La Cosa del Pantano: Ramas Gemelas

Este no es el Alec Holland que yo conocía

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No me canso de recomendar cada nueva novela gráfica que publica Editorial Hidra, a menudo como parte de ese plan secreto de conquistar a los jóvenes, haciéndoles caer irremediablemente en el vicio de la lectura, para que luego necesiten conseguir su dosis diaria en forma de cómics. Este maquiavélico plan tiene como base mi propio amor por el noveno arte, algo que no me esfuerzo ya en ocultar y que me gustaría transmitir no solo a mis hijos, sino a todo joven que se cruza en mi camino, ya sea en forma de sobrino, vecino, hijo de amigos, o cualquier forma imaginable. Los héroes de DC nunca habían tenido mejor pinta, y es que este rejuvenecimiento le ha sentado bien a pesos pesados como Superman o Batman, o a personajes ya de por si juveniles, como los Nuevos Titanes, convertidos de nuevo en todo un superventas gracias a los escarceos amorosos de Chico Bestia.


Sin embargo, el título que hoy os traigo es igualmente recomendable para nuevos lectores, que no tengan ni la menor idea de quién es La Cosa del Pantano, como para lectores más veteranos, que van a encontrar aquí una versión del profesor Holland muy distinta a la que conocían. Margaret Stiefvater, curtida en novelas fantásticas y que se estrena aquí en el mundo del cómic, se une a Morgan Beem, de quien reivindicamos The Family Trade junto a Justin Jordan para el sello Image, para contarnos la increíble historia de los hermanos Holland. Alec y Walker son dos hermanos gemelos, tan idénticos físicamente como diferentes en forma de ser, que van a comenzar un verano con sus primos que les cambiara para siempre.


Es el verano antes de comenzar la universidad y su llegada a un ambiente extraño en el que van a estar rodeados de desconocidos se planteará como una oportunidad para Walker y como una amenaza para Alec. En el fondo de esta historia tenemos un extraño experimento de clonación que tiene a las plantas como paciente cero, al menos inicialmente, y que va a ir tomando entidad propia, primero con dos perros y, luego, de forma inevitable conforme avance la trama, con alguno de nuestros protagonistas. Por el camino, tenemos un drama adolescente protagonizado por dos hermanos contrapuestos, con unas gotas de misterio que bebe de mil y un relatos del sello Vertigo y que, como digo, funciona de igual forma para quienes no sepan la mitad de las referencias que estoy utilizando en esta reseña, como por aquellos que consideren este cómic como una nueva forma de acercarnos a personajes creados hace décadas, y que aquí se revitalizan para ser consumidos por una nueva generación de lectores.

En resumen, la obra logra convencer de forma simultánea a dos tipos de lectores, manteniendo la esencia de los relatos de La Cosa del Pantano, con los que comparte algo más que el nombre de su protagonista, y al mismo tiempo ofreciendo un producto accesible para los más jóvenes, que desconocen el trasfondo de los personajes. Un nuevo acierto de la DC más rompedora, publicado con el cariño habitual por Editorial Hidra.