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J.H. Williams: ¿El mejor artista del medio?

Un artículo de Rodrigo Arizaga Iturralde - Introducido el 17/10/2011

Tengo un amigo que, cada vez que charlamos sobre aficiones comunes, suele dispararme preguntas del tipo “¿Qué título prefieres, el X o el Y?” o “¿Cuál es mejor en lo suyo, fulano o mengano?”. El caso es que cuando me pregunto quién creía que era el mejor dibujante del momento mi respuesta fue automática y sin atisbo de duda: J.H. Williams. Actualmente el comic cuenta con varios dibujantes relativamente recientes de altísimo nivel cuya sola presencia es motivo de entusiasmo (así, a bote pronto estarían John Cassaday, Brian Hitch, Steve McNiven, Stuart Immonen o Darwin Cooke). Pero desde mi humilde criterio Williams es el más destacado en todos los sentidos.



J.H. Williams III publicó sus primeros trabajos a principios de los 90, comenzando a despuntar en series como Blood Syndicate o Deathwish para la línea Milestone de DC Este sello basado en superhéroes de color no alcanzó la repercusión esperada pero los editores tomaron buena nota y se aseguraron los servicios de este joven autor. Un autor que, en una época de colores brillantes, splash-pages, posturas forzadas y anatomías exageradas cultivaba un trazo fino, con gusto por los juegos de luces y sombras. Un dibujante capaz de plasmar con acierto cualquier tipo de personaje o temática y con una afición a experimentar con la planificación de pagina propia de clásicos como Jim Steranko.



Durante los años siguientes Williams acumuló colaboraciones sin ningún encargo fijo, puliendo sus habilidades y llamando la atención de autores y lectores: varios números de Batman junto a Doug Moench, un Starman para James Robinson, un par de historias de Green Lantern y dos Elseworlds (Justice Raiders con Chuck Dixon y Son of Superman con guión de Howard Chaykin). Estos dos últimos trabajos le colocan en la posición para dar el siguiente paso y crear su propio título. El resultado fue Chase, serie que combinaba el género de intriga y los superhéroes a través de las peripecias de la agente gubernamental Cameron Chase. Pese a las buenas críticas las ventas no acompañan y es cancelada tras solo diez números aunque dicha cancelación permite a Williams ocuparse del trabajo que le consagrará definitivamente: Promethea.



En pleno lanzamiento de la línea ABC Alan Moore solicita los servicios de Williams. Frente al entretenimiento bien ejecutado de las otras series del sello con Promethea Moore se plantea algo distinto y más ambicioso. Así, las aventuras de una heroína mitológica devienen en un análisis del poder de la imaginación y sus manifestaciones. Moore, bien conocido por su habilidad para explorar las fronteras del comic como medio y llevarlas más allá, no podría haber encontrado un mejor aliado que Williams, cuya versatilidad gráfica y narrativa dan pie a una combinación que sencillamente hay que verla para creerla. Paginas donde las viñetas cuentan una cosa y su distribución otra distinta, personajes de otros dibujantes del sello ABC ilustrados con distintos estilos en una misma viñeta, el uso del color como elemento narrativo, números donde todas las paginas forman una única ilustración,… comics que se leen una y otra vez y en los que siempre se acaba descubriendo algo nuevo cuando uno ha dejado de quedarse embobado observando las paginas.




Tras este trabajo y la lluvia de premios consiguiente Williams se convierte en uno de los dibujantes más solicitados del medio. Desde entonces sus trabajos han sido contados pero cada uno de ellos supera las expectativas más altas: la miniserie Desolation Jones para Warren Ellis, el inicio y el cierre del megaproyecto de Grant Morrison Los 7 Soldados de la victoria, una saga de Batman también para Morrison, una historia de Jonah Hex y la etapa de Detective Comics protagonizada por Batwoman y escrita por Greg Rucka. Tal es la relevancia del autor que DC no ha dudado en darle como autor completo uno de sus nuevos 52 títulos, protagonizado precisamente por Batwoman. Lo cierto es que podrían haberle encargado una serie sobre Bob Esponja, que servidor se la compraría con los ojos cerrados. ¿Cuántos otros dibujantes pueden decir lo mismo?


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