100% Marvel - Nuevos Mutantes: Almas Muertas

Recuperando las viejas esencias

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En un momento donde la simbiosis entre cómic y cine superheroico parece cada vez más intensa, una obra como la que recopila el presente tomo corre el riesgo de quedarse en tierra de nadie entre ambos mundos. Claramente concebida a rebufo de la versión cinematográfica de Los Nuevos Mutantes, los problemas de producción de esta última y el consiguiente retraso de su estreno han hecho que la publicación de esta miniserie se haga a destiempo perdiendo parte de su atractivo mediatico. Por suerte el guionista Matthew Rosernberg busca proponer algo más que una simple pieza de merchandising fílmico y demuestra haber hecho sus deberes a la hora de retomar los personajes sin descartar su bagaje previo en las viñetas.


Tomando como referencia la rompedora y singular etapa de Chris Claremont y Bill Sienkiewicz en los ochenta, esta nueva encarnación de la tercera generación de los alumnos mutantes de Charles Xavier recupera el aspecto más esotérico de sus aventuras a través del personaje de Illyana Rasputin, líder de una nueva formación integrada por personajes como Loba Venenosa, Rictor, Fortachón y Bum Bum. Un grupo al servicio de la enigmática corporación Hatchi liderada por su antigua compañera Karma y que se dedica a investigar fenómenos extraños relacionados con lo sobrenatural. Una invasión zombi en una población arrasada por un huracán; la excavación de una ruinas milenarias en el ártico; una posesión en un avión de pasajeros en pleno vuelo; la entrada no autorizada en el hogar del Dr. Extraño; la existencia de una criatura alienígena en una cabaña perdida… son los escenarios a priori sin relación entre sí visitados por unos personajes implicados no solo en una trama mayor que desconocen sino que además deben lidiar con sus propios demonios personales que en ocasiones les llevan a enfrentarse entre sí.


Para el lector veterano resulta agradable que Rosenberg no solo no ignore el trasfondo previo de los personajes, sino que incluso le saque partido. Así, a la ya mentada etapa de la serie clásica con elementos como la herencia infernal de Magik en lucha contra su yo humano, la relación de amor/odio entre Karma y su fallecido hermano gemelo y las apariciones de Warlock y Espejismo, se une el reconocimiento a la labor de Peter David en X-Factor mediante detalles como que Fortachón perdiese su alma tras asesinar al hijo de Loba Venenosa (con el consiguiente rencor de esta) o la relación de pareja entre Rictor y Estrella Rota. Rosenberg incluso se permite una referencia al paso de Bum Bum por esa maravillosa rareza llamada Netxwave.


Este aprovechamiento del bagaje previo junto a algún detalle narrativo -como ese giro de guión del cuarto episodio que consigue hacernos creer que estamos leyendo una historia completamente distinta antes de volver a la trama original- suponen lo más destacado de un tomo con un dibujo a cargo de Adam Gorham cuyo estilo realista y con afinidad a los ambientes lóbregos se resiente cuando le toca dibujar coloridos uniformes de superhéroes y gana enteros cuando el guión le permite centrarse en los aspectos terroríficos. Una miniserie con un final claramente abierto con vistas a una trama mayor que, si bien no está a la altura de sus referentes, consigue recuperar lo mejor de la esencia de aquellos teniendo presentes tanto al lector veterano como al neófito.