Chu

El poli cibópata contra la criminal cibopar

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La edición integral en tres volúmenes de la serie Chew, que hace poco concluía de la mano de Planeta Cómic, nos dejaba con ganas de regresar al peculiar universo creado por John Layman, en el que la gripe aviar provocaba que todo lo relacionado con estos animales fuese considerado prohibido para el consumo humano y, por lo tanto, terreno abonado para que los criminales hiciesen su agosto trapicheando con alitas de pollo y todo tipo de derivados. Por suerte, las sesenta entregas de que constaba la serie original le han sabido a poco al genial guionista, y hace poco nos presentaba una nueva serie regular de la que hasta el momento han visto la luz 10 entregas, que ahora reúne Planeta en formato tapa dura de gran tamaño, y que resultan imprescindibles como complemento a la nueva edición de Chew.


En las primeras páginas del tomo conoceremos a Saffron Chu, hermana de Tony, protagonista de la serie original, y cómo está reuniendo a un peculiar grupo de ladrones, que planea un elaborado golpe contra Don Bucatini. Las cosas no saldrán como estaban previstas, y pronto ambos hermanos se verán enfrentados, cada uno a un lado distinto de la ley. Por si hay alguien que se haya perdido, y que no haya leído nunca Chew, decirles que Tony Chu es cibópata, lo que significa que con solo dar un bocado a un alimento, puede conocer al detalle el origen del mismo, como ha sido cultivado y cocinado, lo que le resulta muy útil cuando debe resolver algún crimen. Por otro lado, Saffron es una cibopar, es decir, que cuando come lo mismo que otra persona al mismo tiempo, tiene acceso a todos sus pensamientos y habilidades, algo que por supuesto usará para llevar a cabo mil y una actividades delictivas. También recupera Layman a Sage, hermana gemela de Saffron, o a Chow, el célebre Chef, dándole así la apropiada continuidad a la serie. También presentará el guionista a nuevos personajes, como Celia M. Bosco o a John Colby, compañeros de Tony durante sus investigaciones.


En la segunda historia, Saffron viajará para intentar hacerse con una valiosísima caja de vino de más de 200 años. En este caso, no se trata de un capricho para enólogos, sino de que el vino en cuestión tiene extrañas propiedades que transfiere a todo aquel que lo beba, lo que convertirá la subasta en la que va a ofrecerse en toda una batalla campal. Como dibujante de la nueva serie tenemos a Dan Boultwood que, aunque parezca una mala noticia por no contar con el habitual Rob Guilory y su genial trazo, te conquista con su estilo aparentemente sencillo al poco de comenzar, y supone una más que interesante sustitución para estas nuevas aventuras de la familia Chu. Una historia ligera y muy divertida que hará las delicias de los fans de Chew, pero que funciona de forma autónoma para los que quieran probar un bocado de esta surrealista realidad urdida por Layman, en la que todos parecen tener habilidades relacionadas con los alimentos.