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La Atalaya del Vigía Comic Digital
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Nadie está a salvo de los remakes

Un artículo de Rodrigo Arizaga Iturralde - Introducido el 08/07/2009
La Atalaya del Vigía

Actualmente el público no se sorprende de la producción de remakes fílmicos. Y no porque sean algo novedoso. Ahí está sir Alfred Hitchcock y sus dos versiones de “El Hombre que sabía demasiado” (1934 y 1956 respectivamente) a modo de añejo ejemplo. Pero en los últimos quince años, lo que era una práctica usual ha devenido en plaga, hasta el punto de que parte destacable de la producción actual de los grandes estudios sea una versión de títulos previos. Aunque hay excepciones, la mayoría de estos remakes raramente alcanzan las cotas del original y el tiempo de espera entre un film y su nueva versión cada vez es más reducido, demostrando la memoria de pez de productores y público.

Aunque a menor escala, la televisión tampoco es ajena a esta fiebre (ahí están “Battlestar Galactica” y la inminente “V”). El cómic, sin embargo, se ha mantenido ajeno a esta práctica. ¿O no? El cómic, y en concreto el género de los superhéroes, tiende a ser repetitivo debido a su propia naturaleza, compuesta por personajes cuya comercialización se basa en la continuidad de sus aventuras. Pero no hablamos aquí de flashbacks, guiños referenciales o vueltas de tuerca sobre el pasado de sucesivos guionistas acorde a sus planes para el personaje de turno. Hablamos de remakes propiamente dichos. Y si uno empieza a pensar, hay bastantes más de los que parece.

Poniéndonos exquisitos, el primer gran remake vino de la mano de DC tras “Crisis en las Tierras Infinitas”. Los cómics posteriores al gran “reseteo” de la editorial eran nuevas versiones de los originales que partían de cero con un enfoque actual. Byrne y Superman, Miller y Batman o Pérez y Wonder Woman eran los ejemplos más vistosos de aquella maniobra de recreación que poco a poco descubriríamos que seguía conservando lazos con la continuidad anterior. Marvel fue la siguiente en dos fases cuyo propio nombre era una declaración de intenciones: la fallida y de infausto recuerdo “Heroes Reborn” y la exitosa línea “Ultimate”. Cerrando el círculo, DC creó hace poco la línea “All Star” basada en una (otra) recreación de sus principales iconos.
Los citados arriba constituyen proyectos a gran escala que finalmente acabaron por tomar sus propios caminos alejados del modelo original, pero si uno rastrea con cuidado podrá encontrar ejemplos de remake más estrictos, aquellos encargados de rehacer una historia concreta casi viñeta a viñeta. En 1997 Craig Russel publicaba un especial del Dr. Extraño titulado “¿Que te molesta, Stephen?” que rehacía página por página una antigua historia realizada por el dibujante en los 70. Poco después, Byrne mordía el polvo intentando ofrecer una nueva versión de los inicios del trepamuros con su “Spiderman: Año Uno”. Mejor suerte y resultados en dicha empresa tendría el dúo Jeph Loeb y Tim Sale (los tebeos “de colores” sobre Daredevil, Spiderman y Hulk) y, más recientemente, revisitar los orígenes de los X-Men ha propiciado la línea “First Class”.

Claro que esto no es algo exclusivamente norteamericano, como así lo demuestran las novedades del último Salón de Barcelona. “Pluto” de Naoki Urasawa (una revisión de “Astroboy” en clave thriller) o “Blueberry: Apaches” (extraña recreación de Jean Giraud sobre sus últimas historias del personaje) demuestran que también en Japón y Europa sabemos de reciclajes varios. Por el momento, al menos, la cosa no llega al nivel cinematográfico.

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