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Marvel Héroes - La Sensacional Hulka de John Byrne Comic Digital
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Marvel Héroes - La Sensacional Hulka de John Byrne

Cuando John Byrne encontró a Jennifer Walters

Un artículo de José María Pérez Cuajares - Introducido el 05/06/2022

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En la historia de cualquier personaje se suceden multitud de etapas y equipos creativos que saben captar con mayor o menor fortuna su esencia y que, en muchos casos, dejan una huella difícilmente olvidable. En el caso que nos ocupa, la estancia de John Byrne como guionista y dibujante de las aventuras de Hulka no ha sido superada por ningún equipo creativo posterior, aunque la etapa de Dan Slott estuvo muy cerca del nivel, y su combinación de humor y acción era una de las más demandas por los fans españoles que pedían desde años una reedición de sus aventuras. Una vez más es el formato Marvel Héroes el encargado de cumplir con el encargo, y Panini nos regala un tomo en tapa dura de casi 800 páginas que nadie debe dejar pasar, ya que recoge cada una de las páginas de Byrne durante sus dos momentos en la serie así como la novela gráfica que se publicó de forma previa.

Abriendo el tomo tenemos el primer encargo de Byrne para la Amazona Esmeralda que llegó en 1985 en forma de novela gráfica, un formato muy en boga en los 80 en el que los autores no tenían que limitar la historia que querían contar a las 22 páginas mensuales y que se publicaba en mayor tamaño y páginas de gran calidad. En esta primera aventura ya aparecían algunos de los secundarios de la serie pero el tono era completamente diferente a lo que luego nos propuso Byrne, aunque la historia ha envejecido bien y el dibujo es sencillamente espectacular. A pesar de la buena acogida que tuvo, sólo fue años después y sospechamos debido a la insistencia del canadiense por hacerse cargo de una serie regular del personaje, cuando en mayo de 1989 llegaba la primera entrega a las librerías.


El cambio que Byrne hizo con su Shulkie era algo inédito hasta la fecha y, para los recién llegados, esto pasaba bastantes años antes de que Masacre se saltase casi todas las normas escritas del arte secuencial. Para empezar, la nueva Hulka, que había pasado de Salvaje a Sensacional en el título, derribaba la Cuarta Pared que separa al personaje de cómic de sus lectores, consiguiendo que la propia Jen se “girase” hacia los lectores para darles alguna indicación o pensamiento sobre lo que estaba sucediendo y, por otro lado, dejaba que la abogada verde fuera consciente de su rol como heroína de cómic y, sobre todo, que Byrne estaba detrás de todo el asunto, por lo que las constantes puyas y alusiones al artista conseguían arrancar más de una sonrisa cuando, por ejemplo, no estaba contenta con el villano que le había tocado ese mes. A partir de ahí, no hizo falta mucho más para dejarnos un clásico instantáneo. Teníamos el fantástico arte de Byrne, historias divertidas y frescas y una protagonista de la que era imposible no enamorarse, que es quizás lo que terminó ocurriéndole a Byrne con el paso de los números.


Sin embargo, sólo pudo encargarse de ocho entregas de la serie antes de que, debido a las desavenencias creativas entre el, a menudo, polémico autor y la editorial, fuera sustituido por otras manos a partir del número 9. Por suerte, estamos ante una serie poco convencional y, en el número 31 de la colección, Byrne volvía a encargarse de guión y dibujo y lo hacía a su manera, incluyendo una autocaricatura en la portada del número 31, intentando cambiar la numeración por la del 9, como si su marcha nunca hubiera tenido lugar.

En la serie todo tiene cabida, como que Hulka se pierda entre las páginas de una de las antiguas guías de precio de los cómics, comprobemos como serían las series de dibujos de la época pasadas por un filtro realista, conozca a Santa Claus y le ayude a resolver un caso, se convierta en la nada convencida novia del bruto Mahkizmo o comparta aventuras con el hoy popular Mapache Cohete. Cada entrega era una sorpresa constante hasta su marcha en el número 50 de la serie, e incluso su despedida se planteó de forma genial, ya que la falsa muerte de Byrne (que se partía el cuello al caerse enredado en una de sus subtramas, uno de los mejores chistes de toda la colección) daba paso a un sinfín de cameos en el que varios artistas daban su peculiar visión de Hulka, pasada por el género de espada y brujería, noir o mitología nórdica. Una espectacular edición para una serie inolvidable, que nadie debería dejar pasar.


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