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Susanna Martín: 'Aunque las etiquetas seguirán durante un rato, las estamos cuestionando' Comic Digital

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Patrulla-X #35

“Erase una vez un telépata mutante llamado Charles Xavier”

REVISTA ESPECIALIZADA EN CÓMIC
"Hal era el hombre sin miedo / ¿Y qué es Batman, si no lo tienes? Sólo un hombre." John Stewart a Batman / Green Lanter Renacimiento
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Susanna Martín: 'Aunque las etiquetas seguirán durante un rato, las estamos cuestionando'

Un trabajo colectivo que busca desafiar nuestra mentalidad

Un artículo de Samu González - Introducido el 13/04/2014
Enjambre (Norma Editorial, 2014) es una antología de 16 cómics y 2 relatos cortos realizados por artistas de diversa índole y estilos que busca que las personas que lo lean se planteen preguntas y traten de responder a otras que lanzan las mismas historias que lo integran. De lectura variada y con material de diferente poso, su coordinadora Susanna Martín se encuentra en plena etapa de promoción del trabajo. Tras acudir a una de las presentaciones realizadas en Madrid acordamos una entrevista para poder comentar con calma este lanzamiento de profundo calado.


La Fuerza de un Enjambre



La primera vez que escucho hablar de Enjambre debía de encontrarse en una fase embrionaria, allá por finales del año 2012. ¿Cómo se gesta la idea de este trabajo?

Surge en una reunión con un editor de Norma con el que he trabajado en varios libros, Álex Fernández, que quería hacer una antología de autoras, pero no sabía muy bien cómo hacerla. “Hacedla vosotras, que sois mujeres y tiene más sentido”, dijo así, exagerando a lo bestia. En esa reunión también estaba María Castrejón conmigo. Comentó que con él, al ser editor, igual podía existir una barrera con las autoras y que si era otra autora quien coordinaba saldría algo más sincero y podría ser más relajada la comunicación, sin la figura dominante de un editor; por eso me pasó la tarea. Esto fue en diciembre de 2012. María y yo hicimos la historieta que aparece en el libro y que es la que usamos en el dossier que mandábamos a las autoras. En ese mes empecé a enviar mails, pero costó tener respuestas. Hubo como una escampada de autoras y me asusté un poco, vi que en verdad había un temor con las etiquetas.

¿Con la etiqueta de autora?

No; miedo a que nos etiquetaran de “cómic femenino”, “cómic de chicas”...

Por tanto, en enero de 2013 empiezas a tener un poco el feedback inicial y empiezas a charlar con algunas compañeras y hablas un poco de la idea y mensaje que tienes intención de transmitir.

Sí, empecé a escribir mails muy largos reivindicando (casi justificando) el proyecto. Hubo algunas personas que respondieron directamente que sí, como Elisa McCausland o Carla Berrocal, pero otras se mostraban dubitativas, y tuve que dialogar un poco con ellas para contarles la idea. Tras esto, lo más importante fue que nos conociésemos el resto del grupo en el Salón de Cómic de Barcelona de 2013, a raíz de la creación de la Asociación de Autoras de Cómic (AAC), porque ninguna nos conocíamos en persona. Verte cara a cara, conocerte, estando tranquilamente con una cervecita, pudimos hablar de toda esta exclusión que hay en el mundo del cómic, les hablé del proyecto y entonces se animaron todas. Y fue también ahí cuando se nos ocurrió el título ‘Enjambre’ y la idea de las abejas obreras.

Sería raro que un 'autor' dijese que 'no' a participar en una antología por temor a que se le etiquetase como 'tebeo de chicos'. ¿Te sorprendieron las reacciones de algunas profesionales?

No, para nada. Porque a mí cuando me lo planteó el editor sabía que era un tema que iba a ser complicado. A las autoras parece que se nos valore más el trabajo por nuestro género, que no por nuestra calidad profesional. A los autores hombres eso no les pasa.

Desde el principio es apuesta 100% de Norma...

Más que de Norma, de este editor, Álex Fernández, porque luego él tuvo que hablar con 'el gran jefe’, el que decide finalmente y pone la pasta, con la lista cerrada de autoras, el proyecto bastante avanzado y muy claro. Álex lanzó la idea, nosotras la tomamos, pero él también luchó para que se publicara después.

El libro empieza con un contenido muy potente, un prólogo de Ana Miralles, mostrando que hay conflictos y barreras no superadas; hay quien se pueda poner a la defensiva al encontrarse con este trabajo, puede que de manera inconsciente.

