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Spiderman Superior #93 - #94: Nación Duende Comic Digital
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"'Él os ama'. '¿Él? ¿Quién?'. 'Dios'. '¿Si? Pues mi Dios tiene un martillo'." Princesa Veranke / Nick Furia, Invasión Secreta #7
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Spiderman Superior #93 - #94: Nación Duende

El final del Spiderman Superior

Un artículo de Bruno Lorenzo - Introducido el 01/09/2014
Spiderman Superior #93 - #94: Nación Duende
Spiderman Superior #93 - #94: Nación Duende USA - 2014
Guionista: Dan Slott, Chris Cage, Kevin Shinick, Nick Spencer
Dibujante:Giuseppe Camuncoli, Javier Rodríguez, Ron Frenz, Will Sliney, Steve Lieber
Editorial:Panini Cómics - 160 páginas - color Precio:8.95€/ud.
PUNTUACION
3,5/5
Etiquetas: superior / / Marvel / Superhéroes /
AVISO: Éste artículo contiene posibles spoilers. En él se revelan aspectos argumentales que el lector podría preferir descubir por sí mismo.

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Un año. Justo un año ha pasado desde que comenzó la saga más alocada, imprevisible y arriesgada de la historia de Spiderman. Una saga, la de Spiderman Superior, que en CómicDigital hemos ido repasando mes a mes, sin perder detalle de las aventuras del Hombre Araña más siniestro que hemos tenido jamás. Un Hombre Araña bajo el que se ocultaba Otto Octavius, el Doctor Octopus, que ha puesto patas arriba la vida y la mente de Peter Parker, hasta extremos que jamás habríamos podido imaginar. Un año, una saga, que ha terminado este mes en España, y que igual que hicimos en su inicio, cerramos ahora con un comentario doble de lo que ha dado de sí el último arco argumental del Spiderman Superior.

Ya lo hemos ido viendo durante los últimos meses: el Duende Verde ha regresado. Su identidad, aparentemente desconocida, es la gran protagonista de en un juego de misterio al más puro estilo The Amazing Spider-Man de Stan Lee y Steve Ditko que lleva meses preparándose. Es el clímax de una etapa que siembra sus cimientos años atrás, un largo recorrido que el guionista Dan Slott han logrado coordinar de manera orgánica, aparentemente natural y sin fisuras. El escritor ha traído de vuelta a la némesis del personaje en un momento crítico, en el que de nada sirve el complejo plan que este Peter Parker falso ha estado diseñando durante meses para proteger Nueva York. Los primeros números sirven de perfecta síntesis de todo ello, con el Duende Verde y su grupo poniendo contra las cuerdas a toda la Spiderfamilia mientras los problemas aparecen por doquier.

Dan Slott concluye la etapa de Superior Spiderman con una saga salvaje y trepidante


La destrucción de Spider-Island al comienzo de Nación Duende pone las cartas sobre la mesa y simboliza esta “caída de Troya” arácnida. Aún más simbólica resulta la reveladora conversación entre Otto y Norman. Quizás se echa de menos un mayor toque de misterio, pues prácticamente todos los puntos de vista de la acción, excepto el del villano, se han mostrado en números anteriores (la adquisición del diario de Carlie como ejemplo máximo de sobre explicación). Pero aun así Slott es capaz de dar un giro más introduciendo el factor Superior y sus ingeniosas tácticas. Aprovecha además a todos los secundarios al máximo, desde una Mary Jane que retoma su papel de héroe, pasando por un Miguel O´Hara, Spiderman 2099, que se tiene que alinear a favor de Spiderman para tratar de impedir que Alchemax continúe su ascenso al poder. Sobra un poco, en cierta forma, el argumento de J. Jonah Jameson y sus mata-arañas: por repetitivo y por predecible, por más que no sea al final una mera excusa para devolver al personaje su status de siempre. Sorprende eso si la muerte que se produce entre todos estas secuencias y sus circunstancias, en el primer paso que se da dentro de Nación Duende hacia el inevitable desenlace del Spiderman Superior. Don Lamaze había sido clave a la hora de entender a este Spiderman Superior y su vida personal, y que muera de forma tan heroica hace pensar al lector en el legado de este Spidey, que a pesar de sus métodos ha logrado meterse increíblemente en el corazón de todos.

