Marvel Deluxe - Los Eternos: Sólo la muerte es eterna Reinventando a los Eternos para una nueva generación de lectores

Marvel Deluxe - Los Eternos: Sólo la muerte es eterna USA - 2024 Guionista:Kieron Gillen Dibujante:Dustin Weaver, Esad Ribic, Kei Zama, Ryan Bodenheim, Guiu Vilanova
Editorial:Panini Cómics -
440 páginas - color
Precio:50,00€
Parece que a Marvel le cuesta dejar morir a sus personajes clásicos, sobre todo cuando acaba de llevarlos a su universo cinematográfico, estrenando película en la gran pantalla hace algún tiempo. Me estoy refiriendo, lógicamente, a Los Eternos, una de las creaciones más complicadas de la editorial en toda su historia. Nacida de la alucinante mente de Jack Kirby, se trata de una de las series que menos suerte editorial hayan tenido, nunca llegando a superar la veintena de números en sus diversos volúmenes. Ahora, después de que los primeros números de la nueva etapa recibieran en nuestro país un tratamiento de auténtico lujo, nos llega en tapa dura la etapa completa, de lo que sería el quinto volumen de la serie, capitaneados por Kieron Gillen y Esad Ribic, que promete situarla por fin en el lugar que le corresponde.
Es cierto que Marvel no ha prestado mucha atención a la franquicia en los últimos años, y tan solo pudimos ver a algunos de los personajes dentro de la serie de Los Vengadores, aprovechando el arranque de la etapa de Jason Aaron en la colección, y que prácticamente todos los personajes de la editorial han pasado por allí en los últimos años. Por suerte, Gillen ha sabido ver el potencial de lo que tiene entre manos y nos deja unos primeros números que retoman conceptos y personajes con grandes posibilidades.
El primer escollo que logra sortear Gillen en su llegada a la serie, es el pequeño detalle de que todos los personajes estaban muertos. Como decía, su aparición en Los Vengadores de Aaron tan solo sirvió para eliminarlos, y eso suponía un pequeño inconveniente para devolverlos a las páginas de una nueva colección. Por suerte, y echando mano de parte de lo que Neil Gaiman plantaba durante su breve estancia con los personajes allá por 2006, Gillen consigue devolvernos a los personajes de forma más o menos coherente, y lo mismo hace con uno de los principales villanos de la editorial, que casualmente también estaba muerto según la cada vez menos férrea continuidad.
La forma en la que el guionista trata a esta peculiar familia, nos hace recordar el Sandman de Gaiman, o el Wicked - The Divine del propio Gillen, pero sabe darle un toque muy personal a la interacción entre los personajes, sin perder de vista que se trata de un volumen introductorio y que muchos de los lectores van a conocer por vez primera a los personajes en formato impreso en estas páginas. El dibujo de Ribic es la otra gran baza de la serie, y es que el dibujante no sabe sino mejorar en cada página, como nos demostró en Secret Wars, su último gran trabajo. De hecho, la única pega que podemos poner a la serie es la ausencia de Ribic como artista en la segunda mitad de la colección. Aunque Dustin Weaver y otros dibujantes ponen todo su empeño en hacer sus mejores trabajos, lo cierto es que nos preguntamos qué habría sido de la serie de haber mantenido su soberbio apartado artístico durante toda la saga.
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