No es fácil explicarlo, empezamos con un texto muy fuerte. Sí. Y el título mismo es algo muy heavy, un Enjambre. Hace poco leí una reflexión que decía cómo podía ser que el feminismo, que era un movimiento de lucha pacifista, cause tanto temor y resquemor, y en cambio formas violentas como el machismo o los estamentos sociales, no. Hay a quien le causa 'problema' que desde el principio se usen términos como 'lucha’, ‘reivindicar’, o que no considera que un cómic pueda ser así. Como hay quien no se acerca a según qué cómics por las temáticas (ONG, guerras, enfermedades, etc..) y, en efecto, ante eso no podemos hacer nada. El comic no deja de ser un medio más de expresión.

Como editora y coordinadora de este Enjambre, qué le dirías a las personas que ven de forma reticente que desde una empresa se usen conceptos asociados a la lucha de clases.

El sistema está en todas partes, y formamos parte del mismo. ¿Cómo luchar desde fuera? Yo soy muy trotskista y donde pienso que hay que poner las 'bombas' (siempre en sentido metafórico) es dentro del sistema, no fuera. A mi no me interesa 'convencer' a un editor, sino 'usar' a ese editor para llegar a otras personas. Para mí eso es más importante. Niñxs, adultxs... a quien yo quiero llegar es a la gente. No me interesan 'las autoridades', ya tienen sus 'territorios' y 'sus juegos'. Yo me sirvo de esos juegos, prefiero usar 'esa maldad' para un buen fin. Y me refiero a la maldad estructural y formal del sistema, ¡no al editor!

Las autoras de Enjambre buscan en este libro tanto el placer estético como la reflexión ética


Creo que gran parte de las autoras se han mojado a la hora de incluir 'contenido' en sus historias ¿Como coordinadora cómo fuiste viendo la gestación de estas historias y el total del libro?

Hubo libertad temática y de estilo, y curiosamente casi todas las historias hacen algún tipo de reivindicación. Yo flipaba a medida que me las iban mandando. Hice también un trabajo de situar las historias de determinada forma. Colocaba una historia con menos contenido (o no tan claro) o, por ejemplo, con un tipo de humor determinado al lado de otra que fuera de distinto registro o más cañera en reivindicación, y al revés, historias muy reivindicativas colocarlas junto a otras más “light”. Y lo mismo hice con los diversos estilos. Busqué una armonía. Es la forma de darle fuerza de conjunto al libro, de esta manera, arropas el trabajo de todas y creas una lectura fluida.

Todas las historias quedan muy bien integradas.

Esa era la idea. Hay quienes me han comentado que han disfrutado o que les han gustado más las historias que son 'más estéticas' y hay quienes que me habéis comentado que lo que os ha gustado es justo el material 'con más contenido'.

¿Y cómo definirías pues las patas de este Enjambre? Los pilares en los que se sostiene o los aguijonazos que vais a propinar en el lector 'no habituado a este tipo de contenidos'.

Es complicado, partiendo de que en muchas entrevistas que nos están llegando casi todas inciden en las clásicas preguntas tipo 'si hay una forma de hacer común', y claro... ¡no hay una forma común de hacer! No hay estereotipos, cada una tiene unos referentes, unos objetivos y unas ideas. Parece que tiene que haber 'una forma común de hacer comic y femenino’ porque somos mujeres. Creo que con Enjambre es evidente nuestro hartazgo. Y aunque las etiquetas seguirán durante un rato, al menos las estamos cuestionando.

No eres partidaria de las etiquetas.

No. Y es algo con lo que tienes que lidiar. ¿Cómo haces para mostrar tu trabajo sin que luego en reseñas o entrevistas acabes encuadrada en alguna de ellas?

También es este un sector de pocas personas y donde se estila más que 'un autor presente o descubra a una autora'. Es un juego un poco violento.

Ayer mismo justo presencié una conversación en la que un representante decía que una mujer publicaba por ser ‘la pareja de’ un autor en concreto. Si alguien dice eso es porque este tipo de pensamientos aún están muy instalados.

En vuestro libro hay una reflexión en una de las historias: hay comportamientos que están tan metidos en nuestro ADN cultural que, sin darnos cuenta, los repetimos. En la presentación de Enjambre en Madrid comentaba Carla Berrocal la cantidad de mujeres que hay trabajando en este sector que 'no son visibles'.

Nuestro problema es 'que no nos lo creemos'. Nos han metido 'mucha mierda' en la cabeza y en seguida saltan los resortes de programación y te pones en situación de inferioridad; cuando te das cuenta tratas de arreglarlo, pero el resorte ha saltado. Es una putada, y una tara estructural.

Pero eso es una cuestión de trabajo de ambos sexos.

¡Claro!

PROCESO DE TRABAJO, CREANDO EL ENJAMBRE


Habéis trabajado en este libro utilizando metodología horizontal, aún existiendo la inevitable figura del 'coordinador'.

