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Antes de Watchmen Comic Digital
REVISTA ESPECIALIZADA EN CÓMIC
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Antes de Watchmen

Polémica (aunque recomendable) continuación

Un artículo de José María Pérez Cuajares - Introducido el 25/11/2012
AVISO: Este texto fue publicado en nuestra Edición Impresa en el número de DICIEMBRE

El carácter de obra maestra del Watchmen de Alan Moore y Dave Gibbons convertía la idea de una continuación –aunque fuera en forma de esa socorrida maniobra que es la precuela- en una cuestión que aseguraba la división de los aficionados al cómic de manera salvaje e incluso, febril.

Aún así, los poderes editoriales decidieron continuar con el proyecto e intentar asegurarse el apoyo de los fans fichando equipos creativos de primera fila que pudieran despertar el interés de los lectores más allá de controversias y disputas. Además, se dió un extraño caso en el que Dave Gibbons dio su beneplácito a los nuevos títulos –ya lo hizo con la excelente película basada en la maxiserie original- y un airado Alan Moore, ejerciendo su derecho al pataleo, condenó a los vinculados a la iniciativa de manera dura y tajante.

Se pueden dar varias situaciones cuando te acercas a estas nuevas colecciones. La primera es que conocieras Watchmen en su versión original en cómic lo que, a su vez, crearía otros dos grupos de lectores: el grupo A, que acepta su papel en la definición del cómic actual, y el grupo B, que piensa que no es para tanto –afortunadamente, este grupo es bastante menor. Después, están aquellos que descubrieron la obra gracias a la brillante –pese a quien pese- película de Zack Snyder que, de nuevo, generaría dos grupos: el grupo C reuniría a aquellos que después revisitaron la obra de Moore y el D a los que creyeron que aquello era todo una nueva invención de Hollywood que copiaba de otras películas de superhéroes –de nuevo, un grupo poco numeroso e insignificante.

Merece una oportunidad


Seas del grupo que seas, la única opción para valorar esta iniciativa es disfrutar de la edición que ECC presenta ahora en nuestro país. La variedad y diferenciación de las propuestas, más allá de su pertenencia a un mismo universo, y la indudable calidad de los talentos creativos elegidos aseguran que, cuanto menos, la lectura sea interesante y controvertida.

Antes de Watchmen: Minutemen puede considerarse el título principal de la línea. El excelente Darwyn Cooke es el encargado de narrar las primeras andanzas de la encarnación primigenia de este grupo de luchadores por el bien, realizando un repaso a esa obra llamada Under the Hood que saboreamos a fragmentos en la colección original. El clasicismo e impresionante diseño de Cooke otorga a esta serie su carácter de homenaje respetuoso al tiempo que presenta hechos que nos permiten conocer más profundamente las psiques de los protagonistas.

Continua la narración en otra obra guionizada por Cooke, que cede ahora los lápices a la correcta Amanda Conner, en Antes de Watchmen: Espectro de Seda. La juventud de la segunda Espectro entrenada por su madre y batallando contra el pasado y las hormonas es el hilo argumental de la que quizás sea la más floja de las propuestas enmarcadas bajo este sello.

El trabajo de J.M. Straczynski y Andy y Joe Kubert, este último sustituido por Bill Sienkiewicz tras su fallecimiento, en Antes de Watchmen: Búho Nocturno es ejemplar. La capacidad para la introspección del guionista convierte la lectura de esta ascensión al heroísmo de Dan Dreiberg en una muestra de respeto hacia el material original.

Respeto que también encontramos en el muy diferente Antes de Watchmen: El Comediante, en el que el salvaje Brian Azzarello pone un guión que navega por la política y los grises de la América de los 60 al servicio de los magníficos lápices de J.G. Jones. El resultado es un cómic que nos entrega una nueva cara del más psicópata de los Minutemen y otorga nueva profundidad a hechos aparecidos en la maxiserie de Moore y Gibbons.

Agradables sorpresas


Una de las indudables sorpresas es Antes de Watchmen: Ozymandias, en la que el veterano Len Wein y un sorprendente Jae Lee componen página tras página de puro cómic. La infancia y adolescencia de Adrain Veidt son por méritos propios un material perfecto para nutrir esta serie limitada que no dejará de sorprender al lector en ningún momento.

La última propuesta es la bestial Antes de Watchmen: Rorschach, en la que Azzarello, esta vez acompañado por el impresionante arte de Lee Bermejo, da rienda suelta a la locura del desquiciado vigilante y su obsesión por los más oscuros rincones del alma del ser humano.

En resumen, una iniciativa a tener en cuenta que no dejará indiferente a nadie.

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