Hellblazer: Warren Ellis Un fascinante paseo por el lado más oscuro y sórdido de Londres
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Hellblazer es la colección más longeva del sello Vertigo. A lo largo de sus 300 números, los mejores guionistas británicos (vale, y algún que otro norteamericano) del mundo del cómic pasaron por sus páginas regalándonos algunas obras maestras que han perdurado en el Olimpo de las lecturas imprescindibles.
Su protagonista, John Constantine, fue creado por el supremo Alan Moore en las páginas de La Cosa del Pantano y su popularidad fue casi instantánea gracias a su magnetismo, socarronería y mala lache. Por supuesto, los poderes fácticos no tardaron en ofrecer título propio al personaje entregando, gracias a la recomendación del propio Moore, las riendas del destino de Constantine a Jamie Delano. Este guionista convirtió el título en un relato de horror puro que miraba con ojos aterrados y críticos la política conservadora y destructiva iniciada por Margaret Thatcher en el Reino Unido.
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ECC recupera en un sólo tomo la corta pero intensa etapa de Warren Ellis al frente de la colección protagonizada por el bastardo investigador de lo oculto favorito de todos |
Grandes autores como Garth Ennis, Paul Jenkins, Mike Carey o Brian Azzarello (¿véis como había algún americano en el grupo?) pasaron por las salvajes y controvertidas páginas de Hellblazer, un título que era un relato de terror pero siempre contenía algún elemento único que lo convertía en una de las mejores lecturas posibles en el mundo del cómic.
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La primera historia nos llevará a los más lóbregos y oscuros rincones de Londres en una investigación de asesinato con conexiones ocultistas |
Por supuesto, Warren Ellis no pudo resistirse a la llamada de Constantine y pasó a engrosar la lista de autores que se sumaban al grupo de guionistas con algo que decir acerca de nuestro bastardo favorito. Su patentada vena humorística, predilección por los protagonistas con un marcado lado oscuro y su aparentemente interminable catálogo de conceptos aterradores e imposibles nos ofrecieron una etapa corta pero muy interesante que ECC recupera en el tomo que nos ocupa.
Ellis comienza con una truculenta historia que nos sumergirá en un viaje por la depravada y oculta realidad de Londres. El brutal asesinato de una antigua novia de Constantine nos llevará a recorrer con él los más oscuros y corrompidos rincones de la ciudad en una especie de pervertida guía turística de la capital inglesa. Nada está a salvo de la mirada cínica y lóbrega del guionista mientras pinta un Londres pegajoso, peligroso y enfermizo que nos hará querer mantenernos alejados de muchos de los rincones a los que nos hará ir de la mano de Constantine.
El autor continúa con una serie de relatos autoconclusivos que brillan por méritos propios y que nos devuelven a ese Ellis de ideas sádicas e irrepetibles que, con Constantine de protagonista, cobran una fuerza imparable. Especial atención merecen El Pesebre, Puesta de Sol –con Javier Pulido ilustrando los crueles experimentos llevados a cabo por un científico japonés-, Contando Cuentos –un verdadero canto al poder de las historias y a la predisposición del ser humano a creer en las verdades más absurdas e imposibles- y, por supuesto, Dispara que, desgraciadamente, fue prohibida en el momento de su publicación por DC y llevó a Ellis a abandonar la colección antes de lo previsto. De no haber sido así, quizás hubiéramos podido descubrir qué tenía guardado el guionista para Constantine y si todas estas historias se convertían en un tapiz único con el verdadero y esotérico Londres de fondo.
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