Demonic

El demonio en el interior

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Desde que ECC Ediciones se hizo en los derechos de las series Skybound, los lectores españoles se han asegurado la posibilidad de poder disfrutar de uno de los sellos editoriales más dinámicos e interesantes del panorama mainstream actual. Publicada en Estados Unidos por la siempre recomendable Image Comics, esta parcela comiquera liderada por el superventas Robert Kirkman ha lanzado en los últimos años algunas de las propuestas más exitosas del cómic estadounidense. ¿No me creéis? Pues ahí están Outcast, Ladrón de Ladrones, Birthright, El Poder del Fuego, Extremity, Skyward, Redneck, Oblivion Song y, por supuesto, Invencible y The Walking Dead.

Por supuesto, el catálogo de esta editorial no se limita a estas series y existe un gran número de propuestas que quizás no sean tan conocidas pero que cuentan con la suficiente calidad para hacer pasar un buen rato al lector comiquero. Ese es el caso del tomo que nos ocupa y que recoge la miniserie Demonic, propuesta ideada inicialmente por Kirkman y el espectacular Marc Silvestri que sería desarrollada por el equipo formado por Christopher Sebela a los guiones y Niko Walter y Dan Brown al dibujo.


Como suele suceder con los títulos Skybound, el proyecto tiene un aire televisivo muy obvio lo que, lejos de ser una carga para la historia, le confiere un dinamismo muy interesante. La vida del detective Scott Graves no es fácil. Con un matrimonio al borde del precipicio, más violencia de la que su mente puede soportar en su trabajo y una enfermedad que amenaza la vida de su hija, nada parece tener solución. Sin embargo, cuando nuestro protagonista se reencuentre con una siniestra entidad demoníaca y esta le ofrezca salvar la vida de su pequeña a cambio de un “pequeño” sacrificio, ¿cuál creéis que será su respuesta?

Sebela sabe dar a sus guiones el equilibrio perfecto entre el terror de los films de posesiones demoníacas y la acción de cualquier propuesta peliculera con rudos policías de por medio, consiguiendo un malsana y violenta atmósfera a la que ayuda en gran medida el interesante arte de Niko Walter y la paleta cromática de un acertado Dan Brown.