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Next Men: finales y principios de John Byrne.

Un artículo de Rodrigo Arizaga Iturralde - Introducido el 05/09/2012

Quien lo iba a decir. Después de una década vagando por el desierto de la creatividad, John Byrne no solo ha recuperado la forma, sino que es responsable de dos de las series más interesantes del momento. Una, completamente nueva, es Cold War. La otra, vieja conocida para los veteranos, es la continuación de Next Men, el último gran trabajo del autor antes entrar en su periodo profesional más discutible.



Hacia 1990 Byrne fue reclamado por Marvel como uno de los encargados de crear Marvel 2099, su nueva línea de comic. Las diferencias del autor con el resto de guionistas y editores le hicieron abandonar el proyecto, pero no se fue de vacío. Aprovechando las ideas que había concebido para el mismo y uniéndolas con un viejo proyecto descartado por DC titulado Freaks, Byrne publicó para Dark Horse una historia de ciencia ficción titulada 2112. El éxito de la propuesta, unido a los numerosos argumentos que comenzaban a tomar forma en su mente, propició la aparición de Next Men, serie de género superheroico ambientada en el presente y cuyos argumentos estaban entrelazados con el lejano futuro descrito en 2112.



Next Men narra la aparición a mediados del siglo XX de un extraño ser llamado Satanás (sic) llegado desde el futuro y dotado de poderes sobrehumanos. Aliado con un ambicioso político crea el proyecto Next Men, una organización gubernamental para la creación de seres sobrehumanos. Años después cinco de esos sujetos, criados desde su infancia mediante realidad virtual, consiguen romper su cautiverio y conocer el mundo “real”, descubriendo que sus poderes les separan del resto. A priori nada nuevo bajo el sol. De hecho sobre el papel el concepto recuerda bastante a esos X-Men que el propio Byrne lanzó a la fama. Pese a ello la serie destacó rápidamente por su tono adulto y lleno de elementos polémicos como el sexo, el maltrato infantil o el aborto. Por otro lado su argumento lleno de conspiraciones gubernamentales, guiños metalingüísticos (los protagonistas acaban protagonizando su propio comic) y elementos de ciencia ficción –con especial referencia a los viajes en el tiempo y sus paradojas- alejaba a la cabecera de la típica serie de supertipos en mallas.



El interesante trabajo del Byrne guionista se veía complementado por un Byrne dibujante cuyo trazo aún no se había vuelto repetitivo y agarrotado. Planificada con una duración de cincuenta números, Byrne decidió cerrar la serie en su nº 30 pese a no haber concluido su historia (de hecho, el “continuará” del último número era mayúsculo). La idea original era retomar la serie unos meses después, pero esos meses terminaron convirtiéndose en quince años (¡Ahí es nada!) antes de que su creador decidiese retomarla al amparo de IDW. Para entonces pocos apostaban por un creador que durante la última década casi parecía una sombra de sí mismo. Afortunadamente retomar su serie emblema parece haber renovado sus fuerzas y tanto sus guiones como sus lápices aparentan haber recuperado, sino todo, parte de aquel brillo que le convirtió en una estrella del medio.



Así, tras reeditar la serie original en tomos, IDW publico en 2011 John Byrne´s Next Men, miniserie de nueve números que recupera la historia allí donde se quedó en 1995, con los protagonistas perdidos a lo largo y ancho de la corriente temporal. Dispuesto a no perder más tiempo Byrne ya trabaja en una tercera parte llamada provisionalmente Aftermath que pondrá fin a la trama. Publicada en nuestro país por Norma Editorial en una edición actualmente inencontrable (si, aunque cueste de creer, hubo una época en que Norma publicó comics en grapa) este sería un buen momento para que algún editor recuperase una serie -y a un autor- que no debería de caer en el olvido.


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