La Espada Salvaje de Conan #20: Las hijas de Rhan Nueva entrega de esta imprescindible colección
En este volumen de La Espada Salvaje de Conan, Panini Cómics nos trae tres aventuras del bárbaro que son puro nervio hiborio. Nada de adornos innecesarios: aquí mandan la espada, la traición y ese aura salvaje que hace que cada página parezca un golpe seco en la cara.
La primera historia, ¡El templo del tigre!, engancha desde ese salvaje comienzo con un motín inicial en alta mar en el que Conan, al mando de un barco pirata, acaba naufragando en una isla dominada por amazonas que no se andan con chiquitas. La Reina Sahriana lo convierte en prisionero y las esmeraldas de un dios-bestia son el detonante de un ritual que acaba hecho de manera inesperada para todos los implicados. El ritmo va de menos a más, con escenas de acción bien dosificadas y un final explosivo donde la línea entre mito y sueño se desdibuja. Aquí, el dibujo de John Buscema y Ernie Chan atrapa cada músculo y cada mirada con una naturalidad brutal.
En ¡Foso de sangre! pasamos al desierto, donde nuestro protagonista lidera a los Lobos del Desierto en busca de riquezas y gloria… hasta que un traidor les tiende una trampa. El sultán Onan Bahk Galeen y sus plantas carnívoras dan el toque de puro terror gótico a la historia, y el guión mantiene en tensión con cada giro.
Por último, Las hijas de Rhan cambia el paso y se mete con un tono más íntimo y algo perturbador. Conan sale malparado de un choque con pictos, cuida de una niña que crece a velocidades de vértigo y descubre diarios que hablan de criaturas espantosas. El contraste entre la ternura forzosa de proteger a la cría y la brutalidad que se avecina da un aire casi melancólico a esta entrega. Cuando todo salta por los aires, recuerda que el héroe puede ser un tipo de pocas palabras, pero cada una pesa como el acero.
Para rematar, el tomo incluye dos relatos de Chane, el Rubio firmados por Gil Kane. No son Conan, pero comparten esa maquinaria de aventuras directas y efectivas. Funcionan como un bonus perfecto: un soplo de energía fresco tras la trilogía principal.
En resumen, este volumen es una elección ideal si buscas acción sin florituras, personajes que no se andan con tonterías y ese punto de misterio que siempre hace que quieras pasar la página. Tiene sus altibajos en cuanto a profundidad de secundarios, pero compensa con creces con su mezcla de espada, horror y supervivencia. Una lectura que, sin pretensiones vacías, te deja con ganas de más.
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