The Walking Dead #1

Interrelaciones y dramas humanos con zombis al fondo

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De vez en cuando surge una serie que tiene todas las papeletas para ser recomendada a esos amigos y familiares que todos tenemos que leen muy de vez en cuando, y si encima hay viñetas y bocadillos, menos todavía. En nuestra incensante labor por llevar el mundo del cómic a todo aquel que se nos pone a tiro, seguros de que terminarán disfrutando del noveno arte tanto como nosotros (ya están tardando en darnos subvenciones), tratamos de agarrarnos a la popularidad de sus adaptaciones al cine o la televisión para recomendar el cómic en el que se basa a todo el mundo. ¿Te gustó la serie de Watchmen y no has leído el cómic de Alan Moore y Dave Gibbons? Eso tiene fácil arreglo. Luego viene la complicada parte en la que intentamos resumir la trama de la serie en cuestión sin desvelar demasiado, pero lo suficiente para enganchar con lo que les contemos al futuro lector.


Cuando se estrenaron las primeras temporadas de The Walking Dead, era fácil que los no iniciados te preguntasen por el cómic de Robert Kirkman, deseosos de ampliar el material que acababan de ver en pantalla o de saber cómo iba a seguir la historia en las próximas temporadas aún no emitidas. Estos eran los casos más fáciles, ya que conocían bien a Rick Grimes y compañía, y no era complicado picarles con algunos datos de lo que estaba por venir. El verdadero desafío estaba en conseguir que alguien se enganchase a su lectura a pesar de no conocer casi nada sobre la serie aunque, para estos casos, lo que mejor funcionaba era la verdad. The Walking Dead no es una serie sobre zombis. Sí, habéis oído bien. En realidad, y para mí, en eso reside el verdadero éxito de la serie, se trata de una serie de personajes que, en este caso, se ven obligados a luchar contra una inesperada invasión zombi, que pronto va a poner bocabajo sus vidas y la de todos los supervivientes. Si ante esta afirmación me encontraba algún futuro lector dubitativo, tan solo tenía que prestarle el primer tomo y dejar que, como todos los que hemos puesto nuestros ojos sobre la obra más popular de Kirkman, terminase irremediablemente enganchado al devenir de sus protagonistas.

El propio autor reconocía cuando la fiebre zombi se desató, que había planificado la serie como una película de muertos vivientes que no tendría fin. Siempre que veía una de estas películas, se preguntaba que pasaría con tal o cual personaje una vez aparecían los títulos de crédito, y aquí no íbamos a tener el mismo problema, bastaba con acudir a la librería al mes siguiente y llevarte a casa un nuevo número.


The Walking Dead nos cuenta la historia de Rick Grimes, un policía que despierta en un hospital después de un tiroteo en acto de servicio, para descubrir que el mundo que conocía ha cambiado para siempre, y que se encuentra separado de su mujer y su hijo, a los que buscará al tiempo que intenta sobrevivir y adaptarse a este nuevo y peligroso entorno. En su camino, conocerá al resto de protagonistas, siempre cambiante, y es que la otra clave de la serie es que no debes encariñarte con nadie. Conocer sus miedos, sus vidas antes de que llegaran las hordas de caminantes, y como tratan de organizarse para sobrevivir es algo que ocupará este tomo y los quince restantes, ya que la serie finalizó no hace mucho por expreso deseo de su creador. Si nunca has decidido darle la oportunidad a la serie “porque no te gustan las historias de zombis”, hazte un favor y llévate a casa el primer tomo de esta nueva y flamante edición que ahora nos trae ECC... Me lo agradecerás.