Más Allá de la Viñeta

Política, superhéroes y american way of life

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Héroes post 11-S

Los atentados contra las Torres Gemelas tuvieron una respuesta instantánea en las páginas de las diferentes colecciones, siendo el Amazing Spiderman de diciembre del 2001 –guionizado por J. M. Straczynski y dibujado por John Romita Jr. - el único cómic donde se representó la caída de las torres en tiempo presente. Este número adopta un fin claramente propagandístico. Villanos genocidas como el Doctor Muerte o Magneto lloran a las víctimas; los superhéroes, por su parte, se lamentan por no haber podido frenar la catástrofe.

Tal y como apunta Toby Clark en El Arte y la Propaganda en el Siglo XX, la historia de la propaganda moderna está íntimamente ligada al desarrollo de la cultura de masas. “Y los cómics de superhéroes constituyen uno de los productos más característicos de la cultura popular estadounidense. Desde su aparición en los años treinta hasta la actualidad, y aún habiendo atravesado diversas etapas de crisis, estos personajes forman parte del imaginario colectivo americano y por extensión, del imaginario colectivo occidental”.

¿Si hablas de superpoderes, por qué no decir algo sobre el poder?

La última crisis ha traído ocho años de crítica en la sombra y desorientación. Los símbolos volvieron. La bandera recobró su importancia. Los Ultimates, tras acongojar a la población mundial al estilo de The Authority, respondieron con contundencia a la manipulación del Gobierno. Wonder Woman mató por primera vez en su historia. Frank Miller anunció que su Batman iría a por Bin Laden.

Pero, si alguien retomó las riendas del presente para tocar los bemoles al respetable ese fue, de nuevo, Mark Millar, junto a Ed Brubaker, J. M. Straczynski y Brian Michael Bendis. Este equipo de excepción creó el Acta de Registro de Superhumanos a imagen y semejanza del Acta Patriótica de la Administración Bush. En este ejercicio de política-ficción, el Capitán América, contrario al Acta en cuestión, tras entregarse para que termine la Guerra Civil superheroica, muere asesinado ¿Casualidad? El futuro se presenta nebuloso. Los autores han deconstruido (¿destruido?) todos los iconos. La sucia realidad se ha hecho con el panteón de los héroes posmodernos. Parece que la fórmula se ha agotado ¿Qué hacer? Los superhéroes, antes de abandonarse a la propaganda, caer en el realismo o recalar en la parodia, buscaban inspirar. La esencia mitológica corre por sus formas. Los nuevos-viejos mitos pugnan por una reconstrucción. El público necesita volver a creer. Los cínicos, los irónicos, los hirientes han dejado de ser necesarios. Hace falta luz, más luz, para recuperar la ilusión. Porque, como dice Grant Morrison a propósito de su All Star Superman, “el único hombre auténticamente moral, auténticamente bondadoso que queda, ¡es un personaje de comic book inventado!”.

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