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                                                        Marvel Must-Have - Thunderbolts: Sin cuartel   Llega una nueva alineación para el grupo de antihéroes                                                               
  En la industria del cómic siempre ha sido habitual que, cada cierto tiempo, y para mantener la atención de los lectores sobre los personajes, se hagan cambios más o menos radicales, que aseguren que la serie no desaparezca en las listas de ventas. Estos cambios pueden ser tan sencillos como el rediseño de sus uniformes, el cambio en la alineación original del grupo, o tan radicales que afecten a la propia esencia de la colección. Si tenemos en cuenta que las primeras aventuras de los Thunderbolts partían de una potente y sorprendente premisa, los cambios que Daniel Way va a traer a la colección van a poner bocabajo lo que creíamos conocer sobre el grupo.
 En manos del popular guionista, el grupo va a cambiar el clásico enfoque de villanos disfrazados de héroes, al que tantas vueltas se le ha dado durante los más de cien números del primer volumen, para pasar a ser un grupo de antihéroes, que fácilmente podemos comparar con el Escuadron Suicida, de la distinguida competencia. Haciendo las veces de Amanda Waller, tenemos aquí al general Ross, que para la ocasión va a reunir a un variopinto grupo de personajes para estrenar este segundo volumen de la colección, cuyas primeras seis entregas llegan ahora a las librerías dentro del formato Marvel Must-Have.
 
 
 Elektra, Masacre, Veneno y el Castigador van a ser los nuevos miembros del grupo, capitaneados por Hulk Rojo, que recordemos es la identidad más salvaje del General Ross. Tras el típico primer número en el que se nos cuenta como Ross va juntando las piezas de este inesperado puzle, y recluta a los mencionados miembros, la acción va a tomar el control de la serie, mostrándonos la primera misión de los renovados héroes, para la que viajarán a la península de Malaca a derrocar al dictador de turno. Ayudado por los lápices de Steve Dillon, de quien siempre tenemos en mente la magistral Predicador, Way convierte el tramo final del tomo en un festival de hiper violencia, que se muestra sin pudor ante nuestros ojos, y convierte este nuevo enfoque en un violento divertimento.
 
 Queda por ver hacia donde dirigirá la serie en los próximos números, ya que aún desconocemos los motivos para constituir el grupo, y estamos seguros de que hay sorpresas en el horizonte. De igual forma, la presencia de varios villanos clásicos de Hulk asegura próximas revelaciones, que esperemos ver muy pronto recopiladas por Panini en este formato.
 
 
 
 
         
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