
REVISTA ESPECIALIZADA EN CÓMIC
"Dicen que la fama es la nueva moneda de curso legal en todo el mundo. " Bruce Wayne / Batman #663
ID

La Atalaya del Vigía - Sara: La guerra a través de la mirilla

Garth Ennis y Steve Epting inauguran la línea TKO en nuestro país

Un artículo de Rodrigo Arizaga Iturralde - Introducido el 16/01/2021

Artículos relacionados

· La Atalaya del Vigía - Richard Corben: Breve guía para un vasto legado

· La Atalaya del Vigía - Clandestine: Enredos de (super)familia

· La Atalaya del Vigía - ¡García!: Leyendas de la España de ayer y hoy

Entre las recientes novedades dedicadas al cómic independiente norteamericano destaca Sara, tomo recopilatorio con el que Panini Cómics inicia la publicación en España del catálogo de TKO Studios. Una nueva compañía cuya estrategia editorial rompe con las normas habituales de publicación del cómic USA -publicación de la obra íntegra y simultánea en tres formatos (grapa, tomo y digital) y directamente lanzada en las librerías sin pasar por distribuidor- y para cuyos contenidos ha conseguido reclutar a nombres tan interesantes como Jeff Lemire, Joshua Dysart, Steve Niles o Garth Ennis y Steve Epting, responsables estos últimos de la obra antes citada con la que el guionista irlandés da otra vuelta de tuerca a sus historias de guerra.

Decir que Garth Ennis es un enamorado del género bélico resulta tan obvio a estas alturas como señalar que el Papa es católico. Desde su misma infancia como lector devorando los ejemplares de Eagle y Battle Picture Weekly, los temas y formas del género no solo marcaron la base de su posterior estilo como guionista, sino permearon la mayor parte de su obra tanto en trabajos de encargo (ahí están sus celebradas versiones de Punisher y Nick Furia para la línea MAX de Marvel) como en proyectos de creación propia directamente inscritos en el género como War Story o Battlefields. Y aunque su tendencia hacia el humor negro y absurdo también ha dejado huella en el género (Las Aventuras de la Brigada del Rifle), es en sus obras bélicas donde se suele encontrar al Ennis más sobrio y respetuoso, haciendo gala de un cuidado trabajo de documentación a la hora de elaborar tanto el contexto histórico como la personalidad de sus protagonistas.


En el caso de Sara, Ennis regresa a la IIª Guerra Mundial para mostrarnos una faceta poco visitada dentro del imaginario de ficción de dicho conflicto: el papel de las mujeres soldado dentro del ejército soviético y, más en concreto, su sección de francotiradoras femeninas. Un activo militar responsable de numerosas bajas entre el ejército nazi durante la llamada “gran guerra patriótica” y crucial en la resistencia del frente oriental de la contienda pero cuyo papel fue mayoritariamente ignorado, siendo solo en los últimos años cuando ha comenzado a ponerse de relieve. Ambientada en el crudo invierno de 1942, Sara sigue a lo largo de sus seis entregas las peripecias de su protagonista titular, una joven tiradora de larga distancia cuya pericia a la hora de planificar y ejecutar sus operaciones la convierten en la miembro más destacada de su pelotón integrado exclusivamente por mujeres. Dicha pericia da origen a una celebridad tanto entre sus propias filas como entre las del enemigo, que la conocen con el apodo de La Zorra Roja (sic). Algo que, irónicamente para una francotiradora, acaba convirtiéndola en un blanco tanto de la maquinaria de propaganda soviética como de los esfuerzos de los nazis, quienes destinan a la zona a un misterioso francotirador de élite con el objetivo de liquidarla.


Ennis elabora un relato cargado de tensión donde la planificación, la espera y la sangre fría a la hora de tomar decisiones mortales en un solo instante marcan el ritmo de la narración, manejando con gran habilidad los saltos temporales que ponen en perspectiva las acciones de la protagonista con su visión del conflicto. Algo que se traduce en momentos tan destacados como el que forma el segundo capítulo, donde se muestra en paralelo sus reticencias apretar el gatillo durante su entrenamiento como francotiradora en contraste con su mortal eficacia posterior a la hora de liquidar en solitario a todo un pelotón enemigo. Una estructura que junto al certero uso de textos de apoyo en primera persona permite ir más allá del simple espectáculo de acción para profundizar en la personalidad de Sara, cuyo idealismo inicial ha dado paso a un cinismo descreído que apunta no solo a sus enemigos sino también a la hipocresía de su propio bando, responsable de sus propias atrocidades y siempre vigilante a la hora de purgar hasta el más simple gesto de disensión y/o crítica.


Todo ese apego de Ennis por la verosimilitud y fidelidad del relato tiene su correspondencia en la parte gráfica por parte de Steve Epting. Un artista que desde su eclosión en la estupenda etapa del Capitán América junto a Ed Brubaker ha ido dejando de lado sus primeras obras como eficaz émulo de John Buscema para evolucionar en un estilo realista, rayano en lo fotográfico pero sin caer en el estatismo y/o la inexpresividad de otros autores que han adaptado esa pátina gráfica. La atención al detalle en las armas y uniformes así como la plasmación de los inmensos y solitarios parajes de las estepas rusas, redondeados por matices del color (la sombra de los arboles, las estancias iluminadas por un candil, ese blanco impoluto que transmite el frío de la nieve) obra de Elizabeth Breitweiser, proporcionan un aire cinematográfico -como de fotografía “gastada”- que certifican un producto de acabado impecable.


Sin recurrir a efectismos y esquivando los tópicos más sobados, Sara supone un relato de corte íntimo donde, más allá de la incertidumbre que supone ese duelo frente al fantasmagórico francotirador alemán, uno se queda con la evolución emocional de su protagonista y los lazos que establece con sus compañeras, enfocando la guerra no como una lucha por el poder entre potencias, sino entre seres humanos por defender a las personas que tienen a su lado. El emotivo desenlace, que resalta la humanidad del personaje en tan inhumano escenario, redondea el estupendo balance de uno de los cómics más redondos que servidor ha podido catar esta temporada. Un título que pone las expectativas bastante altas respecto a futuros lanzamientos de TKO, pero sobre todo demuestra que incluso en un género aparentemente trillado como el de las historias bélicas aún quedan filones sin explotar.


contactarEdición impresa