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La Atalaya del Vigía Comic Digital
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El Batman definitivo en edición definitiva

Un artículo de Rodrigo Arizaga Iturralde - Introducido el 21/12/2011
La Atalaya del Vigía

El Batman definitivo. Así es como se conoce popularmente en el mundillo del cómic a la etapa de Detective Comics (469-476 USA) realizada por Steve Englehart y Marshall Rogers. Una corta obra que está considerada como la quintaesencia del personaje. Teniendo en cuenta etapas como la desarrollada por Dennis O´Neil y Neal Adams o los dos primeros trabajos de Frank Miller (The Dark Knight Returns, Batman: Año Uno) servidor no se atrevería a suscribir esa valoración pero tampoco se puede negar las excelencias del resultado

Es la etapa de Englehart y Rogers una rareza por muchos motivos. El primero su extensión, de apenas ocho números y sin grandes fastos publicitarios. El segundo es la trayectoria de sus autores anterior (Englehart era un autor de Marvel y Rogers un desconocido novato) y posterior (con una única excepción, jamás volverían al personaje y su trayectoria posterior nunca tuvo la misma repercusión) a este trabajo. El tercero es que recuperó varias de las características definitorias del personaje que llevaban años e incluso décadas desvirtuadas y/o olvidadas. A día de hoy es casi absurdo pensar en el personaje sin recalcar sus aptitudes detectivescas, su conciencia torturada o el ambiente de serie negra prevaleciendo sobre el tono superheroico, pero cuando ambos autores rescataron ese bagaje era casi como si fuese la primera vez.


El Joker más enloquecido


Su Batman era asimismo un personaje adulto y al que podía tomarse uno en serio, alejado de las desmadradas historias de ciencia ficción familiar de los 50 o de la parodia de la serie de televisión de los 60. Relacionar al protagonista con la atractiva, decidida y liberal Silver St. Cloud fue todo un golpe de efecto que marcó a muchos lectores que se encontraron con algo más que la típica novia florero que venía siendo habitual. Esta renovación alcanza también alcanza a villanos como Hugo Strange, Deathshot o el mismísimo Joker. Todo ello sin dejar guiños a la obra previa del personaje como la pelea entre gigantescas maquinas de escribir o el remake de aquella historia del Joker y los peces sonrientes. Claro que todo esto podría ser papel mojado de no mediar los lápices de un Marshall Rogers francamente inspirado. Tras un par de números de Walter Simonson, Rogers dibuja a la Silver más atractiva, al Joker más enloquecido y al Batman que mejor usa su capa, añadiendo una narrativa gráfica en las escenas en que patrulla por la ciudad o el momento donde la chica descubre la identidad del protagonista que le da una vitalidad insólita al conjunto.


Quizás leídas 35 años después esas historias hayan perdido frescura e impacto. Pero se conservan más que dignamente y desde una perspectiva histórica, viendo la obra previa y observando su influencia en el estilo de etapas posteriores, es imposible negar su importancia en la larga y prolífica trayectoria del personaje. Casi con un temor reverencial ningún autor volvió a tocar al personaje de Silver, consiguiendo en cambio mitificarla a ella (y a la etapa) aún más. Solo en 2005, cuando Englehart y Rogers se reunieron para la miniserie Dark Detective, volvimos a tener noticia en una obra sin tanta repercusión pero más que digna continuadora de su predecesora. Y es por ello que cuando el fanboy por excelencia Kevin Smith decidió escribir la mejor historia de Batman que le fuese posible -la miniserie Círculo Sin Fin- recurrió a la etapa “definitiva” como modelo, recuperando a la señorita St. Cloud para su ¿última? aparición.

Con la publicación del lujoso con el que Planeta recopila todo el material de Englehart y Rogers se soluciona asimismo el garrafal error de no gozar de una edición a la altura de un material que previamente se había publicado de forma tardía y deficiente. Todo un detalle por parte de la editorial para cerrar su ciclo como editora de DC.


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