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Star Trek Comic Digital
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"Soy un enigma encerrado en un misterio" Jessica Jones / Invasión Secreta #8
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Star Trek

Donde ningún otro director ha llegado jamás

Un artículo de Diego Salgado - Introducido el 11/05/2009
150 millones de dólares, un reparto plagado de jóvenes, una gran confianza en sí mismo y un tono de optimismo que ha impregnado todas las facetas de la producción, son las armas con las que J.J. Abrams aspira a renovar un universo que muchos consideran anacrónico.

El 12 de noviembre de 2008, el director, productor, guionista y hasta compositor (suyos son los temas centrales de Felicity, Alias y Fringe) J.J. Abrams presentaba en Madrid un anticipo del film que estrena en todo el mundo el 8 de mayo de este año: Star Trek, undécimo episodio cinematográfico de la saga creada originalmente en 1966 para la pequeña pantalla por alguien forjado en el medio televisivo como Abrams, Gene Roddenberry (1921-1991).

Así pues, parecía un acto de justicia poética que, a la hora de revitalizar una franquicia que había dado severas muestras de agotamiento con Star Trek: Nemesis (2002), la productora Paramount confiase en un director como Abrams, que pese a su variada implicación artística en films tan populares como Armaggedon (1998), Mission: Impossible III (2006) o Monstruoso (2008), sin duda debe su prestigio a series televisivas como las citadas en el párrafo previo, a las que habría que sumar la celebérrima Perdidos (Lost), cuyo culto no hace más que crecer hallándose ya en su quinta temporada.

Sin embargo, Abrams dejó perplejos a propios y extraños durante el evento reseñado al manifestar no ser trekkie, declararse por el contrario fan de Star Wars, y confesar su apuesta por el espectáculo (su film está presupuestado en 150 millones de dólares). Teniendo en cuenta que si hay unos admiradores incondicionales y estrictos de una ficción son precisamente los de Star Trek; que no hay nada más odioso para ellos que el concepto de la fantasía pura que encarna Star Wars frente al de la ciencia-ficción que representa Star Trek; y que las series y películas previas a la llegada de Abrams siempre habían presumido de anteponer la calidad de los guiones y sus contenidos especulativos a los efectos especiales y el gigantismo, no es de extrañar que muchos de los presentes se sintiesen traicionados. Algo que se ha trasladado a internet, generándose una división muy clara entre quienes esperan la película como uno de los acontecimientos de 2009, capaz de captar para el universo Star Trek a millones de nuevos espectadores, y quienes consideran a Abrams un advenedizo que desnaturalizará la obra de Roddenberry y sus muchas secuelas televisivas y fílmicas, hasta la fecha muy respetuosas con sus planteamientos.

Lo curioso es que, en una más de las muchas piruetas conceptuales que han caracterizado su exitosa carrera, puede que el creador de Lost logre contentar a unos y otros: en colaboración con sus guionistas habituales, Alex Kurtzman y Roberto Orci, Abrams ha situado la acción de su film antes de lo que ideó Roddenberry, presentándonos a personajes tan conocidos por todos como James T. Kirk, el vulcaniano Spock y demás miembros de la nave Enterprise en su juventud, como cadetes de la Flota Estelar que preserva la paz en la Federación Planetaria a mediados del siglo XXI y se aventura “allí donde ningún otro ser humano ha llegado jamás”. Abrams y sus colaboradores pretenden así que la película funcione como precuela de todas las ficciones sobre Star Trek producidas en los últimos cuarenta años, para lo que no han escatimado en investigaciones, guiños y citas que hagan encajar su pieza inaugural del puzzle en el conjunto ya montado. Y por otra parte, gracias a algunas de las constantes paracientíficas de Star Trek (la velocidad superior a la de la luz, la teleportación), parecen haber sido capaces de justificar paradojas temporales y, por tanto, un universo paralelo en el que podrán sucederse con libertad nuevas aventuras de Kirk y su tripulación sin que los trekkies tengan derecho a poner el grito en el cielo. De hecho, sin saberse todavía si Star Trek será un éxito, ya se ha anunciado que en el verano de 2011 estará lista su primera secuela, en la que Abrams se reserva por ahora sólo el papel de productor.




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