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Bolívar se come Nueva York Comic Digital
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Bolívar se come Nueva York

¿Existe alguna comida mejor que un sándwich de carne en conserva?

Un artículo de José María Pérez Cuajares - Introducido el 03/10/2021

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Corría el año 2019 cuando en la redacción nos volvimos locos con Bolívar, una entrañable propuesta con la que Sean Rubin nos robaba el corazón a los lectores, ya fueran jóvenes lectores o jóvenes de espíritu. En sus páginas conocíamos a Sybil, una inquieta niña que vive en Nueva York justo al lado de un dinosaurio. Sí, habéis leído bien. Lo que pasa es que la gente que vive en la gran ciudad está tan ocupada que no repara en la presencia del gigantesco inquilino de la pequeña. Pronto descubriremos que le encanta visitar tiendas de segunda mano en las que buscar primeras ediciones de sus libros favoritos, o que su comida favorita son los sándwiches de carne en conserva. Pero dejemos a un lado esta primera historia de Bolívar y Sybil, volviendo a recomendarla para aquellos que la pasaron por alto, y centrémonos en esta nueva propuesta de Sean Rubin.


En esta segunda, y por desgracia más breve historia, Sybil está harta de que su mejor amigo se alimente básicamente de sándwiches de carne en conserva, sobre todo porque viven en la Gran Manzana, conocida entre otras cosas por tener una de las mejores ofertas gastronómicas del mundo. La pequeña decide hacer una apuesta con Bolívar, al que “rapta” el último de sus apetitosos sándwiches, y promete no devolvérselo hasta que haya probado todos los platos que le ofrezca, comenzando así un curioso tour por Nueva York, visitando los más dispares establecimientos culinarios y probando los alimentos más famosos e insólitos que la ciudad puede ofrecerles.

Su viaje comienza por la charcutería Karnofsky, en la que además de pedir los sándwiches que Bolivar devora cada día, podemos encontrar otras interesantes propuestas, siempre que no pidas mayonesa en tu sándwich. Después viajaremos a Coney Island para dejarnos llevar por la comida rápida mientras montamos en sus atracciones, ya sean los clásicos perritos calientes y pretzels, o los más innovadores knish crujiente (puré de patata cubierto de masa frita) o unas deliciosas ancas de rana, algo que Bolívar simplemente no será capaz de entender.


El viaje de Sybil y Bolívar continúa en Queens, donde llegarán a La Casa de Té Bosco, el lugar perfecto para disfrutar de lo que allí llaman “delicia del corazón”, algo que describe a la perfección platos como los dumpling de gambas, el pastel de nabo o el bollo de cerdo. Otra cosa será que Bolívar sea capaz de comer con palillos estas deliciosas propuestas.

Hay para todos los gustos en las páginas de este libro: kebabs y shawarmas, bagels y arenques, o acercarse a probar la mejor pizza de todo Nueva York, aunque Bolívar no termine de verle la gracia. Y de postre, unos deliciosos cannolis. Sean Rubin demuestra su ascendencia neoyorkina para dejarnos una deliciosa mezcla de libro de viajes y tiras cómicas dominicales, en un relato que se lee en un suspiro, ideal para compartir con los más pequeños de la casa, y que nos deja con ganas de que el autor encuentre algún motivo para llevarnos de nuevo a su ciudad, a acompañar a Sibyl y Bolívar en una nueva aventura.


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