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Kingdom Come: El Reinado de los Superhéroes

Un artículo de Rodrigo Arizaga Iturralde - Introducido el 05/03/2014

Norman McCay tendrá visiones acerca del Apocalipsis que se acerca


Recién recuperada para el mercado español por ECC, Kingdom Come causó sensación en el momento de su publicación por el espectacular dibujo hiperrealista pintado en gouache de Alex Ross y el tono de “historia final” del universo DC que desprendía su argumento. Sin embargo, el paso de los años ha dejado ver que las virtudes de la obra van más allá de su impactante grafismo y su premisa inicial.

Con su nombre en boca de todos debido al éxito de Marvels, Ross estaba en posición de hacer prácticamente lo que le apeteciese. Dispuesto a no repetirse fichó por DC para encargarse de un proyecto similar pero, al mismo tiempo, radicalmente distinto.

La nueva generación de héroes se asemeja en obra y filosofía a los peores villanos de antaño


En lugar de explorar los orígenes del universo de ficción de la editorial, el ilustrador decidió abordar la épica de los superhéroes llevándolos a sus últimas consecuencias. Así, el argumento ideado por Ross mostraba una suerte de futuro del universo DC donde los principales superhéroes afrontan de manera dispar su madurez, en un mundo dominado por una nueva generación de héroes sobrehumanos cuya irresponsabilidad y falta de escrúpulos apenas les diferencian de los villanos.

La decisión de Superman de retirarse de la vida pública deberá cambiar para evitar los desastres que se avecinan


Muchos han apuntado las coincidencias entre la obra y El crepúsculo de los superhéroes, aquel ambicioso proyecto de Alan Moore para DC que nunca llegó a ver la luz. Pero en realidad, más allá de algún detalle básico, los intereses de ambas obras discurren por caminos muy distintos. Tras la negativa de James Robinson -quien se dice rechazó el proyecto por las similitudes con el trabajo de Moore- Ross recurrió a Mark Waid para elaborar el guión debido a su gran conocimiento de la historia del universo DC. Waid, que en aquella época comenzaba a despuntar gracias a su labor en The Flash, aportó varios ingredientes de cosecha propia al argumento del ilustrador, destacando una reflexión sobre la moralidad de los superhéroes, la corrupción del poder sobrehumano y su posición de superioridad sobre la humanidad. Temas que el guionista seguiría explorando en obras posteriores como Empire, Irredeemable e Incorruptible.

La realidad superheroica ha cambiado mucho en esta visión del futuro DC


La miniserie, publicada dentro del sello Elseworlds a mediados de los 90, presenta una visión de la plana mayor del universo DC que retrata a personajes como Superman, Batman o Wonder Woman desde una perspectiva que prácticamente les convierte en deidades. El argumento, plagado de elementos y citas bíblicas, eleva la visión del concepto del superhéroe a su máxima potencia. Espectacularmente ilustrada por Ross, la narración de esa “Segunda Venida” de los héroes para enfrentarse a sus oscuros sucesores pone de relieve la visión épica del concepto de superhéroe característica de DC -frente a los héroes con pies de barro habituales en Marvel-. Al mismo tiempo la reacción de una desconfiada y temerosa humanidad –concretada en un envejecido Batman que desconfía de sus antiguos compañeros y la agrupación de villanos liderada por Lex Luthor, que planea acabar con el dominio de los héroes- examina, con todos sus pros y contras, las consecuencias de la existencia de semejantes seres en un entorno realista.

Las icónicas imágenes creadas por Alex Ross son uno de los pilares sobre los que se sustenta esta magnífica obra


Asimismo, en un sentido simbólico, Kingdom Come supone la reivindicación de Waid y Ross del concepto clásico de superhéroe y una crítica a la moda de los superhéroes ultraviolentos y trastornados que proliferaban en aquella época. Plagada de numerosos personajes –aunque por cuestiones de ritmo y extensión no todos reciben un tratamiento detallado- y una ingente cantidad de guiños referenciales –tantos que la edición en tomo incluye un glosario dedicado a los mismos- Kingdom Come se convirtió en una obra de referencia dentro del universo DC. Hasta tal punto que trascendió su condición de historia alternativa y varios de sus personajes y tramas acabaron integrándose en la continuidad oficial de la editorial -véase el tramo final de la JSA de Geoff Johns-. Un título que, más allá de sus aires de “relato definitivo”, destaca por su habilidad para destilar los elementos clave de la figura del superhéroe, manifestando el poder de sus virtudes como herramienta narrativa.


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