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La Atalaya del Vigía Comic Digital
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"He atravesado incontables dimensiones distintas y realidades paralelas, y aún no he encontrado un problema que no pueda resolverse con una serie de balas bien dirigidas." Marvel Boy / Reinado Oscuro: La Lista
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La Cruzada de los Niños: Regreso al País Libre

Un artículo de Rodrigo Arizaga Iturralde - Introducido el 02/02/2016
La Atalaya del Vigía

Desde su creación en 1993 la línea Vértigo siempre se caracterizó por ir a contracorriente del resto de cómic mainstream USA. Y dentro de su singular trayectoria La Cruzada de los Niños merece una mención especial. Historia creada para afianzar comercial y temáticamente dicho sello, el paso del tiempo la ha convertido en una rara avis por su condición de evento editorial –tanto por tono como por estructura- así como por su pertenencia a Vértigo, siendo prácticamente el único crossover entre varias cabeceras del sello.

Con una reputación crítica ganada gracias a series como Hellblazer o The Sandman, los editores eran conscientes de que semejante maniobra editorial podría dilapidar el prestigio e independencia creativa que caracterizaba sus series.


La elección de Neil Gaiman como guionista aseguraba una solidez argumental, pero el cruce entre los protagonistas de los principales títulos se antojaba complicado por su distinta naturaleza argumental así como la necesidad de un nexo argumental que no traicionase dicha disparidad ni cayese en los tópicos de estos eventos. Tras repasar las series en curso, Gaiman encontró un factor común en la mayoría de ellas: la presencia de secundarios infantiles que compartían con los protagonistas su peculiar naturaleza. Así pesos pesados como la Cosa del Pantano, Orquídea Negra, Animal Man, Robotman, John Constantine o Morfeo cedían el protagonismo a Tefe Holland, Suzy Linden, Maxine Baker, Dorothy Spinner, Tim Hunter y el dúo de detectives muertos Charles Rowland y Edwin Paine respectivamente, siendo estos últimos los encargados de llevar la narración.


Con ese imberbe reparto Gaiman urdió un argumento sobre el poder de la fantasía, el miedo a crecer y la necesidad de la imaginación que se inicia con la repentina desaparición de cuarenta niños en un pequeño pueblo de Inglaterra. Contratados por la hermana mayor de uno de los desparecidos, Rowland y Paine descubren una trama que les conduce al País Libre, un fantástico mundo paralelo donde los niños pueden vivir eternamente sin crecer, lejos de la tiranía de los adultos. Pero ese mundo feliz esconde un oscuro secreto que amenaza a todos los niños del planeta y en el que, sin saberlo, juegan un importante papel los poderes de los personajes infantiles antes citados. Gaiman demuestra su habilidad para manejar los resortes de la fantasía, elaborando una trama más cercana al cuento infantil que al aparatoso despliegue de acción épica del crossover de turno. Una historia enriquecida por referencias históricas –la supuesta Cruzada de los Niños para recuperar Jerusalén en el siglo XII de trágico saldo- y las habituales referencias literarias del guionista que incluyen El flautista de Hamelin y la obra del poeta británico Robert Browning (quien tiene una breve aparición en la historia).


Aunque Gaiman se responsabilizó de la trama principal, la naturaleza editorial de la historia obliga a que su autoría sea compartida. Planificada alrededor de dos especiales a modo de inicio y desenlace, el nudo argumental se desarrolló en las series regulares –Black Orchid Annual #1, Animal Man Annual #1, Swamp Thing Annual #7, Doom Patrol Annual #2 y el especial Arcana protagonizado por Tim Hunter- a cargo de sus respectivos autores. Eso hizo que el resultado se diluyese por la decisión de dichos autores de continuar las tramas de sus series así como por la disparidad creativa de los mismos al guión –Jamie Delano, Nancy Collins, Rachel Pollack John Ney Rieber, Alisa Kwitney- y al dibujo -Gary Amaro, Russ Braun, Peter Gross, Mark Buckingham-. Asimismo el desenlace adolecía de un dibujo mucho más plano y funcional a cargo de Peter Snejbjerg frente a las elaboradas composiciones y expresividad del primer especial dibujado por un Chris Bachalo en su mejor momento.


Por todo lo anterior, y pese a no carecer de interés, La Cruzada de los Niños acabó revelándose como obra fallida. Su interesante punto de partida naufragaba debido a unas ambiciones narrativas y comerciales incompatibles, rematadas por una discutible coordinación editorial. Pero dicha valoración se ha visto recientemente trastocada con motivo del 20º aniversario de la historia. Y es que la reedición del crossover coincidente con dicha efeméride incluía una inesperada sorpresa: eliminar los anuales sustituyéndolos por un tercer especial escrito para la ocasión por el novelista Toby Litt y dibujado por Peter Gross. Un especial que, a modo de enlace, resume y reescribe toda la parte central de la historia, en una suerte de “montaje del director” que hace ganar varios enteros al conjunto dándole más cohesión y eliminando tramas superfluas. Litt y Gross también añaden páginas extra a la conclusión, dando a la historia un cierre mucho menos atropellado y más satisfactorio. Rebautizada como El País Libre: Un relato de la Cruzada de los Niños, esta nueva y mejorada versión es la que llega a las librerías españolas de manos de ECC, lista para ser (re)descubierta como una de las obras más singulares del hoy malogrado sello Vertigo.


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