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Palos para el nuevo

Un artículo de Rodrigo Arizaga Iturralde - Introducido el 10/02/2010
La Atalaya del Vigía

Recientemente en “Punisher” versión MAX hemos asistido al cambio de guardia en la serie. Garth Ennis dejaba atrás ocho años –cinco en la versión seria y cruda de MAX- de trabajo como cronista del personaje que le han convertido, por calidad y casi por cantidad, en el mejor guionista que ha tenido Frank Castle. Pero el show debe continuar y el encargado de sustituirle ha sido el novelista Gregg Hurwitz. Éste se ha sacado de la manga “Niñas vestidas de Blanco”, una historia que tanto por contenido como por formas mantiene el tono y la intensidad de la etapa previa, explora la psicología del personaje muy en la línea de Ennis, echa mano de un atractivo –en el sentido editorial- villano que el irlandés no quiso o no pudo usar y construye una historia bastante potable que -aparte del pobre uso que hace de la némesis de Castle- solo tiene un problema: no es de Ennis.

Ese elemento, y no el trabajo en sí, constituyen la principal razón por la que muchos han decidido dejar la serie sin siquiera darle una oportunidad. Razones no les faltan, escarmentados por las muchas veces en las que la marcha de un autor o autores ha provocado la caída en picado de la calidad e interés de una serie. Incluso los mayores detractores de Chris Claremont coinciden que los X-Men posteriores a su marcha hacen buenos incluso los momentos más bajos del anterior guionista. Y mejor no hablemos de los “Ultimates” de Jeph Loeb o los “Asterix” de Uderzo en solitario. Pero lo cierto –y éste es el motivo de este texto- es que hay numerosos ejemplos en los que el trabajo de un autor “sustituto” no desmerece los logros de una fastuosa etapa anterior. Warren Ellis logró buena parte de su posición actual gracias a “The Authority”, pero por mucho que me guste la labor de Ellis –que me gusta-, servidor siempre ha creído que los números inmediatamente posteriores a cargo de un entonces desconocido Mark Millar superan a los del creador de “Planetary”.

Pocos a su vez se imaginaban que nadie pudiese escribir a Flash mejor que Mark Waid, pero Geoff Johns recogió el testigo tras la marcha del primero como uno de los autores que mejor han entendido al personaje. Pocos se atrevían a mantener el listón de Bendis y Maleev en “Daredevil” –y menos con el final que estos habían dado a su etapa- pero Brubaker y Lark han sabido estar a la altura en una etapa que ahora que finaliza y vista en su conjunto se revela como una de las mejores del personaje. Casi a la altura de la de Ann Nocenti y Romita Jr, cuya mayor tara fue estar a la sombra de “Born Again”. La "JLA" post-Morrison tuvo sólidos momentos, mientras que “Hellblazer”, con sus altas y sus bajas, ha gozado de un nivel envidiable a lo largo de más de dos décadas de escritores. En Europa, series como “Spirou y Fantasio”, “Blueberry” o “Dylan Dog” han pervivido en manos ajenas que, en más de una ocasión, han superado a las del autor/es originales.

La sombra es en ocasiones demasiado alargada pero, sin desmerecer el trabajo de un autor o autores muy mitificados, conviene no dejar que ésta nos impida ver la luz. Si vamos a juzgar un trabajo hagámoslo por sus propios logros y errores, no por los de otros.


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