La habilidad de Slott para ir engarzando argumentos ha sido ejemplar en todo momento. Brillante en algunos capítulos. Como decíamos, al más puro estilo de The Amazing Spider-Man clásico ha logrado recuperar el estilo "culebrón" de la serie, aportando además frescura en los secundarios, pero sin dejar de lado la continuidad. Ha dado la vuelta al mito del trepamuros, para reafirmarlo con unas formas difrentes pero el mismo fondo. Un fondo con el que ha conseguido desprenderse al fin de la alargada sombra de Un Día Mas y Un Nuevo Día, estableciendo por sí mismo al personaje, sin ataduras, con un humor que no gusta a todos los aficionados (demasiado autoconsciente por momentos), pero que ha calado por ser ni más ni menos que lo que todos le pedimos a un cómic de Spider-Man: entretenimiento y aventuras frescas y diferentes, aún más 50 años después de su creación.

Otro que maneja con gran habilidad a los secundarios, aunque no es ninguna sorpresa, es Chris Cage en el nuevo Annual de la serie ilustrado por el español Javier Rodríguez, que también podemos disfrutar en estos volúmenes. Es una delicia de historia integrada en la trama general en la que Ben Urich se enfrenta a las consecuencias de que su sobrino haya sido el Duende todo este tiempo. El dibujo de Javier está lleno de fuerza, con una narrativa y unas composiciones de página maravillosas. Es el dibujante de más talento de este volumen, en el que por desgracia no podemos destacar en este apartado mucho más. Ya lo hemos ido diciendo durante todos los números: el arte de cada número es el gran punto débil de esta serie regular. Giuseppe Camuncoli, por ejemplo, se encarga de gran parte de Nación Duende, un artista correcto, muy preocupado por la expresividad de los personajes y bueno a la hora de dinamizar las páginas, pero no es el dibujante estrella que la serie necesitaba en este arco final. Las bajas de Humberto Ramos y Ryan Stegman, los dos dibujantes con más personalidad e impacto de esta etapa, y que habían ocupado de los arcos más relevantes, se notan.

El segundo anual de la colección cuenta con los magníficos dibujos de nuestro compatriota Javier Ridríguez


Por cierto, y ya que hablamos de las series paralelas, curioso el experimento de retrocontinuidad que se marca Kevin Shinick en Team-Up. Curioso y aunque correcto en su forma totalmente innecesario. Con la excusa de generar unas motivaciones para el enfrentamiento entre los dos grandes villanos arácnidos, Shinick alarga y fuerza una premisa que en cierta forma "corrompe" la personalidad del Otto que vemos en la serie principal. Si hay algo que quedó claro desde el comienzo de esta etapa fue la frialdad de Octopus, su lucha por librarse del pasado y de las heridas. Sacar de la manga ahora esta aventura entre ambos villanos es demasiado rebuscado, pues las motivaciones de Otto se encaminaban más hacia el conflicto moral que sostenía consigo mismo y su papel, no necesariamente con su pasado lejano, siendo el reto que suponía enfrentarse al Duende Verde como icono “villanesco” de su nueva identidad la base de Nación Duende, independientemente de que sea el rostro de Osborn o no el que está debajo de la capucha. De cualquier forma es de agradecer que Marvel haya apostado por ahondar en esas motivaciones en estos episodios por dos autores como Ron Frenz y Sal Buscema, dos titanes de la ilustración que encajan como anillo al dedo dentro del argumento planteado por Shinick.

