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Metal Hurlant: y la ciencia-ficción no volvió a ser la misma.

Un artículo de Rodrigo Arizaga Iturralde - Introducido el 06/02/2013

Entre las últimas novedades de Norma Editorial se encuentra un nombre que vuelve a poner de actualidad una cabecera de importancia capital en la historia del cómic: Metal Hurlant. Una revista dedicada al género fantástico que, además de romper los moldes del momento generó un legado e influencia aún visibles tanto en el cómic como en otros medios.

Metal Hurlant nació en Francia en 1974, fruto de las discusiones e intereses comunes del tristemente desparecido Jean Giraud (ya desdoblado como Moebius), Philippe Druillet y Jean-Pierre Dionet. Junto al inversor Bernard Fankas constituyeron una sociedad llamada Les Humanoides Associés que se convirtió en la editora de una revista llamada Metal Hurlant. Su intención con esta cabecera era la de dar salida a su gran apego al género de ciencia ficción y además hacerlo sin ningún tipo de barrera o impedimento. Historias extravagantes con un llamativo estilo gráfico sin ningún tipo de censura a la hora de plasmar elementos como sexo y violencia.



Con esta mentalidad por bandera, la revista se convirtió rápidamente en un éxito que ensanchó los márgenes del público, atrayendo la atención de nuevos colectivos de lectores gracias a la rompedora narrativa contenida en sus páginas. Páginas en las que nacieron series como Arzach, el Garaje Hermético, Lone Sloane, el Exterminador 17, Los Náufragos del Tiempo, Jeremiah, El Incal, Alef-Thau… obras de los ya citados miembros fundadores o de otros como Enki Bilal, Paul Guillon, Hermann, Arno o Alejandro Jodorowsky. Así mismo también acogió la obra de autores foráneos como los norteamericanos Richard Corben y Charles Burns, los italianos Milo Manara y Guido Crepax o los españoles Antonio Segura y Jordi Bernet. Todo enmarcado por unas impactantes y atrevidas portadas y contenidos alternativos en forma de artículos sobre cine, literatura y música.



El éxito de la cabecera llegó hasta el punto de que en 1977 el editor norteamericano Leonard Moguel compró los derechos para su edición en EE.UU. Rebautizada como Heavy Metal para la ocasión, esta versión yanqui alternó la recuperación de material del original francés –coloreando en varios casos un material original en blanco y negro- y nuevo material a cargo de autores como el citado Corben, Bernie Wrightson, Jim Steranko, Walter Simonson, Simon Bisley, Tanino Liberatore y autores españoles como Alfonso Azpiri, Rubén Pellejero o Fernando De Felipe. Al igual que el original francés, también incluyó artículos y entrevistas con creadores de comic u otros medios y unas lujosas portadas obra de autores como Arthur Suydam, William Stout, Luis Royo o Esteban Maroto. La versión americana acabó trascendiendo las páginas de la revista en la forma de un emblemático film de animación –Heavy Metal (1981)- que dió pie a una tardía y menos conocida secuela.



El éxito de esta versión americana llegó a superar incluso el de la cabecera original, que cerró sus puertas en 1987 tras 133 números, dedicándose desde entonces Les Humanoides Associés a la publicación de álbumes completos. Hacia 2002 hubo un conato de relanzamiento pero la nueva Metal Hurlant apenas alcanzó las 13 entregas. Mientras Heavy Metal ha seguido su publicación de forma ininterrumpida con una periodicidad bimestral ajena a modas y guerras de ventas desde que en 1991 fuese adquirida por Kevin Eastman, co-creador de las mediáticas Tortugas Ninja. El reciente anuncio de una serie de televisión (Metal Hurlant Chronicles) inspirada en varias de sus historias originales y la actual recuperación de algunos de sus clásicos mas indiscutibles en el mercado español supone una magnífica oportunidad para (re)descubrir un material sin el cual el llamado 9º arte sin duda hubiese sido muy distinto.


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