Fandigital y Comicdigital emplean cookies para determinadas funcionalidades. Si continúa navegando asume la aceptación de las mismas.
La Atalaya del Vigía Comic Digital
REVISTA ESPECIALIZADA EN CÓMIC
"¿Quieres conocer el secreto del mundo? Es éste: Sálvelo, y se le recompensará cada segundo de cada día." Agente Brass / Planetary #5
ID

The Wild Storm: Ellis al cubo

Un artículo de Rodrigo Arizaga Iturralde - Introducido el 02/08/2020
La Atalaya del Vigía
Etiquetas: The Wild Storm / Sector /

Artículos relacionados

· The Wildstorm #1

· Stormwatch: Preludio a Authority

· Hellblazer: Warren Ellis

Hará cosa de un año reseñamos en esta sección The Wild Storm, relanzamiento a cargo de Warren Ellis y John Davis-Hunt del universo superheroico creado originalmente por Jim Lee para Image Comics. Recientemente concluida su edición española a cargo de ECC Ediciones se impone una nueva valoración de una obra que ha resultado ser mucho más que la mera actualización que parecía en su inicio.

Lleno de conceptos interesantes pero pobremente desarrollados, el universo Wildstorm original comenzó a vislumbrar su potencial gracias a la aportación de Alan Moore en Wild C.A.T.S, cabecera estrella del sello. Pero fue Warren Ellis quien lo llevaría a sus cotas de mayor excelencia, haciéndolo crecer en conceptos y espectacularidad con su etapa en Stormwatch primero y luego llevándolo a su culmen con la creación de The Authority y Planetary, títulos punteros que renovaron el cómic de superhéroes y cuya influencia es rastreable hasta el momento actual. En esta nueva era, ya como parte de DC Comics, Wildstorm contaría con obras y autores igualmente rompedores como la etapa de Mark Millar en la citada The Authority, Sleeper de Ed Brubaker y Sean Phillips o los Wild C.A.T.S. 3.0 de Joe Casey y Dustin Nguyen. Pero tras un lustro de esplendor el sello fue languideciendo hasta llegar a su cierre en 2010. El posterior intento de integrar a sus personajes dentro del universo DC con motivo del reinicio editorial de los Nuevos 52 se saldó con otro fracaso, pareciendo enterrar definitivamente dicho universo de ficción hasta el anuncio de su relanzamiento en 2017 en la maxiserie que nos ocupa.


En cierto sentido esta suerte de “borrón y cuenta nueva” para el universo Wildstorm recuerda a las intenciones de Marvel con su línea Ultimate: ofrecer a los lectores una versión actualizada de sus viejos personajes y argumentos sin el peso de una antigua y enrevesada continuidad. Pero existe una diferencia fundamental: sí, esta nueva continuidad ofrece un inicio desde cero pero el encargado del mismo es el principal creador y/o desarrollador que veinte años atrás definió a dichos personajes. Y ahí es donde reside una de las principales fortaleza de The Wild Storm: Ellis podría haberse limitado a repetir esquema con ligeras variaciones y cobrar un cheque rápido y fácil. Pero a medida que se suceden las páginas puede verse una clara voluntad por coger aquello que hizo memorable todo aquel trabajo previo (propio y ajeno) para refinarlo y llevarlo al siguiente nivel. Por buscar un símil cinematográfico no estamos aquí ante Ridley Scott saqueando su propio legado facturando fallidas precuelas de Alien (1979), sino ante George Miller regresando al universo de Mad Max (1979) para sacarlo de su letargo con una sobredosis de energía.


Aunque está planificada como un todo único, los veinticuatro números que forman la serie pueden dividirse a su vez en cuatro bloques (casi coincidentes con su edición en tomo) centrados en otros tantos grupos de personajes: Wild C.A.T.S., Stormwatch, Team 7 y The Authority. La serie presenta una versión remozada de sus miembros que en ocasiones incluye cambios relacionados con su raza (Deathblow, Spartan, Jenny Sparks, Midnighter), sexo (Jackson King, Alex Fairchild), edad (Miles Craven) y alineación (Backlash, Zealot), dando pie a un reparto más diverso étnica y sexualmente pero también con un juego argumental más amplio y rico en sus interacciones. Asimismo en paralelo a dichos cambios, guionista y dibujante extirpan por completo todo rastro de estética superheroica de las encarnaciones originales, apostando por un aspecto más funcional de reminiscencias militares y con elementos propios de la ciencia-ficción cultivada por el guionista en títulos como Global Frequency e Inyección. La icónica mascara-pañuelo de Grifter es el único vestigio que se mantiene de ese pasado superheroico. Sobre este aspecto conviene además señalar el ingenioso detalle metanarrativo de que dentro de este remozado universo Wildstorm los superhéroes de DC son una ficción que existe en forma de cómics, películas y merchandising (aunque también se da a entender que las respectivas personalidades civiles de personajes como Batman, Green Arrow o Wonder Woman existen aunque nunca ejercieron como héroes enmascarados).


Partiendo del enfrentamiento clandestino entre las organizaciones Skywatch y O.I por el control en la sombra del planeta, Ellis plantea varias tramas en paralelo que incluyen una guerra milenaria entre razas alienígenas (mostrando que ni los Kherubines eran tan buenos ni los Daemonitas tan malos), una conspiración para ocultar experimentos genéticos en soldados (con John Lynch reuniendo a su antiguo equipo mientras un demente Marc Slayton se dedica a buscarlos y asesinarlos) y la inmortal Jenny Sparks reuniendo un grupo para salvar al planeta de todo lo anterior tras haberse pasado veinte años alcoholizada. Al final todo encaja como un puzzle que se permite grandes escenas cuya espectacularidad el guión descarga en la pericia de Davis-Hunt. Este elabora escenas de acción y/o ambientes fantásticos basadas en la pura narración visual, alternando varios formatos de narración secuencial y sin hacer apenas uso del recurso del dialogo o textos de apoyo.


Si hace un año cerrábamos la reseña de aquel inicio afirmando que estábamos ante uno de los cómics más interesantes de la temporada, una vez disfrutada su conclusión podemos afirmar que estamos también ante una de las obras más sólidas del creador de Transmetropolitan. Una obra que puede disfrutarse por sí misma pero que planta varias semillas de cara al futuro (los planes de Jacob Marlowe para los Wild C.A.T.S; la mención a los retoños del Team 7 donde se adivina una futura y remozada versión de Gen 13; el nuevo estatus mundial creado por The Authority), dibujando un escenario argumental que rebosa un enorme potencial. A falta de poder catar el spin-off dedicado a Deathblow firmado por Bryan Hill y Steven Harris y de que se concrete o no la anunciada y luego ¿cancelada? cabecera de los Wild C.A.T.S., The Wild Storm augura un futuro brillante siempre y cuando DC sepa administrar la renacida franquicia poniéndola en las manos adecuadas. De la editorial depende no volver a tropezar en la misma piedra.


contactarEdición impresa