Pero sin duda, en la parte negativa, tenemos que destacar por desgracia, e inevitablemente, el apresurado desenlace de esta épica aventura, la forma en la que Peter Parker regresa para tomar el control total de su cuerpo meses después de la victoria de Octopus. Si bien se entiende en esencia lo que ha querido hacer Slott, no podemos más que reafirmar lo que comenta Julián Clemente en el Spot-On de la edición española: da la sensación de que el número de páginas se le queda corto al guionista norteamericano. Da la sensación de que aún queda un capítulo perdido, secuencias de la batalla que tiene lugar en la dividida mente de nuestro héroe. Se transmite eso si la idea de que Octopus acepta al final su papel, su lugar dentro del Universo Arácnido, pero queda la agridulce sensación de que lo hace como aceptando ser una pieza más del tablero en el que un poder mayor decide que Parker debe volver al 100%. Ese poder mayor, seamos claros, se llama Sony y The Amazing Spider-Man 2: El poder de Electro. Y poco puede hacer el editor o Slott contra eso. El tiempo ganó la batalla esta vez al escritor, pero ya hay algunos proyectos en el horizonte que nos van a devolver a esta versión del arácnido y contar lo que bien podría ser "la historia jamás contada de Spiderman Superior". También el tratamiento de Los Vengadores se queda un poco colgado, aunque ya hemos hecho aquí referencia muchas veces a esa pequeña manía de Slott en ridiculizarlos y presentarlos como una especie de “capullos institucionales”. Suponemos que en el futuro la relación con Spiderman se retomará y aclarará, pues Los Héroes Más Poderosos de la Tierra han sido parte fundamental del Hombre Araña en el último lustro.

¿Quién se esconde tras la máscara de este psicopático Duende Verde?


Así mismo, la resolución de la trama del Duende Verde se antoja confusa. pero en esta ocasión intencionadamente. La continuidad de Slott en la serie favorece que las tramas continúen de una etapa a otra, pero se echa de menos en cierta forma una mayor sensación de cierre. Más correcto se presenta el epílogo, a pesar de no contar demasiado, más allá de devolver al status quo tradicional a algunos personajes como el mencionado Jonah. La conversación de Peter con Mary Jane, y la posterior entre la pelirroja y Carlie resumen la tradición arácnida y la maldición Parker, esa maldición que regresa tras la marcha de Otto y que es ni más ni menos que el propio poder y responsabilidad que define al personaje: la responsabilidad obsesiva de un Peter que va a tener que lidiar con muchas consecuencias de esta etapa. Las consecuencias son probablemente lo más interesante que nos deja este final. ¿Qué pasa con Industrias Parker? ¿Y con Anna Maria?

Son preguntas que no vamos a poder responder aqui. Igual que no vamos a hacer aquí una valoración final global de Spiderman Superior. La valoración de esta magnífica etapa, como decíamos al principio, la hemos ido realizando mes a mes, sin prisa, estudiando los pros y contras de esta situación. Analizando los caminos que iba siguiendo Dan Slott y de los dibujantes que le han ido acompañando en cada nueva entrega. Y atención, porque lo seguiremos haciendo, no os quepa duda, ya en este mes de septiembre con el relanzamiento USA (en España la numeración se mantiene). Pero algo si me gustaría decir sobre los últimos meses. Por un lado que las notas, aunque sirven de resumen perfecto de todo lo que se comenta, no siempre son exactas, y han tratado dentro de las posibilidades que ofrece de ser lo más justas posible, ocupando los puestos más altos hitos de esta serie como la aparente destrucción de la psique de Parker, el retorno del Spiderman 2099 u otro retorno también muy esperado, el del Agente Veneno. Las notas deben ser entendidas también dentro del contexto del tipo de publicaciones de las que hablamos, dentro del contexto actual de Marvel Comics. Por contra, los números que menos nota han recibido por nuestra parte han sido habitualmente aquellos en los que Dan Slott no participaba, con la serie secundaria Team-Up a un nivel aceptable, pero que en ningún caso, a excepción de la presencia de Chris Yost, ha sido algo diferente a un complemento de la colección principal del trepamuros.

Y es que si hay un complemento que si nos gustaría destacar ese es, ya para finalizar, Superior Foes of Spider-Man. Una serie divertida, amena, que no nos vamos a cansar de recomendar y que, con un estilo actual, está repasando algunos de los secundarios villanos más míticos de la colección. Aquí seguiremos comentándola, con vuestro apoyo. Gracias por estar ahí durante este año y espero que hayáis disfrutado tanto como yo del viaje.


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