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La Atalaya del Vigía Comic Digital

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Savage Dragon: compromisos en verde

Un artículo de Rodrigo Arizaga Iturralde - Introducido el 07/09/2011
La Atalaya del Vigía

Aprovechando la reedición llevada a cabo por Dolmen en nuestro país, el aficionado español tiene la oportunidad de recuperar y/o descubrir una de las cabeceras más insólitas del comic norteamericano de las dos últimas décadas. Una de las series abanderadas de la revolución gráfica de los 90 pero que terminaría por discurrir senderos muy distintos a los de sus compañeras de promoción, lo mismo que su guionista, dibujante y alma mater. Hablamos por supuesto de Erik Larsen y su Savage Dragon.

Dueño de un llamativo trazo y habiéndose labrado una prometedora posición en Marvel gracias principalmente a su labor con Spiderman, Erik Larsen aspiraba a más. Aspiraba a poder crear y escribir sus propias historias sin las imposiciones de editores y editoriales que ponían coto a sus mejores ideas. La fundación de Image supuso una oportunidad única para dar salida a un personaje que había creado en el instituto y todas las ideas que había ido madurando para el mismo durante años y sobre las que solo había trabajado en fanzines.

Tras rediseñar gráfica y argumentalmente aquella primeriza versión, en 1992 Larsen escribía e ilustraba una miniserie sobre un musculoso y amnésico ser de piel verdosa y una aleta coronando su cabeza que acaba siendo reclutado por la policía de Chicago para hacer frente a la cada vez más poderosa amenaza de los “superfreaks” (seres con superpoderes) y el llamado Vicious Circle, una suerte de mafia de supervillanos. Este fue el punto de partida para una historia, continuada en 1993 por una serie regular, en la que básicamente su autor buscaba contar lo que realmente le apeteciese en ese momento y como a él le apeteciese.


Así, mientras que en el resto de sus compañeros de promoción las referencias argumentales eran más que visibles (Wild CATS y Cyberforce ni siquiera se molestaban inicialmente en disimular su condición de “rediseño” de los X-Men), Larsen enfocó a su serie desde otra perspectiva, llena de referentes y guiños pero con un acentuado componente personal. Tanto que, mientras sus compañeros de editorial no tuvieron empacho de dejar sus series en otras manos, explotar el número de cabeceras y dedicarse a otras labores editoriales, Larsen se negó a abandonar su creación, permaneciendo al pie del cañón número tras número manteniendo una periodicidad fija de la que no hacían gala otros títulos. Y todo ello sin privarse de ejercer como editor jefe de Image e incluso trabajar en paralelo para la competencia (Lobezno, Nova, Aquaman).

Savage Dragon bien podría definirse –así lo hizo Larsen- como un cruce entre las historias de Marvel de los años 60 con la sensibilidad adulta de finales de los 80. Una serie que apuesta principalmente por los argumentos ligeros y cargados de acción servidos con un impactante –aunque no siempre proporcionado- estilo gráfico, sin que ello sea óbice para la inclusión de temas adultos como religión, sexo, violencia ó política. Asimismo tiene el aliciente de integrar en la trama numerosas apariciones especiales de personajes como las Tortugas Ninja, Hellboy, The Maxx, Madman e incluso los marcianos de Mars Attacks (Tim Burton, 1996).

A día de hoy Larsen sigue trabajando sin faltar a su cita de cada número, habiendo superado la barrera de los 175 números con cambio de protagonista incluido –Malcom, hijo del protagonista original- y con vistas a alcanzar a Dave Sim y su Cerebus. Puede que no sea un superventas ni figure entre los destacados del mes, pero Savage Dragon sigue siendo una garantía de diversión como lo era hace ya 17 años.


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