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test Marvel Gold – Iron Man #4 Comic Digital
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"Todos los misterios contienen secretos, pero no todos los secretos contienen misterios." House of Mystery
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Marvel Gold – Iron Man #4

Nueva entrega de esta entretenida colección

Un artículo de Redacción - Introducido el 10/10/2025
Marvel Gold – Iron Man #4
Marvel Gold – Iron Man #4 USA - 2025
Guionista:VV.AA.
Dibujante:VV.AA.
Editorial:Panini Cómics - 616 páginas - color Precio:55,00€
PUNTUACION
3,5/5

En los setenta Iron Man aún no era la superestrella global que el cine acabaría convirtiendo en fenómeno cultural. Era, más bien, un veterano del panteón marvelita que sobrevivía a base de constancia, de pequeñas reinvenciones y de la mano de guionistas y dibujantes que experimentaban con fórmulas muy dispares. Este volumen captura precisamente esa etapa de transición, entre 1970 y 1972, cmomento en el que la editorial tanteaba un equilibrio inestable entre la ingenuidad pulp de los sesenta y las pulsiones más adultas que acabarían dominando la década. Lo que aquí encontramos no es una saga cohesionada ni un arco cerrado, sino un mosaico irregular que, leído hoy, ofrece tanto desconcierto como fascinación.

La primera mitad del volumen lleva el sello inconfundible de Don Heck, uno de los arquitectos gráficos del Hombre de Hierro. Sus páginas oscilan entre lo rutinario y lo vibrante, pero siempre con un trazo que dotaba a Tony Stark de esa elegancia distante que lo definía. Frente a tramas que rozan lo folletinesco —dictadores de opereta, alienígenas reciclados de la ciencia ficción barata, conspiraciones industriales de manual—, Heck lograba que el personaje mantuviera cierta dignidad, incluso cuando los guiones parecían no llevar a ningún buen puerto. De hecho, esa tensión entre historias intrascendentes y momentos brillantes está presente en todo el tomo: un villano como Tizón, con discurso antisistema y hechuras torpes, deja entrever lo que Marvel aspiraba a contar si se atrevía a mirar más allá del escapismo infantil.

En lo narrativo desfilan nombres diversos: Archie Goodwin, en un registro menor si lo comparamos con su excelente trabajo en otras propuestas; Mimi Gold, que entrega una fábula ingenua sobre sociedades gobernadas por máquinas; o Allyn Brodsky, empeñado en encajar robots gigantes, kaijus y protestas callejeras sin acabar de dar con la tecla. En ocasiones parece que Iron Man hubiera caído en una antología de ciencia ficción de segunda fila, con la extrañeza añadida de un protagonista que deambula como invitado incómodo. Este carrusel de estilos y tonos contribuye a la sensación de caos creativo, a medio camino entre el tedio y la curiosidad arqueológica.


El rumbo cambia con la irrupción de Kevin O´Brien, ingeniero impulsivo que poco a poco gana protagonismo hasta transformarse en el Guardián. Su arco dramático, que reúne las usuales tragedia, celos, locura..., aporta la densidad emocional que faltaba en números anteriores. De pronto, la serie parece descubrir que Stark no funciona solo como héroe blindado, sino como epicentro de un drama humano marcado por la desconfianza y la fragilidad. Marianne Rodgers, con sus poderes psíquicos y dilemas propios, refuerza esa veta más oscura, abriendo la puerta a un héroe que empieza a asumir contradicciones y tensiones maduras. Aunque Gerry Conway, Robert Kanigher y Gary Friedrich se reparten el timón con desigual fortuna, aquí sí se percibe una dirección clara, y eso basta para que el lector se implique.

En conjunto, el tomo es un compendio de luces y sombras: una montaña rusa donde conviven números francamente prescindibles con episodios capaces de emocionar y de situar a Iron Man en un registro más complejo. No es un volumen para buscar cohesión, pero sí una pieza reveladora en la arqueología marvelita: un testimonio del momento en que el Vengador Dorado empezaba a buscar, entre tropiezos y aciertos, la voz que acabaría definiéndolo en el futuro.


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