Mi figura como coordinadora más bien era de ‘medium’. Era yo quien hablaba con el editor y luego trasmitía al resto, pero hemos tratado, he tratado, de que ninguna voz sobresaliese por encima de ninguna otra. Hemos trabajado online, en un grupo de trabajo y ahí íbamos trabajando y preguntado. Hay quien se ha implicado más, sin importar realmente ello. Íbamos preguntando siempre todo, nunca dejaba de incluir, preguntar, copiar mails a todos los que no podían participar en ese grupo y de tratar de que todas aportasen y estuviesen incluidas.


¿Cómo se han tratado los contenidos 'transversales' inherentes a la creación del libro?

Todas comentaban problemas que iban surgiendo. Sonia Pulido a final de verano no llegaba y nos comentó que iba mal de tiempo. La reacción inmediata fue positiva, todo el grupo apoyando, sin conocerse realmente muchas de ellas. Carla solicitando tipografías creando así un repositorio común de tipografías a disposición de todas; o el propio debate y trabajo que tuvimos con la portada.

Que fue un bache...

Es algo que sucede cuando trabajas con una editorial, o de cualquier trabajo. Haces una propuesta y si la persona que luego tiene que 'venderlo' fuera y no le gusta, hay un problema. Digamos que nuestro editor era 'el octavo pasajero'. Si esto no hubiese sido un trabajo pagado, con contrato, habría sido de otra manera. La portada la trabajamos entre todas, comentando, aportando bocetos y luego sobre ello trabajaba María Herreros, de plasmarlo. Se hizo una primera propuesta en la que todas estábamos de acuerdo, un primer plano de la cara una mujer mutante avispa y fue un desastre para el editor: argumentó que un primer plano, independientemente de la idea, siempre resulta agresivo, y siendo una imagen frontal como era, que además quedaba muy potenciada con el estilo expresionista de María.

¿Está visible esa primera propuesta?

No, pero igual a ver si nos da permiso María para publicarla en redes sociales.

En verdad sois un compendio de autoras que se os conoce y a las que os lee mucha gente, cada una en su terreno.

Estoy súper contenta con el grupo que somos. Y hemos empezado muy fuerte. Si este libro no tiene un buen saque va a caer en el olvido. Yo he ido a matar: cansa porque haces entrevistas, promos, etc... y hay veces que tardo mucho en responder, estudiando mucho lo que respondo; tengo esa presión de que no se me malinterprete, porque tengo una responsabilidad con este libro y las autoras. Y tengo que estar preparada para cualquier pregunta, tú, por ejemplo, al preguntarme 'si estás dentro de El Mercado', para todo tengo que tener una respuesta. (risas)


Son los gajes del oficio y el puesto que te toca cubrir ahora. Yo creo que lo que sucede es que hay a gente que le molesta que se planteen o lancen según qué preguntas.

Está ahí lo interesante. Planteo el proyecto y de primeras muchas autoras salen corriendo. Luego al sacarlo, hay quien lo recibe a la defensiva...

O negación por omisión. No decir nada.

Por ahora eso no lo hemos notado, hemos percibido en verdad buena respuesta. Sí he recibido críticas sobre la selección de autoras, por qué está esta persona y no esta otra, pero contábamos con ello.

Es una selección de personas que en verdad trabajan en este sector de una u otra manera, revisando la lista de colaboradoras del libro.

La única condición impuesta que tuve con la selección es que al menos hubiese una obra publicada en mercado de cada autora (por editoriales tradicionales, ndr). Tenía que haber estado Iru (de Malavida, ndr) que en verdad hace fanzines, pero le mostré su trabajo al editor y dijo que adelante. Pero se cayó por cuestiones laborales. Yo revisaba la calidad de los trabajos y que, por lo menos, tuvieran algo publicado previamente. Por ejemplo, Srta. M venía de Caniculadas, que es un webcomic, que para mi eso ya es publicar, aunque no tengas la oportunidad de hacerlo en papel, al principio.

Y cual es tu impresión hacia reacciones del tipo 'la igualdad hombre/mujer ya la hemos alcanzado hace tiempo' que aún podemos percibir dentro de este sector, y de la sociedad en general.

Esto va con la situación de la mujer, o posturas que dicen “¿por qué el feminismo si ya lo hemos conseguido todo?” Y dicho por mujeres. No, hemos conseguido formar parte del sistema, nos han aceptado en el grupo, en el equipo. Aportamos ingresos y capitalizamos trabajo junto con otra serie de cosas, pero no estamos en igualdad de derechos. El tema de las autoras va a caballo: las mujeres hemos accedido no solo como lectoras, sino como artistas. Al haber un cierto número se tiende a pensar que todo está bien, y no es así. Pero hay un problema si haces una antología como la nuestra o Todas Putas, o como cuando se hizo la AAC y surgieron voces en contra; eso significa que hay un problema. O esas entrevistas en las que resaltan el hecho de 'que seamos mujeres'. No, no lo resaltes, dale la vuelta, trata de ser inclusivo.


