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Body Bags: violencia, dinero y familia

Un artículo de Rodrigo Arizaga Iturralde - Introducido el 18/12/2013


Las novedades de Aleta Ediciones de este mes de diciembre devuelven a la actualidad editorial a una cabecera tan estimulante como errática y poco prolífica en su publicación: Body Bags.

Creada, escrita y dibujada por Jason Pearson en 1996, la serie es representativa de las principales características de su autor. Para lo bueno y para lo malo. Y es que si algo iguala el potencial gráfico de Pearson es su gran lentitud a la hora de desarrollar sus proyectos. Debido a esto su obra es escasa y enormemente dispersa -a pesar de sus dos décadas como profesional-, formada por miniseries, especiales, números de relleno y portadas. Un rasgo compartido, todo sea dicho, por sus compañeros de los extintos Gaijin Studios. La cabecera que nos ocupa es por tanto su principal trabajo y el más personal.


Body Bags está ambientada en Terminus, una ficticia versión de la ciudad de Atlanta donde los cazarrecompensas –llamados body baggers- son el principal medio de lucha contra el crimen. El protagonista es Mack Delgado, un corpulento boddy bagger apodado Clownface debido a la máscara en forma de smiley que suele llevar. Junto a su veterano socio Pops se ve envuelto en un violento enfrentamiento con unos rivales deseosos de eliminar a su mayor competidor. La cosa se complica aún más cuando en la puerta de su casa aparece Panda, la hija a la que abandonó años atrás. Convertida en una voluptuosa y alocada adolescente, su intención es la de que su padre le enseñe el oficio a pesar de la negativa de este último.


Partiendo de esa trama básica la historia es poco menos que una excusa para enlazar grandes escenas de acción, algunas con un nivel de violencia explícita que, pese a su enorme carga de humor negro -¿O quizás debido a ello?-, en ocasiones resulta perturbador. Baste señalar como, ya en el primer número, Clowface obliga a rendirse a un criminal apuñalando a sangre fría el vientre de una embarazada. Escenas como esa, de las más brutales que servidor ha visto nunca en un comic, suscitaron en el momento de su publicación una gran polémica. Con claras influencias cinematográficas que incluyen a John Woo, Luc Besson o Shane Black y una inesperada mano para los diálogos con chispa, entre masacres y tiroteos Pearson desarrolla una interesante relación entre padre e hija, llena de cariño y reproches a partes iguales.


Pearson hace un trabajo entretenido y competente en el guión, pero es en la parte gráfica donde desata todo su talento. Sus lápices acusan una fuerte influencia del manga y el anime japonés, perfectamente tamizada por influencias occidentales como Arthur Adams y Michael Golden (quien, no es casual, realizó las portadas). Ello logra unos personajes tremendamente expresivos y un potente ritmo narrativo, mostrados ambos con un grafismo limpio y colorido que contrasta poderosamente con la crudeza de los hechos relatados.


Publicada originalmente como miniserie de cuatro números por Dark Horse, Body Bags fue lanzada como el primer título del sello Blanc Noir, pensado para acoger las creaciones de los miembros de Gaijin Studios. Sin embargo ninguna de esas series vio la luz. La propia Body Bags no fue más allá de un par de historias cortas realizadas por Pearson para la antología Dark Horse Presents. Hubo que esperar a 2005 cuando Image resucitó la cabecera publicando el especial Body Bags: 3 The Hard Way, que junto a las dos historias cortas antes citadas incluía otra inédita. El mismo seria seguido en 2008 por otro especial, este completamente original, titulado Body Bags: One Shot.


Desde entonces la serie no ha vuelto a dar señales de vida, con su autor ocupado en varios encargos para Marvel y ciertos problemas personales que afortunadamente parecen superados. A mediados de este año Pearson anunciaba a través de su Facebook Body Bags: Vicious, una nueva miniserie que, según sus palabras, será más salvaje que las anteriores. Dado el historial de su autor la fecha de publicación es poco menos que una incógnita. Mientras ve (ó no) la luz conviene no dejar pasar la recopilación de Aleta, con abundante material nunca publicado en España.


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