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Esta serie limitada data de 2002, y ha sido recuperada del olvido gracias a que su protagonista, El Encapuchado, pronto pasará a ser una pieza importante dentro de la colección de Los Nuevos Vengadores (de la mano del prolífico Brian Michael Bendis), convirtiéndose en una especie de “Padrino” de los supervillanos. Curioso destino para un personaje que apuntaba maneras de superhéroe.
Parker Robbins, ladrón de poca monta, un buen día encuentra durante la ejecución de un robo unas botas que le permiten andar por el aire y una capa que le confiere invisibilidad mientras pueda aguantar la respiración. Dichos hallazgos le animarán a llevar a cabo nuevas fechorías, que por desgracia le harán entrar en conflicto con un poderoso jefe mafioso y la policía de Nueva York. Brian K. Vaughan (excelente guionista de Runaways, Ex Machina o de algunos episodios de la televisiva Perdidos) urde un interesante y trepidante argumento donde el supuesto héroe de la función es un tipo despreciable, algo así como el reverso tenebroso del bueno de Peter Parker (alias Spiderman, claro).
Los dibujos corren a cargo de Kyle Hotz (Spiderman, Hulk), que despliega un estilo sombrío muy cercano al maestro del terror Bernie Wrightson, así como al del mismísimo jefazo de Marvel Comics, Joe Quesada. En definitiva, una entretenida mezcla de superpoderes con género negro.
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