Hellblazer: Garth Ennis #1 ECC comienza la recuperación de esta popular etapa de nuestro bastardo favorito
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Hay muchas razones por las que agradecer a ECC la actual edición de ese definitorio y necesario título que es Hellblazer. Bastión del cómic adulto mensual, la colección ha dado voz a través del insolentemente salvaje John Constantine a muchas de los más importantes creadores del noveno arte, ya sea en etapas largas al frente del título, especiales, series limitadas o proyectos flotantes. Parece que la descompostura de este investigador de lo oculto pasado de vueltas sirve de excusa a los guionistas que se acercan a él para desmelenarse y tratar temas tabúes y cuestiones candentes de nuestra sociedad.
Por supuesto, esto nunca fue más cierto que en la etapa inicial de la colección en solitario del personaje, con un brutal Jamie Delano mostrando sus rabiosos dientes a la clase política y pudiente del Reino Unido de finales de los 80. El que esto suscribe está deseando que la editorial se decida a sacar los tomos centrados en esta época, cómics que sirvieron para definir el arte secuencial para adultos y que, gracias a su empeño en romper normas y legislaciones, llevaron a la creación de ese sello Vertigo que se convertiría en el baluarte de las lecturas adultas con propuestas como Sandman, Predicador, Transmetropolitan o 100 Balas.
Sin embargo, no podemos negar la importancia del autor que nos ocupa en el devenir de Constantine y su loable etapa al frente del mismo. Cuando este relativamente desconocido pasó a hacerse cargo de la que era una de las colecciones más radicales de DC, muchos fueron los que dudaron de que el guionista fuera capaz de llenar el enorme vacío que el final de la estancia de Delano iba a dejar. No olvidéis que, por aquel entonces, Garth Ennis aún estaba lejos de dejarnos a todos alucinados con las brillantemente irrespetuosas aventuras de Jesse Custer y compañía y sólo ofrecía en su curriculum algunas aventuras de Juez Dredd en esa oficina de reclutamiento para DC que era la revista 2000AD.
Así que el autor lo tuvo claro desde un principio y no dudó ni un segundo en empezar con una explosión, una historia tan grande y original que callara todas las voces opositoras y dejara claro que tenía mucho que decir acerca del oscuro y peligroso futuro de nuestro adorado Johnny. Así que, como bien nos cuenta el mismo Ennis en su introducción al tomo, sólo había algo que ofrecer que pudiera hacerle alcanzar la meta que se había marcado: debía matar a John Constantine.
Pues dicho y hecho, el guionista comienza este volumen con una historia que se ha convertido en una de las más celebradas y recomendadas de la historia editorial de Hellblazer: Hábitos Peligrosos. Sin destripar mucho de su contenido, nuestro protagonista se enfrentará a un enemigo muy alejado de demonios sociales, magias políticas y traiciones del Averno: su propia mortalidad. Los años de exceso van a pasarle factura finalmente y ni todos sus conocimientos y aliados esotéricos juntos pueden ayudarle esta vez.
En una trepidante saga que no deja respiro al lector, ilustrada de manera lóbrega y feista por Will Simpson, el escritor nos sumerge en la despiadada realidad de Constantine al tiempo que, al enfrentarlo a su muerte, lo humaniza de una manera inesperada y descarnada ofreciendo capas de humanidad que no habíamos visto hasta entonces en este bastardo.
Se permite Ennis presentarnos la otra causa de que esta etapa sea una de las más celebradas del personaje: la adorable y fuerte Kit, interés romántico/amiga incondicional que azotará la existencia de nuestro protagonista dándole un refugio ante toda esa tormenta de podredumbre y suciedad que es su vida. El guionista nos ofrece otra de esas mujeres fuertes e independientes que son marca del autor y que se convierten en personajes necesarios y únicos gracias a su valentía y energía.
Una vez demostrado que Ennis está aquí para quedarse, podemos disfrutar de brillantes historias que nos devuelven esa vertiente de lúgubre realismo mágico en el que se mueve el título con relatos centrados en pubs encantados, vampiros aburridos por su inmortalidad, multiposesiones diabólicas o extrañas miradas al origen de la Navidad. Precisamente, esta última historia supone la primera colaboración entre Ennis y el dibujante que definirá por completo esta etapa de Hellblazer: Steve Dillon.
Mención especial merece también la saga Sangre Real que nos ofrece una desquiciada mirada a los que ostentan el poder en nuestro mundo, relato en el que Ennis vierte toda la mala leche y ferocidad que puede encontrar y, creedme, encuentra muchísima.
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