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La Atalaya del Vigía Comic Digital
REVISTA ESPECIALIZADA EN CÓMIC
"El cielo de un guerrero lo dan los actos, no las creencias. Las estrellas no nos piden nuestra fe antes de sonreírnos." Thor, Thor #16
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El Hombre que odiaba a los superhéroes

Un artículo de Rodrigo Arizaga Iturralde - Introducido el 02/12/2009
La Atalaya del Vigía

Francamente, que les den a los superhéroes. Es como si el 90% de las novelas tratasen sobre enfermeras”. Son palabras de Warren Ellis, pero bien podrían ponerse en boca del británico Pat Mills y una de sus creaciones estrella: Marshall Law.

Creado y desarrollado en 1987 junto al dibujante Kevin O´Neill, Marshall Law supuso el desembarco del dúo en el mercado estadounidense tras una labor capital en el cómic británico (Mills fue el creador, editor y uno de los principales guionistas de la mítica “2000 AD”, cabecera imprescindible a nivel mundial y cantera de muchos de los talentos que sacudirían la industria a partir de los 80). Con el ingenio y la saña que caracteriza su prosa, unido al estilo crudo y a ratos grotesco de los lápices de O´Neill, el primer paso de Mills en el mercado yanqui fue el de lanzar una sonora bofetada a su modalidad estrella: los superhéroes. Un género que odia con todas su fuerzas al parecerle ridículo e ideológicamente pernicioso. Lo más extraño del caso es que sus historias logran la complicidad del lector superheroico sin encubrir en ningún momento la maniobra de acoso y derribo que realmente se trae entre manos.

Ambientada en un mundo futuro donde los superhéroes son un producto de laboratorio creado para fines militares, la historia tiene como protagonista a Mashall Law, agente de policía de la ciudad de San Futuro bajo cuya identidad se oculta Joe Gilmore, un antiguo soldado “mejorado” desengañado tras su servicio bélico en “La Zona” –una región indeterminada de Centroamérica- cuya admiración inicial ha dado paso a un odio patológico a los superhéroes en general y su líder Espíritu Público en particular. Dotado de un aspecto escalofriante, a medio camino entre un oficial nazi y un adicto al sadomaso, Law se dedica a perseguir, apalear y liquidar a delincuentes superpoderosos, labor que lleva a cabo con gran dedicación y disfrute.

A través de tan singular personaje, al que los propios autores no dudan en retratar como un tipo violento, obsesionado y de ramalazos fascistas, Mills y O´Neill descargan todo su veneno hacia los fantoches de las capas y las máscaras, retratando a estos como unos freaks sádicos, traicioneros, obsesos sexuales y amantes de la violencia ajena, atreviéndose incluso a mancillar a los principales iconos mediante reconocibles alter ego como el citado Espíritu Público, Ojo Privado, Vieja Gloria y el Perseguidor (sosias respectivamente de Superman, Batman, Capitán América y Punisher). Una ácida y lacerante parodia que no escatima escenas de sexo, violencia y casquerías varias y que adelanta en más de una década el tono sangrante de “The Authority” o las digresiones irreverentes de Garth Ennis en “Hitman”, “The Pro” o la más reciente “The Boys”.

Inicialmente publicado por Marvel bajo el sello Epic –el único material visto en España-, tras la miniserie inicial y el especial “Crimen y Castigo”, Mills y O´Neill se mudaron a la independiente Apocalypse comics y tras la quiebra de esta recalarían en Dark Horse, donde se sucederían varios especiales y crossovers tan imposibles como los mantenidos con Pinehead (de la saga “Hellraiser”), la Mascara o Savage Dragon a finales de los 90. Desde entonces y salvo un par de historias editadas en formato digital, el personaje ha quedado en el limbo hasta que Top Shelf ha editado un recopilatorio con todas sus historias hace solo unos días. Crucemos los dedos para que quizás podamos ver el regreso del azote de los superhéroes.

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