El volumen de hombres sorprende frente al de mujeres publicando. Y tú como coordinadora seguro que ves mucho trabajo de artistas mujeres.

Es difícil cambiar mentalidades. Hay grupos, amigos; no tener ese miedo a abrirse y a incluir. Imagina una antología sobre 'marcianos' y que el 70% de artistas fuesen mujeres y el resto fuesen hombres. Ese dato 'cantaría', se usaría. Sería de hecho una forma de exclusión, recalcar que existe esa separación, ese binomio.

Recuerdo una intervención de Jill Thopmson en un Salón de Barcelona ante una pregunta del público de 'la situación de la mujer en el cómic en EEUU' y ella respondió que le sorprendía que en España estuviese ese debate ahora, que ese debate ya era 'antiguo' en su país...

Cansa. Nos han hecho entrevistas en las que resaltan siempre nuestro género, con términos como ‘femenino’, ‘mujer’… en vez de resaltar nuestro trabajo, y eso desanima.

Te refieres en el hecho nominal del trabajo o que sea 'cómic femenino'.

Preguntas que me gustaría que estuviesen superadas.

Siempre podemos hacer la entrevista usando lenguaje inclusivo con X para referirnos al género.

(Risas) Yo por ejemplo en la fan page o en la AAC escribo con X. Y cuando hablamos más hacia afuera, pues nos referimos a 'la abeja obrera Samuel', jugando con los dos géneros. Es interesante usar el término abeja para todo el mundo, no es solo que nos refiramos a la mujer autora, estamos también hablando de que estamos trabajando en el mundo del cómic a unos precios que bueno; en fin. Pagan muy poco en España.

Y continuando con el tema del binarismo ¿cómo afrontas comentarios o que existan personas que digan 'a mi no me gusta la discriminación positiva'. Os podrían acusar desde el principio de que este trabajo surge de ese mismo concepto. O el nacimiento mismo de la AAC, donde hubo hombres y mujeres que se mostraron reticentes a ella.

Hay gente que tal vez tiene una situación más cómoda o más fácil y puede afirmar según qué cosas, pero cuando formas parte de un grupo o colectivo en el que tienes que estar alerta constantemente, cómo se te habla, cómo te tratan, cómo te hacen algunas preguntas... Hay que darle la vuelta. Esta antología misma puede considerarse una forma de exclusión; pero si no nos agrupamos, seguirá esa exclusión. Eso también se le criticó a la AAC. Nos agrupamos para darnos una voz, igual que si hacemos esta antología es para visibilizarnos en el mercado generalista y reivindicar un espacio. Hay mucho miedo todavía, hay gente que tiene miedo a perder lo conocido y no se cuestiona esa estructura social enquistada tan dañina.

Lo cierto es que sois muchísimas en la trastienda del mundo del cómic. Y es algo que o no se dice o que se desconoce.

El hecho de que la mujer en España haya conseguido derechos y cierta autonomía, como acceder a la universidad, ha posibilitado, como en todo, que llegue a puestos en esta industria. Pero los jefes siguen siendo hombres en este país. Jefas veo pocas. Y a las que ves las contemplas como si fueran 'la hostia'. Partiendo por ejemplo del impresor, que puede ser un negocio familiar, que pasa del padre, luego al hijo …. y así un poco en todo, generalizando.

Cerramos, si te parece, tratando de animar a la gente a que se acerque a Enjambre y lo descubra. ¿Qué le puedes decir a estas personas? Y sobre todo ¿Por qué tienen que leerlo?

Ya como lectora de cómic, si me lo ponen en las manos, es que lo interesante es que hay mucha variedad, de estilos, en narrativa. Y eso me ha flipado de este libro; cada una narra de una manera completamente diferente, y eso a mi me encanta y me atrae. Una calidad y un libro que representa un poco lo que se hace actualmente en el mundo comiquero de aquí, como abanico de lo que sabemos hacer, yo creo que es muy guay; hay reminiscencias a BD, a americano, un poco de todo.

La portada definitiva que ha llegado a las librerías y que tuvo que ser revisada, elegante y contundente


Sobre la obra:

ENJAMBRE, Norma Editorial (2014)

Colaboran en esta antología de comics y relatos cortos: Ana Galvañ, Srta. M, Sonia Pulido, Lola Lorente, Míriam Muñoz, Txus García, Gally, Paulapé, María Castrejón, Susanna Martín, Pupi Herrera, Clara -Tanit Arqué, Mamen Moreu, Elisa McCausland, Alejandra Alarcón, Ana García, Raquel GU, Lydia Sánchez, MP5, Carla Berrocal, María Herreros, Cristina Durán, Ana Miralles y Marika Vila.


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